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Comentando las Noticias
Desarrollo, Capitalismo, Globalización
Recientemente se celebró en Buenos Aires un seminario en el cual se abordaron los impactos de la globalización y las respuestas de los movimientos sociales, participando personalidades como Theotónio dos Santos y Orlando Caputo. Según noticias de prensa, las conclusiones a las que arribaron fueron tres:
Que el desarrollo del capitalismo mundial siempre ha sido desigual y combinado, lo que supone una brecha entre los países dominantes y los subordinados, brecha que no obedece a un distinto grado de desarrollo, sino que es necesaria y funcional al sistema. A su vez, en los países periféricos hay sectores sociales que se benefician de esta articulación subordinada. (A modo de ejemplo basta con comprobar como en nuestros países las exportaciones están concentradas en unas pocas compañías).
Que a partir de los años setenta y ochenta se inició una profunda crisis del sistema capitalista mundial, conocida como la crisis del modelo fordista, cuya superación se produjo a través de un aumento muy significativo de las tasas de plusvalía y de ganancia. Dicho aumento se vinculó con la reducción de los costos laborales en los países centrales y la notoria exclusión social en los países dependientes. Esto permitió mejorar la capacidad tecnológica, la inversión, recuperar la tasa de ganancia en los países centrales e iniciar una nueva fase expansiva en la era de la globalización.
La globalización fue definida como la fase actual del desarrollo imperialista, caracterizada por un crecimiento sustancial de la mundialización, un mayor intercambio comercial, financiero, productivo y tecnológico y nuevas formas de relacionamiento entre las economías, a partir del desarrollo tecnológico de los medios de transporte y las comunicaciones. A ello debe agregarse la recuperación del liderazgo de Estados Unidos en esta fase expansiva de la economía internacional. En este sentido, uno de los documentos aprobados afirma que "la nueva fase de la economía mundial capitalista a la que llamamos globalización se planteó como objetivo central recomponer la tasa de ganancia a nivel mundial mediante una profunda recomposición tecnológica en los países centrales y un deterioro en las condiciones de trabajo en los países dependientes. Es decir, en términos marxistas, combina formas de plusvalía absoluta y relativa".
Las tesis marxistas parecen hoy un tema para antropólogos; desde el momento que no se las menciona en CNN, ni en el programa de Don Francisco, ya no existen. Por eso nos parece oportuno recordar aquí el significado de plusvalía absoluta y relativa:
Marx decía que una forma de circulación de mercaderías era M (mercancía) – D (dinero) – M (mercancía). Es decir, en este modelo la mercancía se vende para obtener dinero, para a su vez comprar otra mercancía. La forma de la circulación del dinero como capital es diferente, pues la compra se realiza para obtener dinero: D - M – D. Pero no es negocio invertir dinero para comprar mercancías y obtener el mismo dinero, de manera que la fórmula pasa a ser: D - M - D + d, donde d significa más dinero, es decir, ganancia. ¿De donde sale ese "más dinero" o ganancia? Los capitalistas encontraron una mercancía cuyo valor de uso tiene la capacidad de crear valor: la fuerza de trabajo. Si un obrero que trabaja ocho horas y para reproducir su fuerza de trabajo (salario, cargas sociales, etc.) invierte cuatro; las otras cuatro las trabaja para el capitalista. A esa capacidad del trabajo de generar ganancias, Marx le llamó plusvalía.
Una de las formas de aumentar la plusvalía es aumentando el horario de trabajo. En el ejemplo anterior, en una jornada de 8 horas la plusvalía equivale a 100% (4 horas ÷ 4 horas x 100) en 10 horas ascenderá al 150% (6 horas ÷ 4 horas x 100) y la plusvalía seguirá existiendo por más que el salario de las horas extras se incremente. A esto Marx le llamó plusvalía absoluta.
Otra manera de incrementar la plusvalía es la utilización de los adelantos de la ciencia y la técnica, lo cual aumenta la productividad del trabajo en beneficio del capitalista. Supongamos que debido a los avances tecnológicos, el tiempo necesario para que nuestro operario reproduzca su fuerza de trabajo baja a dos horas, si aplicamos la fórmula (6 horas ÷ 2 horas x 100) encontramos que la plusvalía asciende al 300%. (Como en el caso del aumento de la jornada de trabajo, aquí debemos tener cuidado con los aumentos salariales basados en la productividad a los que son tan afectos los empleadores). A esto Marx le llamó plusvalía relativa.
Si volvemos al documento aprobado en Buenos Aires, ahora estamos en condiciones de comprenderlo mejor: "una recomposición tecnológica en los países centrales". Es decir, los asalariados de los países desarrollados aportan, por esta razón, mayor plusvalía relativa, lo cual hace cada vez más innecesaria la producción de mercaderías en los países de la periferia. "Y un deterioro de las condiciones de trabajo en los países dependientes", lo cual significa que las empresas que continúan operando en los países subdesarrollados lo hacen porque aplican los dos sistemas de explotación: la generación de plusvalía absoluta y de plusvalía relativa. Como podemos ver, las famosas leyes del mercado no explican, ni solucionan, el problema en que nos encontramos inmersos.
Enildo Iglesias
Secretario Regional UITA
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