Internacional

 
 

LAS COSAS y LA GENTE

Dos noticias recientes ilustran claramente como funciona este mundo que unos pocos han construido para su provecho, mientras el resto paga los costos y padece las injusticias

Ricos son los de ahora

Según la ya famosa lista de la revista Forbes, Bill Gates (el fundador de Microsoft) se mantiene por noveno año consecutivo como el hombre más rico de EE.UU. Su fortuna, pese a que perdió 11.000 millones en el último año, es de 43.000 millones de dólares1. Para tener una idea de la magnitud de estas cifras, recordemos que el Fondo Monetario Internacional acaba de otorgar un crédito a Brasil por 30.000 millones de dólares, uno de los más grandes, sino el mayor, otorgado por este organismo internacional en toda su historia.

Pero los ricos también tienen sus problemas. A Jack Welch, hasta hace un año presidente de General Electric y que lograra multiplicar por 30 el valor de mercado de la compañía (hoy estimado en 410.000 millones de dólares) se le ocurrió divorciarse. Jane, su ex mujer, reclamó ante la Justicia de EE.UU. su derecho a que Jack le pase 126 mil dólares mensuales para mantener el mismo nivel de vida de cuando era su señora. Jane sabe que pese a sus derechos y lo módico de la cifra, ante la Justicia es imprescindible presentar pruebas... y lo hizo. Estos son, según Jane, algunos de los ingresos extras que Jack recibe a cargo de GE:

El papel higiénico y demás artículos de higiene personal, el costo de la televisión por cable en sus cuatro casas, los gastos en vinos, periódicos, un palco para los juegos de básquetbol del equipo New York Knicks, lugares vip para el torneo de tenis US Open y la utilización de un avión privado. Además, las cuentas del elegante restaurante Jean Georges en Manhattan, compras de joyas y la utilización de un apartamento de GE en Manhattan, evaluado en 15 millones de dólares. Cuando Jack se retiró recibió bonos por 17 millones de dólares y GE se comprometió a cubrir todos sus gastos personales hasta su jubilación, beneficio que posteriormente se extendió de por vida.2

Por supuesto que todas las prebendas que Jack recibe fueron aprobadas por los accionistas, pero su costo está embutido en el precio que cada consumidor paga por un producto de GE. Preocupado, dado que el caso está siendo investigado por la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU., Jack emitió un comunicado de prensa donde manifiesta que solicitó a la compañía que modificara su contrato de retiro, "con la eliminación de todo, a excepción de la tradicional oficina y el respaldo administrativo que se le ha otorgado durante décadas a todos los presidentes y vicepresidentes retirados de GE". Y finaliza admitiendo, en obvia referencia a la desconfianza de los ciudadanos estadounidenses hacia las empresas del país tras la reciente serie de escándalos financieros, que: "En estos momentos en que la confianza del público ha sido sacudida, he aprendido a la fuerza que la percepción es más importante que nunca" 3 Nos quedó muy claro Jack: las prebendas no son malas, lo malo es que la gente se entere.

Las viudas del agua

En el llamado Polígono de la Seca, región de suelo árido y bajo índice pluviométrico, que abarca mas de la mitad del territorio del Nordeste brasileño, el agua para consumo humano dura sólo hasta finales de setiembre y para que se presenten nuevamente las lluvias habrá que esperar hasta mediados del próximo año. Para centenares de municipios, cuya renta per cápita equivale a 220 dólares por habitante, la seca significa mayor miseria y la macambira (una especie de cactus) pasa a ser la única opción para alimentarse.

Doña Francisca, como tantas mujeres, se resiste a dejar su casa y emigrar. En una región desolada, donde por cada habitante que se resiste a abandonar su tierra hay tres que salen a buscar una vida mejor mendigando en las grandes ciudades, las mujeres y los niños (generalmente sus nietos) son mayoría. Son "las viudas del agua". Una de ellas, Rosario, declara que debe caminar 12 kilómetros para conseguir un poco de agua salobre.

La mayoría de los municipios de la región han sido declarados en estado de emergencia. Pero dentro de ese horizonte de tierra cuarteada y reseca, hambre y sed, existen oasis verdes, con abundante agua que fluye a través de pequeños acueductos desde el Río São Francisco. A sólo 20 kilómetros de donde vive Rosario, existen plantaciones donde se produce pimienta, mango, uva, piña y otras frutas. En total son 300 mil hectáreas de tierras irrigadas y algunas de las empresas productoras lucen nombres tan poco nordestinos como Fruti Fort Agrícola e Exportação Ltda. El nombre de esta empresa lo explica todo: en medio del hambre, la seca y el estado de emergencia, el agua no se utiliza para producir alimentos básicos, la producción está destinada a frutas y condimentos para la exportación.

Una de las características del sistema en que vivimos es su perversa selectividad. Mientras Rosario, al igual que otras personas, debe caminar doce kilómetros diarios para conseguir un poco de agua salobre, Brasil importará en el transcurso del presente año mas de medio millón de dólares de agua mineral. Solamente el Grupo São Lourenço, subsidiario de la suiza Nestlé, responderá por la mitad del total de agua mineral importada4.

 

Autor:

Enildo Iglesias

© Rel-UITA

7 de octubre de 2002

 

 

NOTAS


1 El País, España, 15.09.02

2 Istoé Dinheiro, Brasil, 18.09.02

3 La Jornada, México, 17.09.02

4 Bevtech News

 

 

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