“¡Mamá, papá,
ahí viene el circo!”
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La
elección del gobernador de California se ha
convertido en un verdadero circo por sus “coloridos” candidatos y
por el cinismo implícito del público.
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FRESNO,
California
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Animales, payasos y equilibristas para anunciar las funciones. Paseaban
por algunas calles para algarabía de chicos y grandes. El anunciador, de
saco rojo y grandes bigotes, se expresaba pomposamente: “¡Damas y
Caballeros, niños y niñas! El gran circo ha llegado y desde mañana hasta
el sábado, a las 6 y las 9 PM, usted podrá ver los animales más feroces,
los mejores equilibristas del mundo” ¡Ah, el circo!
Hoy en
California, un espectáculo circense logra la atención general con una
extraña colección de animales y abundantes payasos. Se ha dicho que los
norteamericanos tienen alma de niños, que la conquista del vasto
territorio del país dio paso a la imaginación colectiva que ayudó a la
creación de géneros del entretenimiento como los filmes de vaqueros y
centros estilo Disneylandia.
Quizá esto
explique parcialmente la manera con que los californianos están expresando
su repudio, tanto al gobernador demócrata Gray Davis, como a la
inefectividad de ambos partidos y su monopolio del poder. 135 candidatos
pelearán la gobernatura en elecciones especiales de destitución el próximo
7 de octubre.
Entre los
candidatos hay comediantes, actores, una estrella del porno, un editor
también del porno, una anciana de 100 años “99 centavos” y un largo
“etcétera”. Entre los llamados serios:
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Peter
Camejo, del Partido Verde. Hijo de padre venezolano, Camejo busca
generar una discusión política sobre la necesidad de una reforma
electoral que permita la representación proporcional como una manera de
romper el monopolio de los dos partidos en el poder.
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El vice-gobernador
demócrata, Crúz Bustamante, originario del Valle Central. Políticamente
tibio, cuenta con apoyo latino pero falta ver si puede convencer al
resto de la población y qué propone.
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El
fisicoculturista devenido actor, Arnold Schwarzenegger, creador de
películas de triste legado cultural-intelectual (“Conan el Bárbaro”, “Terminator”),
quien aparentemente simpatizaba con causas de extrema derecha en
su natal Austria.
Schwarzenegger apoyó la repugnante Proposición 187 que en 1994 el
ex-gobernador republicano Pete Wilson usó para atizar una campaña anti-inmigrante
(que ayudó a su reelección), y es miembro del movimiento “Solamente
Inglés” que promueve eliminar los pocos programas que aún quedan de apoyo
a la educación bilingüe. Ahora el Bárbaro quiere presentarse como
inmigrante “típico” que llegó sin un centavo y que logró el “sueño
americano”.
Gran
payasada, pues ingresar como él con visa laboral a Estados Unidos es algo
limitado a unos 300,000 trabajadores especializados al año. Los cientos de
miles que cruzan ilegalmente la frontera vienen a trabajar en los peores
empleos, arriesgando inclusive sus vidas:
en los últimos 10 años, en el cruce
fronterizo ya murieron más personas que en la Torres Gemelas el 11 de
septiembre.
Por si
quedaran dudas, Schwarzenegger nombró jefe de campaña al mismísimo Pete
Wilson, quien ahora asegura que la Proposición 187 fue dirigida contra la
inmigración ilegal, no contra los latinos. Wilson, pésimo equilibrista
político, miente. Hablar de inmigración ilegal en el suroeste
norteamericano es hablar de inmigrantes mexicanos y centroamericanos.
Además, durante su radical campaña anti-inmigrante de 1994, Wilson usó
videos de gente cruzando la frontera ilegalmente, la campaña de Wilson fue
racista y ahora busca maquillar sus intenciones.
El
Bárbaro, claro, quiere evitar el tema. La campaña conservadora (Schwarzenegger
y Simon) se concentrará en la crisis energética que le costó mucho a los
residentes del Estado. Sin embargo, el proceso de destitución tiene un
trasfondo mucho más amplio.
De acuerdo
a Franz Schurmann, de Pacific News Service, la destitución es el primer
round de la pelea que concluirá en las elecciones presidenciales de
noviembre 2004. “Estados Unidos se ha transformado en un imperio y para
que funcione como tal, el ganador debe llevarse todo: presidencia,
congreso y los estados más importantes, como California”, escribe
Schurmann. Y explica que Bush pudo haber evitado la crisis energética de
California pero prefirió no hacerlo para beneficiarse políticamente de la
situación. Y funcionó. Este proceso parece más bien un golpe de estado
“constitucional”
Este
espectáculo circense puede parecer divertido, pero considerando lo que
está en juego no deja de ser muy preocupante. Existe una sensación de que
este proceso está fuera de control, como el país, y que la avasalladora
fuerza de extrema derecha arrastrará también a California.
El Caballo
de Troya de la barbarie lo representa la maquinaria publicitaria de un
actor que expresa las fantasías Hollywoodenses con que sueñan tanto
inmigrantes como nativos. Curiosamente, los personajes fílmicos de
Schwarzenegger, fuertes pero sin mucho cerebro, ofrecen un claro panorama
de la política actual. Al menos, si triunfa, por fin habrá entre
gobernador y presidente algo en común.
Eduardo Stanley
10 de
setiembre de 2003 |