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Las
empresas norteamericanas han anunciado 572.370 despidos durante los
cuatro primeros meses de este año, tres veces más que en el mismo periodo del
año anterior. Durante los meses siguientes la cifra ha aumentado. Lo mismo
ocurre en Japón y Europa. Capitalismo global.
General
Electric (GE),
la empresa más grande del mundo, va a despedir a 75.000 trabajadores.
Objetivo: mejorar la productividad. En 2000, GE obtuvo unas ganancias de 12.700
millones de dólares, un 19 por ciento más que en el año anterior. Este año
piensan superar, de nuevo, el 10 por ciento en el aumento de los beneficios.
Durante el primer trimestre superaron los 3.000 millones de dólares. No parece
suficiente.
General
Electric no es
la única empresa que adopta esta política. Dupont, segundo grupo químico
mundial, ganó sólo 567 millones de dólares durante el primer trimestre de
2001. Solución: el despido de más de 5.000 personas. General Motors con
ganancias, en estos tres meses, de 477 millones de dólares ha iniciado un plan
de reestructuración que afecta a su filial en Europa (OPEL) y a los 9.700
trabajadores de Isuzu (fabricante de camiones) despedidos.
Causas,
o más bien excusas: desaceleración, reducción de las ventas, descenso del
consumo.
Existen
casos peores. Minnesota Minning Manufacturing (3M) ha ganado entre enero
y marzo 467 millones de dólares, un 2,4 por ciento más que el año anterior.
Sus ventas han aumentado más de un 2 por ciento. Va a despedir a 5.000
empleados. Objetivo: ahorrarse 300 millones dólares anuales. No hay que
ganar, sino ganar siempre más.
Los
trabajadores de los países desarrollados son demasiado caros. Más o menos,
mantienen ciertos derechos formales: seguro médico, indemnizaciones en caso de
accidente, derecho de asociación. No siempre. Los trabajadores de las tiendas Wall-Mart
tienen prohibida la asociación sindical. Igual ocurre en Mc Donald´s y Nike
y Addidas no sitúan sus empresas en países pobres que reconozcan estos
derechos.
Si,
como ocurre en Malasia, existen sindicatos, hay otras opciones. Así, el
gobierno malasio declaró el sector tecnológico "libre
de sindicatos" para evitar ese "problema"
a Intel, Motorola, Texas Instruments y Hewlett Packard.
La
lista de empresas que tienen previstos expedientes de regulación de empleo
-eufemismo para hablar de despidos- es interminable. Tan sólo algunos otros
ejemplos: Chrysler 26.000; Ford 5.000 (con la peculiaridad de que
se trata de cuadros medios); Delphi (el mayor productor mundial de
componentes para automóviles) 19.000; Alcatel 20.000; Siemens
15.000...
Bien
sea por una reducción de los beneficios, por un aumento insuficiente, o por pérdidas,
miles de empresas en todo el mundo se han sumado a esta política de empleo. Los
ideólogos lo llaman "flexibilidad del
mercado laboral". Así se agiliza el mercado y se reduce el
paro, dicen. Sin embargo, en Estados Unidos, paradigma de los beneficios de este
sistema, la tasa de desempleo ha alcanzado el 4,5 por ciento, la más alta desde
1992. Y cuando en Estados Unidos sube un punto el índice de desempleo, aumenta
en siete puntos el número de homicidios.
También
aumenta la cotización bursátil de las empresas que reducen sus plantillas: las
acciones de 3M se han revalorizado un 26 por ciento en el último año.
El día en el que anunció su "expediente
de regulación laboral" las acciones subieron un 3,11 por
ciento. Lógico. Y cruel.
Para
estas regulaciones, las empresas utilizan no importa qué sistema de selección.
En cualquier caso no son sino extensiones de su sistema laboral.
Uno
de los más empleados es el método del "ranking
forzado". El objetivo es aislar al 10 por ciento de los
trabajadores prescindibles, es decir, aquellos que no cumplan con el objetivo
empresarial. O aquellos que, dentro del objetivo, tengan el menor índice de
productividad. A este 10 por ciento se le denomina grupo C. Los trabajadores de
este grupo pierden el primer año parte de sus ventajas, y el segundo, si
permanecen en la clasificación C, son despedidos. Ford (que utiliza este
sistema) se enfrenta a múltiples denuncias por discriminación laboral. Microsoft
ha sido denunciado por discriminación en la aplicación de su método "bote
salvavidas", que afecta sobre todo a negros y mujeres.
Pero
estos métodos no son sino representaciones de un sistema basado de manera
exclusiva en el beneficio. No importa cómo.
Los
trabajadores son tan sólo unidades de producción. Los ciudadanos,
consumidores, los derechos de unos y otros, ilusiones.
Nota
Un
día después de haber recibido este interesante artículo, nos enteramos por El
Espectador de Bogotá, Colombia, que Toshiba despedirá 20.000 trabajadores. La
decisión afectará al 10,5% de la plantilla de esta transnacional.
Autor:
Juan Carlos Galindo
Periodista
Centro
de Colaboraciones Solidarias
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