Internacional

INICIO

 

Honduras

Posición del Bloque Popular ante la guerra de agresión a Irak

No a la GUERRA, PAZ

 

 

La mal llamada “Guerra” de Irak que no es más que un despiste para esconder la primera brutal y sanguinaria invasión del S. XXI contra un país tercermundista; guerra que nos traslada por el túnel del tiempo hacia los siglos XVIII y XIX, cuando el expansionismo colonialista originó una fuerte competencia entre las respectivas naciones, lo que fomentó al armamentismo, las guerras y las crisis políticas en el mundo.

En 1884-1885 los Estados que aspiraban a la hegemonía del mundo, crearon lo que dio en llamarse “Zonas de Influencia” que no eran más que zonas territoriales que aunque no delimitadas “se consideraban destinadas a ocupación por determinada potencia colonial” debiendo abstenerse las demás de interferir en ellas.

A partir de 1900 la superioridad europea empieza a ser discutida por Estados Unidos, que al vencer a España en 1898, se convierte en una nueva potencia vigorosa pero también peligrosa, ya que su expansionismo y su dominio imperialista son aprovechados a través de la concesión de créditos y de la inversión directa, que cuando no eran pagados por los respectivos gobiernos o no se sometían a sus directrices imperiales, eran objeto de ataques armados y posterior ocupación dando como resultado la enajenación en su exclusivo provecho de invaluables riquezas del suelo y del subsuelo de los países tributarios. Es hasta después de la II Guerra Mundial en que la correlación de fuerzas cambia en el mundo con la constitución del Estado Soviético que de una u otra forma, vino a equilibrar por más de 70 años el acontecer bélico y colonialista expansionista de los Estados Unidos en el Mundo.

La caída del Bloque Soviético, dejó a los Estados Unidos nuevamente como la dueña del escenario que perfectamente podía optar por hacer valer su peso para reducir la brecha que separa a la cuarta parte desarrollada del planeta del resto sumido en la pobreza; pero empujado por la característica de sistema imperialista, que exige el dominio del capital sobre el trabajo e impone la Ley de la maximización de la ganancia y empujado por su mesianismo, las elites imperialistas de Estados Unidos decidieron aprovechar la coyuntura brindada por la Revolución Tecnológica y el debilitamiento que ésta causa en la capacidad de organización de las masas populares, fuerza la mano y busca la consolidación de una forma global de dominio conllevando no sólo la factibilidad de tan desaforada pretensión, sino también la probabilidad de resistencias terribles y de una catástrofe de magnitudes inéditas, en la que se puede hundir tanto Estados Unidos como la humanidad en su conjunto si no se inducen políticas que corrijan el rumbo.

Las ocupaciones de los siglos XVIII y XIX se diferencian de las de este siglo por su “Selectividad” ya que apuntan a conquistar los enclaves y las reservas que serán decisivas para la “creación y regulación del Nuevo Orden Mundial”. Y para afrontar la oposición de otras superpotencias rivales, hoy inexistentes en tal carácter, pero en proceso de llegar a serlo como China, Rusia, India y la Unión Europea.

El Medio Oriente, territorio en el cual ubicamos a Irak, es uno de los lugares definidos actualmente por Estados Unidos como “obstáculos al Nuevo Orden Mundial”. Este territorio concentra las mayores reservas de petróleo del mundo; combustible en vías de agotamiento y que durante varias décadas todavía no podrá ser suplantado por fuentes energéticas y alternativas. Medio Oriente ha sido históricamente disputado rudamente por Estados Unidos y sus más serios rivales potenciales: China, India y Rusia.

Asia Central es el otro escenario en la mira de los Estados Unidos quien ya puso a sus pies e izó la Bandera de la colonización al descender sobre Afganistán.

Con la guerra de Irak, el Imperialismo Norteamericano decide reemplazar el viejo esquema de Guerra Total contra el Comunismo por otro de oposición a los países que por una u otra razón los define como “obstáculos para la construcción de su imperio” y ha resuelto volver a los viejos criterios de ocupación que en el pasado distinguieran al Imperialismo Clásico para imponer la Globalización y apoderarse de las riquezas y los mercados del mundo.

La Invasión producida por la “Tríada Asesina BUSH, BLAIR y AZNAR” se apoya en pretextos que no convencen a nadie como ser la fabricación de armas químicas y la falta de libertad en Irak que no son más que subterfugios para apoderarse del petróleo iraquí y ponerse a tiro del Cáucaso y Asia Central, mientras proyecta los próximos pasos hacia Irán y la reorganización del Medio Oriente de acuerdo a sus propios intereses que dejarán a su socio Israel como guardián de la zona garantizándole una superioridad militar inamovible.

La falsedad de tales razones ha sido aclarada por la prensa oral y escrita, quienes dan a conocer que la Gendarmería Victoriana avanza sin ninguna resistencia, mientras los soldados iraquíes se defienden con armas irrelevantes en cuanto a su peso específico utilizadas en 1991 en la llamada Guerra del Golfo, contrario a las utilizadas por Estados Unidos y sus aliados, que son armas poderosas y de destrucción masiva utilizadas para causar terror y muerte entre la población iraquí. Después vendrá la reconstrucción nacional a través de la concesión de créditos y las inversiones rápidas.

Estados Unidos busca una legitimidad ideológica para lo que no es más que una desnuda política de potencia que busca ocupar los yacimientos más importantes de gas y de crudo, que equivale a adueñarse de la columna vertebral que regula la energía del mundo y con ella el control absoluto del Globo Terráqueo para el siglo que se inicia.

Vemos con asombro e impotencia como el Derecho Internacional enmudece frente a la liberación de la fuerza bruta producida contra Irak por Estados Unidos y sus aliados. La agresión a Irak y al mundo islámico significa la abolición de este derecho. La Organización de Naciones Unidas no debería ignorar esto y salir de su rol pasivo, útil sólo como cámara de resonancia de los poderosos y convertirse en un foro donde se escuche la voz de los débiles.

Sabemos que esto es soñar, pero ¿Quién le ha dado el voto a los Estados Unidos y a sus aliados para tomar por sí y para sí la responsabilidad de conducir el mundo de acuerdo a sus intereses? La masacre de seres inocentes y la humillación de que están siendo objeto centenares y millones de seres humanos en el Medio Oriente no puede quedar impune ni guardarse silencio como lo hace en este momento la Organización de Naciones Unidas.

La elite imperialista exige sumisión y no colaboración de los 40 gobernantes que dice Bush que le siguen en esta aventura que desde ya marca la forma en que se construirá el “Nuevo Orden Mundial” y que para vergüenza nuestra, entre ellos se encuentra el Presidente de Honduras Ricardo Maduro.

¿Quién le ha dado el voto a Don Ricardo Maduro para que decida a espaldas del pueblo juntarse a George W. Bush decidir el destino de otros pueblos? Presidente Maduro, Honduras es signataria de los principios universalmente reconocidos como la Igualdad de Derechos y la Libre Determinación de los Pueblos, la No Injerencia en los Asuntos Internos de los Estados, la Prohibición de la Amenaza o del Uso de la Fuerza, así como el Respeto Universal a los Derechos Humanos.

Por tal razón condenamos la agresión de que es víctima el pueblo iraquí y DESAUTORIZAMOS PÚBLICAMENTE AL GOBIERNO DE RICARDO MADURO a que se sume a la banda de asesinos reconociendo una invasión que conlleva delitos de lesa humanidad y que le señala no sólo como un gobierno títere, sino también como cómplice de la barbarie que se comete contra un pueblo que de acuerdo al Derecho Internacional, a su Derecho Interno y a su Soberanía, hoy vilmente pisoteada, por quien se considera el amo y señor del universo, a decidir su propio destino.

 

 

San Pedro Sula, Cortés

27 de marzo de 2003

 

UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel/Fax. (598 2) 900 7473 -  902 1048 - 903 0905