Activistas latinos buscan salvar al gobernador de California |
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FRESNO
- El próximo 7 de octubre de 2003 se realizarán en California elecciones
especiales de destitución del gobernador demócrata Gray Davis. La campaña
contra Davis, encabezada por activistas conservadores nucleados alrededor
del Partido Republicano, capitalizó el descontento popular por la crisis
energética del año pasado y la actual crisis del presupuesto del estado
que significará millones de dólares en recortes de programas sociales y en
la educación pública.
El voto
latino fue crucial para la elección de Davis y para que el año pasado
obtuviera la reelección por un estrecho margen en elecciones
caracterizadas por la apatía de los votantes. El partido Demócrata,
conciente de la creciente importancia de los latinos, decidió movilizar a
sus activistas hispanos en favor de Davis y evitar así perder el estado a
manos de un republicano.
En
reciente conferencia de prensa realizada en Fresno, miembros del Caucus
Chicano-Latino del Partido Demócrata, una de las 29 organizaciones
similares en el Estado, anunciaron sus planes de movilización.
“Buscamos registrar 3,000 nuevos
votantes en el Condado de Fresno”, dijo José Luis Barraza.
Aunque en el Estado la mayoría de los votantes son demócratas (44.4 por
ciento en comparación con 35.2 por ciento de republicanos), en el Valle
Central es diferente. Por ejemplo, en el Condado de Fresno, uno de los 17
que compone el Valle Central, hay 44.08 por ciento de republicanos contra
42.70 por ciento de demócratas.
Estos
números preocupan a los demócratas locales, además de la reconocida apatía
de los votantes “liberales” contra los disciplinados republicanos. Esta
preocupación se expresó durante la reunión de prensa:
“El beneficio para el Partido
Republicano en una elección especial como ésta, es la escasa participación
demócrata”. En otras palabras, la indiferencia de los votantes
favorece ampliamente a los republicanos.
Entre los
líderes del movimiento de destitución de Davis, se destaca el republicano
Darrell Issa, representante del distrito 49 en la Asamblea Estatal. Issa
donó más de 700.000 dólares a la campaña y ya se anotó como candidato a
gobernador en caso de que la destitución prospere. Algunos críticos
afirman que esto es el equivalente a comprar una elección y posiblemente
la gobernatura.
Pero Issa
tiene otras cosas de que preocuparse, desde un pasado dudoso en sus
negocios hasta reportes de falsedades en su “curriculum” en el cual
aparentemente exagera su pasado en las fuerzas armadas. Pero lo más grave
para él es que, de acuerdo a las encuestas, ni siquiera figura en el
primer puesto de los posibles candidatos a reemplazar a Davis. Por ahora,
los demócratas parecen que no presentarán alternativa, por lo que la
batalla en favor de Davis será un gran esfuerzo organizativo y
propagandístico.
Respecto a
la crisis energética, miembros del Caucus Chicano-Latino dijeron que había
sido un caso de avaricia corporativa, como Enron, empresas que en su
mayoría contribuyen al Partido Republicano y sus ejecutivos apoyan a ese
partido. “En 1992 hubo una seria
crisis presupuestaria y nadie pidió la destitución del entonces gobernador
republicano Pete Wilson”, dijo Joel Murillo, abogado local,
quien agregó que la crisis no es exclusiva de California, ya que todo el
país está pasando por problemas económicos.
“¡Bush prometió un superavit de 3
trillones de dólares y resulta que hoy tenemos 2 trillones de déficit!”.
Murillo también criticó el gasto que ocasionará esta elección especial y
mencionó que Davis es el gobernador que más jueces latinos nombró.
Los
integrantes del Caucus Chicano-Latino también se refirieron a la
proposición llamada “Iniciativa de Derechos Civiles de California” o
“Iniciativa Connerly” debido al nombre del autor, Ward Connerly, regente
del sistema universitario del Estado. Esta proposición, que varios latinos
equiparan con la nefasta proposición 187, de 1995, creada por el
ex-gobernador Pete Wilson y que buscaba negar a los inmigrantes
indocumentados y a sus hijos acceso a la salud y a la educación. La
Proposición Connerly eliminaría el requisito legal de mantener registro de
la participación de las minorías en la contratación de empleos en
diferentes agencias. De esta manera, no se podría siquiera comprobar
intentos de discriminación.
“Esta
iniciativa es racista y debemos votar contra ella”,
dijo José Barraza, quien ve en ella otra expresión de la falta de
sensibilidad de los republicanos hacia las minorías y en particular contra
los inmigrantes. Activistas latinos confían en que esa proposición motive
a muchos votantes a concurrir a las urnas para detener lo que llaman “el
asalto de la derecha” en California.
Pero
aunque los miembros del Caucus Chicano-Latino no mencionaron el caso,
varios activistas y organizaciones latinas de base evitan por el momento
comprometer su apoyo al gobernador Davis hasta que éste apruebe la
propuesta de ley SB60. Esta significaría restituir a los indocumentados
que viven en el estado la posibilidad de obtener licencia de conducir,
derecho anulado por los republicanos a mediados de los 90s, con apoyo de
conocidos demócratas como el actual vice-gobernador del Estado, Cruz
Bustamante. Davis vetó la AB60 el año pasado, creando fuerte reacción en
su contra de parte de varios sectores latinos.
De igual
manera, en oportunidades similares el gobernador enajenó a sus
simpatizantes por su constante “penduleo” político. Pero al decir de un
activista del Sindicato de Campesinos, fundado por el legendario César
Chávez a mediados de los 60s, aunque poco en relación a lo prometido,
Davis al menos ha sido abierto a escuchar a los sindicatos, a los
trabajadores, algo que jamás ocurre con los republicanos. La aprobación en
año pasado de la ley que establece un arbitraje entre agricultores y
campesinos en caso de disputas laborales es vista por el sindicato como
algo positivo.
Queda por
ver si este pequeño triunfo es suficiente para que los trabajadores se
movilicen en apoyo de Davis en medio de la indiferencia y el hastío de los
votantes californianos.
Eduardo Stanley
7 de
agosto de 2003
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