"Es nuestro interés decirte toda la verdad: éste es un trabajo duro. Sin embargo, puedes esperar más de Mc Donald's que un trabajo duro y un sueldo. Como miembro del equipo, cada día tendrás nuevas y enriquecedoras experiencias y oportunidades." (Manual
del Crew de Mc Donald's Uruguay) |
Los siguientes testimonios fueron recogidos por BRECHA entre empleados y exempleados de Mc Donald's en Uruguay, quienes solicitaron que no se revelara su identidad. Como se indica en la nota central, no es posible verificar qué episodios pueden considerarse excepcionales, y cuáles habituales.
"¡Más vale que te gusten las hamburguesas! No podés ingresar ningún otro alimento a un local, ni una manzana. Dicen que es por razones de salubridad. Te dan la comida: por cuatro horas, un menú chico; por ocho horas, uno mediano. Si te toca la limpieza del cierre, después de que se terminó la atención al público, te toca postre."
"Comés cuando a ellos les viene bien, a los 15 minutos de entrar o después de un turno de ocho horas."
"Si te nombran 'empleado del mes', te regalan una cena para cuatro personas: cuatro combos. Te entregan un pin [N de R: prendedor], y eso está bueno porque hay coleccionistas que te lo pueden comprar a 15 dólares. Al principio te daban además 50 dólares. Después bajó a un disco compacto, y ahora en algunos locales te dan 100 pesos. Mucha gente se muere por ver su foto en la pared, pero después es una joda, porque dos por tres los clientes quieren conocer al empleado del mes y te cortan el trabajo."
"Cuando estás en la caja tenés a la vista un reloj que te va marcando los segundos. Yo no quería que me lavaran el cerebro, y trataba de no proponerme superar al compañero de al lado, pero sí me esforzaba por batir mi propio récord."
"Te cronometraban hasta la ida al baño. Pedía y me decían: 'Un minuto'. Cuando salía, estaba la tipa mirando el reloj y me señalaba: 'Diez segundos de más'."
"Ahora, con el recorte, de repente quedan cinco para limpiar al cierre, en vez de diez, pero la hora de terminar la tarea es la misma."
"Es bravo el problema de los gurises que entran a pedir. Muchas veces consiguen entrar porque el guardia de seguridad está arriba, en el baño o comiendo, y los tenés que sacar vos, pero son pesados, no los convencés con sonrisas, y les terminás agarrando bronca. Una vez un gerente metió a uno dentro de la cámara frigorífica. Ese no volvió a aparecer. Después ha pasado que compañeros tuvieran problemas por la calle: los ven con el uniforme de Mc Donald's y se les vienen encima varios, por rencor."
"Si estuviste en la caja y faltó plata, no te la cobran pero te suspenden, así que en realidad 'pagás'."
"Nunca vi persecución por cosas políticas, ni en época de elecciones. Mientras les rindas, no les importa lo que hacés afuera."
"En la última entrevista antes de contratarte te preguntan para qué querés la plata. A mí me pasaron el dato de que no dijera que tenía que mantener una familia, porque ellos saben que no te va a alcanzar, y si decís eso es menos probable que te contraten. No sé si será así, pero por si acaso no lo dije."
"El que hace del payaso Ronald Mc Donald's es uno solo, y nadie puede saber quién es. Es muy fuerte: él te llama por tu nombre y vos le tenés que decir Ronald, llega y se va de incógnito, cuando se maquilla nadie puede entrar al baño. Los otros personajes los puede hacer cualquier empleado. Con esos cascos enormes te podés morir de calor, y a veces tenían un olor espantoso de los que los habían usado antes. En eso fallaba la limpieza."
Contrapunto
BRECHA
pidió al concesionario y director de Mc Donald's en Uruguay, Rodolfo
Oppenheimer, que leyera y comentara dos materiales distribuidos por los
empleados que forman un sindicato. Estas fueron sus opiniones.
Cuando BRECHA preguntó a Oppenheimer cuál es la posición de la empresa en relación con la sindicalización de sus empleados, respondió: "No hay una posición. Sindicalizarse es un derecho que tienen los empleados. Tan fácil como eso".
Los integrantes del movimiento reconocen como "excelente" la actual política de recursos humanos de la firma, aunque señalan que hay varios aspectos que creen necesario reorientar. Oppenheimer reiteró que ese reconocimiento indica la buena gestión de la empresa, y que está abierto a recibir cualquier sugerencia, aunque apuntó que, para empezar, se deberían emplear los canales existentes. "No todo es color de rosa; somos humanos y cometemos errores, pero hablando se resuelven los problemas. Me llaman y vienen apenas pueda recibirlos. Esa es la forma en que trabajamos", dijo.
El movimiento afirma que el actual mecanismo de comunicación entre los trabajadores y la gerencia "fomenta el divisionismo y el individualismo, no es representativo", no "genera discusión ni permite el debate". También considera inapropiado el uso de encuestas de opción múltiple para conocer la opinión de los trabajadores sobre asuntos laborales, o que los gerentes sorteen "a los compañeros que van a plantear los problemas de todos", en vez de reunirse con delegados elegidos. Oppenheimer puntualizó que las encuestas incluyen una parte para la libre expresión de opiniones, y que no se sortean los participantes en las rap. Donde los trabajadores son demasiados para que sea viable una sola, se ha instrumentado la realización de dos para que ningún interesado quede excluido, explicó.
El movimiento habla de persecución antisindical, y algunos entrevistados dijeron que es muy fácil para la empresa, sin necesidad de sanciones o despidos, hostigar a los revoltosos para que se vayan, mediante citaciones esporádicas para hacer trabajo duro en horas pico. Oppenheimer dijo que no sabe por qué se temen represalias, que no las ha habido, y que el hostigamiento es "técnicamente posible" pero la firma no lo tolera. "No permito la falta de respeto al ser humano", aseveró.
El director admitió que hubo recorte de horas de trabajo, pero agregó que la única alternativa era enviar gente al seguro de desempleo, lo cual se evitó por "responsabilidad social". También dijo que la prueba de que no está exigiendo mayor intensidad de trabajo es que la productividad (número de clientes por empleado) bajó en promedio en los últimos tiempos, aunque puede haber algún pico de trabajo "en un horario y un día".
Negó que se hayan tomado nuevos jóvenes para cubrir licencias ("eso sería una bofetada a nuestros empleados") y que se exija a los trabajadores que "banquen la recesión" ("la empresa está bancando la recesión junto con ellos", subrayó).
El movimiento pide compensaciones por tareas insalubres. Oppenheimer alegó que el Ministerio de Trabajo auditó a la firma sin detectar ese tipo de trabajo, y que el Iname hizo lo mismo y permite el trabajo de menores. Admitió que una persona puede tener que trabajar un tiempo de su turno en la cámara frigorífica y luego otro tiempo en la parrilla, pero acotó que "no vuelve a la cámara".
El movimiento pide compensaciones por horario nocturno después de las 22 horas. Oppenheimer arguyó que "no existe horario nocturno en gastronomía", y que Mc Donald's paga más después de las 23 horas por voluntad propia.
El director señaló que en ningún local de Mc Donald's en el mundo se permiten las propinas, cuya percepción pide el movimiento, y que más del 80 por ciento de los empleados recibe bonficaciones como ingreso extra alternativo a la "caja chica".
Oppenheimer fue tajante al indicar que "no es negociable" la demanda de asegurar un mínimo de horas de trabajo mensual, porque el sistema de horarios flexibles es parte de "la estructura básica de la empresa".
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