Residentes de un pequeño pueblo
resisten aumentos exagerados
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Fresno, California
- El agua no
se puede tomar debido a los altos niveles de arsénico, por eso la
población debe comprar agua embotellada para beber y cocinar. No hay
tanque almacenador de agua y ésta debe ser bombeada desde napas
subterráneas. Hace dos meses, el costo del agua domiciliaria pasó de
$20 por mes a $68 -sin aviso y sin mejorar su calidad-. Para los
pobladores, en su mayoría trabajadores del campo y de bajos
salarios, este aumento es exhorbitante. Están furiosos pero las
posibilidades legales de lograr detener el aumento son casi nulas.
¿Dónde ocurre
esto? ¿En el llamado Tercer Mundo? Bienvenidos a Alpaugh, condado de
Tulare, California, en el corazón del Valle Central, considerado el
más rico del mundo. Población, 761 personas, casi 55 por ciento
latinas, que viven rodeadas de interminables campos de alfalfa y
algodón, a sólo 75 millas al SO de Fresno.
La
administración del agua está dividida en dos agencias, Irrigation
Water District, quien se encarga del agua de irrigación y de las
casas fuera de los límites del pueblo y Water Works District, que
distribuye el agua a los residentes de Alpaugh.
"El problema es la mala
administración de ambas agencias", dice María Barajas,
residente de Alpaugh desde hace casi una década.
"Durante años no se
incluyeron gastos de electricidad ni de las reparaciones y
mantenimiento de la bomba, sumado a los deudores morosos".
Según Barajas, algunos residentes llegaron a deber hasta $2,000 sin
que las agencias hicieran nada por recuperar el dinero.
"Ahora parece que nos
quieren cobrar a todos por sus errores administrativos".
Chris
Schneider, abogado de la agencia Central California Legal Services
de Fresno, presentó una demanda en favor de los consumidores para
evitar el aumento. "La
demanda se hizo en base a la proposición 218 que los votantes de
California aprobaron hace unos seis años", dice
Schneider. "Esta
proposición establece límites en los aumentos de impuestos, pero es
confusa y está mal redactada, por lo que la jueza comentó que no hay
muchas posibilidades de que la demanda prospere".
Schneider,
después de revisar los reportes financieros, confirmó que contienen
errores administrativos y que son confusos.
"La administración de las
agencias está en manos de rancheros locales", dice
Barajas. "Ellos ni
siquiera viven aquí y no saben administrar... ¡Apenas compraron una
computadora hace poco tiempo!" Residentes de Alpaugh no
entienden cómo este problema no fué resuelto hace años.
"Pagaría el aumento sin
problemas si la calidad del agua mejora", dice Marcelyn
Jenkens. Este sentimiento es compartido por varios vecinos.
Cuauhtemoc
Hernández, un trabajador del campo que hace pocos meses se radicó
con su familia en Alpaugh, está indignado.
"Viví en varias ciudades del
Valle y nunca me pasó algo similar. El agua es mala y cara".
Para Sergio Loya, la solución debe ser negociada pero pensando a
largo plazo. "Debemos
seguir luchando para lograr mejoras en el sistema de agua, su
calidad y, sobre todo, de la administración". Los
residentes de Alpaugh gastan más de $100 mensuales cada uno por agua
embotellada y deben viajar a otras ciudades a comprarla. Quienes no
se quejan y apoyan el aumento son los rancheros. Según el abogado
Schneider, debido a la administración confusa, no es posible
establecer si los residentes están pagando parte del agua para
riego. Esta sospecha la expresan abiertamente varios vecinos.
Representantes de las agencias distribuidoras de agua propusieron un
arreglo a los pobladores: $45 para residentes del pueblo y $55 para
los de afuera del pueblo. El viernes 23 de agosto, más de 80 vecinos
discutieron en el parque de Alpaugh los alcances de un posible
arreglo. Para la mayoría de los presentes, el aumento sigue siendo
exagerado considerando la calidad del agua-rechazando así cualquier
acuerdo y dejando abierta la posibilidad de una larga batalla legal.
María Barajas
afirma que se debería demandar a la administración también por
fraude. Es que para ella y muchos residentes de Alpaugh, el aumento
tiene que ver con una administración inepta.
Schneider
comentó en la reunión comunitaria que el Departamento de Agricultura
federal otorgó $2 millones de dólares para mejoras en el sistema de
agua domiciliaria de Alpaugh, incluyendo un nuevo pozo.
"Esto no resuelve el
problema del aumento, pero al menos hay una esperanza de mejorar la
distribución domiciliaria y el mantenimiento de la bomba".
Y agregó que se debe establecer cuánta agua se usa para irrigación y
cuánta para los hogares.
Sandra Meraz,
una activa residente de Alpaugh, afirma que el pueblo debe unirse.
"Debemos exigir soluciones de fondo, por ejemplo, que la
administración esté en manos de profesionales o del gobierno".
Quizá ésta sea la clave del problema.
Autor:
Eduardo Stanley |