Bolivia
Agua
para todos...
Vida
para el mundo
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Para
lograr mayor equidad y eficiencia en el acceso al agua hace falta
una política nacional de manejo sostenible, con una legislación
actualizada, coherente y concertada, y la disponibilidad de
inversiones en este sector.
Los
Obispos de Bolivia, reunidos en Cochabamba, lanzaron carta pastoral
sobre el agua, bajo el título “El Agua, fuente de vida y don para
todos”. Compartimos con ustedes algunas consideraciones de este
importante documento.
El agua
es el gran don de la vida, cuando llega oportunamente, en una medida
adecuada y sin haber sido contaminada. La privatización del agua
puede llevar a un acaparamiento de este recurso en pocas manos y
empresas, convirtiendo el acceso al agua no en un derecho sino en
una mercancía a la cual se accede sólo si se tiene dinero
suficiente.
En
nuestros días se acrecienta una visión industrial egoísta por encima
de la solidaridad entre aquellos a quienes debe beneficiar este bien
destinado a todos.
En la
actualidad, el 80% del agua que se aprovecha ya está en manos del
20% más rico de la población mundial. El principal factor de esta
distribución injusta es la sed desmedida de lucro y ganancia de las
grandes empresas transnacionales que ven al recurso agua como fuente
de un gran negocio. (Maude Barlow, 2001. “El oro azul”)
Se
calcula que un 80% de las enfermedades del país están relacionadas
de alguna manera con la problemática del agua. El principal uso del
agua en Bolivia es el agropecuario, que se estima utiliza el 85% de
toda el agua consumida en Bolivia. Sin embargo, sólo 222.000
hectáreas, es decir, el 11,7% de las hectáreas productivas en
Bolivia tiene acceso a riego.
En la
distribución de agua potable hay notables desigualdades e
injusticias entre grupos sociales. En Bolivia lo único que se tiene
en el campo legal es un decreto de 1879, elevado a rango de ley en
1906. Se trata de un marco legal obsoleto, centrado en la
utilización mercantil de este recurso y no en las necesidades
humanas y vitales de los seres vivos.
El agua, dos
enfoques contrapuestos sobre su uso
Mercantilista:
Los defensores de esta posición acentúan que el agua puede ser
apropiada, como cualquier otro recurso. Se le asigna un valor
económico y establece reglas administrativas para asegurar el lucro.
La crisis es de este recurso la atribuye al desperdicio, al mal uso
del agua y a la contaminación irresponsable. Sostiene que la
sociedad debe ser educada para concienciarse del problema y pagar el
costo de mercado del agua y aprenderá a no malgastarla.
Social: Esta
posición asume que el agua es ante todo un bien social y pertenece a
todos los seres vivos. Corresponde al Estado y a la misma sociedad
garantizar una justa y equitativa distribución. Está en contra de
una mercantilización del agua, pues teme que el derecho al acceso
del agua sea acaparado por grupos o personas de poder. Prefiere que
el agua se mantenga en la esfera de lo público y que el Estado sea
el principal proveedor de los recursos económicos. Busca una justa y
equitativa asignación del agua, buscando la concertación entre todos
los sectores involucrados.
Adital/Carta Pastoral
12 de diciembre/2002 -
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