Estados Unidos
Latinos e iraníes, unidos a
consecuencia
de la lucha antiterrorista
Por: Mary Jo
McConahay, Pacific News Service |
Al sur de
California, algunos profesionistas Iraníes-Americanos —todavía
molestos por recientes detenciones y maltratos por parte del
Servicio de Inmigración— están aprendiendo del trato dado durante
mucho tiempo a los Chicanos como ciudadanos de segunda. La
redactora de PNS Mary Jo McConahay (mcconahay@pacificnews.org)
es periodista y realizadora de cine con amplia experiencia
profesional en Centroamérica y el Oriente Medio.
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SAN DIEGO,
California. En esta cuidad portuaria, hogar de la marina de
guerra y jubilados, la "guerra contra el terrorismo" está logrando
que comunidades totalmente diferentes se estén mirando una a otra
como en un nuevo espejo. Hace tres meses, un periodista Mexico-Americano
de edad, de pronto de vió en la situación de dar una clase
espontánea de historia Chicana a un grupo de ingenieros
Iraníes-Americanos en la cafetería de una importante empresa de
alta tecnología.
Desde que el presidente Bush incluyó a Irán en el "eje del mal",
miembros de la sociedad profesional empezaron a recibir miradas
desconfiadas, a ser vigilados y comenzaron las razias del
Departamento de Justicia contra familiares y miembros de esa
comunidad.
"Estaban sorprendidos, no sabían lo que les costaría salir de esta
situación", dijo Daniel Muñoz, de 75 años de edad, dueño de La
Prensa de San Diego, publicación bilingüe, quien además es un
veterano de 22 años de la marina norteamericana. "Les dije:
‘ustedes están como el Movimiento Chicano estaba en los 60s y 70s
frente a la discriminación racial y antiinmigrante’".
Los Iraníes-Americanos llegaron hace décadas, hablando inglés y
con educación. "Nos creíamos más blancos que los blancos", dijo
Ramin Moshiri, padre de dos hijos y presidente de la Asociación de
Profesionistas Irano-Americana. A medida que las nuevas
directivas del Departamento de Justicia llevaban a un trato duro e
incluso a detenciones de hombres del Medio Oriente que cumplían
con los requisitos del registro, comenzaron a sentir una conexión
más profunda con la experiencia Chicana.
"Esos detenidos son considerados culpables hasta que prueben su
inocencia", dijo Moshiri. "Esto está pasando y ya le pasó a
otros, a los Chicanos y a los negros".
A pesar de no tener experiencia en cuestiones de movilizaciones,
los Iraníes-Americanos mandaron correos electrónicos, pintaron
carteles, obstinadamente buscaron y lograron permiso de la ciudad
para una demostración bien publicitada en el centro de la ciudad
contra las detenciones, que fuera el primer evento de este tipo
por parte de esta comunidad.
"Les dije,
‘ustedes no necesitan permiso para una demostración si se hace en las
banquetas’", comentó el hijo de Muñoz, Dan Muñoz, actual editor de La
Prensa, publicación que existe desde hace 27 años. "No es un desfile. Y
no la hagan en la sombra—llamen a los medios".
A comienzos de enero, Muñoz Jr. le dió a la comunidad iraní una columna
bisemanal en La Prensa "hasta que tengan su propio periódico". En la
primera entrega, un escritor Persa, exhortaba a los miembros de esa
comunidad, generalmente de clase media, a "comprometerse o morir".
Actualmente, la revista del Centro Cultural Persa incluye una nueva
sección entre las acostumbradas sobre danza, arte culinario e historia:
una página central fácil de extraer, que es un folleto de la Asociación
Nacional de Abogados “Conozca Sus Derechos”, traducido al farsi. Incluye
una guía de pronunciación de términos poco familiares como "registro", y
respuestas claves como "no acepto, necesito hablar con mi abogado".
"Si un policía me detiene quiero ser amable, incluso exagero", afirmó el
geólogo Alí Sadr, director de la escuela semanal Iraní para niños del
Centro. "Me averguenza ver que la página central contiene términos que
debería haber aprendido hace tiempo. Día a día tomamos la vida con poca
seriedad y de pronto nos cae el veinte".
Los Chicanos se han quejado desde hace tiempo de la "perfilación" policial
que lleva a su detención cuando manejan, o a arrestos en las calles bajo
sospechas de ser indocumentados. Pero defensores de las libertados
civiles dicen que lo nuevo de las directivas respecto a la guerra contra
el terrorismo es que "abiertamente se identifican personas por
nacionalidad", según Christian Ramírez, director del Programa Fronterizo
México - EE.UU del Comité de Servicios de los Amigos Americanos.
Benjamín Prado, de la organización Coalisión de Derechos La Raza, afirma
que tuvieron reuniones con organizaciones árabes y musulmanas. "Les
dijimos que necesitan unificar su causa, y que si no hacen presión,
vivirán con miedo".
Esta no es la primera vez que comunidades locales se unen. Prado hace
presentaciones frente a una mesa de picnic en el popular Parque Chicano,
cerca de brillantes murales pintados en los pilares que sostienen el
Puente Coronado —un controversial proyecto nacido hace 30 años y que
finalmente se concretó gracias a la intervención del veterano diputado
estatal Peter Chacón, un México Americano de segunda generación— junto a
Wadie Debbeh, un inmigrante iraquí. En los 70s, La Prensa abogó
exitosamente por nuevos estudiantes Persas que habían sido marginados en
una escuela preparatoria local.
Pero no todos los residentes Hispanos sienten solidaridad. Un jóven
estudiante universitario Chicano dijo que "árabes" son dueños de tiendas
en barrios Mexicanos, lo cual implica tensiones. Generalmente con menos
recursos, los México Americanos pueden resentir el acceso de quienes
vienen del Oriente Medio a abogados y otros recursos. "Definitivamente
existe simpatía pero no veo una movilización de apoyo por parte de
Mexicanos", dijo una veterana activista. Ella afirmó que algunos
Mexicanos expresaron alivio al ver que finalmente "el perro anda detrás de
otro".
Christian
Ramírez mira hacia adelante. "Los del Medio Oriente ahora están
realizando protestas, es la primera vez que vemos algo así. Falta mucho
para que los inmigrantes de todos los países se unan, pero esta crisis
podría acelerar este proceso".
Mientras tanto, aún los Iraníes Americanos, en cómoda posición económica,
tienen ahora las negras discusiones antes escuchadas entre los Chicanos,
quienes hace apenas unos años lucharon contra un movimiento antiinmigrante
que planteaba que a los hijos de indocumentados deberían prohibirle la
ciudadanía norteamericana. "Será que alguna nueva ley prohibirá que los
hijos de ciudadanos naturalizados de ciertos países sean norteamericanos?
Adónde terminará todo esto?", dijo Kazem Zomorodian, padre de un pequeño
hijo y dueño de una compañía de ingeniería civil. "Nunca me hubiera
imaginado haciendo esta pregunta hace apenas tres meses".
Traducción:
Eduardo Stanley
24-01-03 |