Bolivia
El
agua
mirada desde el Plan de Dios
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Las
distintas formas de vida constituyen una gran comunidad de vida,
donde todas las cosas existen siempre y gracias a su profunda
interdependencia. Se debe, por ello, recuperar la visión bíblica de
la creación donde el ser humano acoge la creación como un Don. Entre
los dones, Dios nos ha bendecido con un otro regalo esencial para el
desarrollo de la vida: El Agua. En efecto, el agua acompaña los
momentos claves del proyecto salvador de Dios que ilumina en
Jesucristo, “fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna”
(Juan 7, 37 – 39).
El agua
es fuente de vida y urge la necesidad de cuidar ese Don. Implica
pasar a la vida lo que diversos ritos significan, de acuerdo con la
práctica y el mensaje de Jesús: “Y todo aquel que dé de beber tan
sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser
discípulo, les aseguro que no perderá su recompensa” (Mateo 10, 42).
El uso
del agua, empero, nos desafía aún más, ya que implica también
derechos y exigencias. Los cristianos deben llevar el uso del agua
al campo de los valores ético – morales, desterrando toda forma
mercantilista; y asumiendo e impulsando una cultura de solidaridad
en la distribución y uso del agua.
En este tercer
milenio, El complejo uso del agua
Una
primera mirada al uso del agua, es que este líquido es
fundamentalmente una fuente de vida, de salud e, incluso, desde una
visión más filosófica, de purificación. Todos dependemos del agua,
en menor o mayor proporción, pero somos seres del agua, al igual que
los animales y las plantas. Por ello, el derecho al agua, también es
indudablemente un derecho a la vida misma.
Casi
todas las culturas y religiones reconocen la importancia esencial
que tiene el agua para el hombre. Para los cristianos el agua es un
Don del Señor con acceso para todos, lamentablemente, esta
afirmación encuentra en algunos sectores de la población casi o
ningún eco de respuesta.
Sin ir
muy lejos, en nuestro país, vemos tanto en las áreas suburbanas de
las ciudades o en el mismo campo, familias, ancianos o niños,
recorrer muchas cuadras de calles o senderos para lograr acceder al
agua. No es lo mismo sacar este líquido elemento de un pozo o
esperar los carros aguateros que tenerlo en casa cómodamente, además
de emplearla mal o despilfarrarla.
La
contaminación, por una u otra razón, es un punto en contra que
contradice el uso del agua y su distribución y uso equitativo, tanto
en las grandes urbes o el mismo campo. Los costos son otro problema
que hay que considerarlo bien en este análisis, para no caer en una
visión mercantilista y evitar afectar a grandes sectores de la
población y generar otra “guerra del agua”.
La crisis del agua
El
injusto aprovechamiento y la contaminación está llevando al mundo a
una crisis del agua. Según las NN. UU. El consumo mundial del agua
se duplica cada veinte años, es decir dos veces mayor que el
crecimiento de la población humana El agua potable escasea para mil
millones de personas en el mundo. Las tres cuartas partes de la
población que tienen problemas de escasez de agua se encuentran en
los países en vías de desarrollo.
En
Bolivia, la distribución del agua es desigual por razones
fundamentalmente de espacio y tiempo. Las lluvias en Bolivia se
concentran en pocos meses, con una estación claramente diferenciada
entre una lluviosa y otra seca. A este problema se suma el uso
diferenciado que se hace de este líquido elemento entre los grupos
sociales y los desastres naturales como la sequía y las
inundaciones. Se reconoce que no existe una información deficiente y
falta un diagnóstico integral sobre la disponibilidad y periodicidad
de los recursos hídricos.
En
nivel general, de continuar así, para el año 2025 habrá una profunda
crisis de los recursos hídricos en todo el planeta. El agua será el
recurso más preciado y demandado y podría ser, de acuerdo a algunos
vaticinios, motivo para una guerra internacional por el agua.
Adital/Carta
Pastoral de los Obispos
12 diciembre/2002 -
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