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Nadie está solo en el mundoComo educadoras y educadores debemos estar bien convencidos de una cosa que es obvia: la de que nadie está solo en el mundo. Pero vamos a ver qué implicancias tiene para la gente esta constatación, porque eso es una constatación, nadie precisa investigarlo. Lo que es importante es encarnar esa constatación con una serie de consecuencias, de implicancias. La primera de ellas, sobre todo, en el campo de la educación es la que nadie está solo porque los seres humanos están con el mundo y con los otros seres. Estar con los otros significa necesariamente respetar en los otros el derecho de decir la palabra. Saber oírEn la medida en que yo parto del reconocimiento de tu derecho de decir la palabra, cuando yo te hablo porque yo te oí, yo hago más que hablarte a ti: yo hablo contigo. Yo sólo escucho en la medida en que yo respeto, inclusive al que me habla contradiciéndome. Porque si sólo escucho a los que concuerdan conmigo, ¡pucha! es lo mismo que hacen los que están ahí en el poder. Desmontar la visión mágicaVoy a dar un ejemplo bien concreto: vamos a admitir que yo llegué a trabajar a un área cuyo nivel de represión y opresión, de explotación es tal que, por necesidad, inclusive de sobrevivencia colectiva, esa población se refugia en toda una visión alienada del mundo. En esa visión, Dios es el responsable de aquella miseria y no el sistema que está ahí. Entonces, no es posible llegar a un área como esa y hacer un discurso sobre la lucha de clases. Es claro que un día van a llegar al tema de clases, pero es imposible mientras no se desmonte la visión mágica, la comprensión mágica. Entonces es una violencia querer olvidar que la comunidad aún no tiene la posibilidad de un compromiso inmediato. Delante de un caso como éste, hay dos posibilidades: 1. La primera es acomodarse al nivel de comprensión que la comunidad tiene y pasar a decir que es verdad, que Dios quiere eso. Esa es la primera posibilidad de errar. 2. La segunda posibilidad de errar, es terminar con Dios y decir que el culpable es el imperialismo. Se habla tanto de dialéctica y no se es dialéctico. Dialéctica es el proceso de conocimiento por el cual se llega al camino cierto a través de un proceso de reflexión sobre la realidad y la práctica. Dios es el culpadoYo me acuerdo por ejemplo que antes del golpe de estado, cuando trabajaba en el nordeste, conversando con unos campesinos salió el tema. Y en un momento uno de ellos dice: ―El señor me disculpa, pero es el señor quien debería hablar y no nosotros. Yo pregunté ― ¿por qué? y el respondió, ― porque el señor es el que sabe y nosotros no sabemos. Entonces les dije: ―Muy bien, yo acepto que yo sé y que ustedes no saben. Yo lo acepté, pero al mismo tiempo indagué sobre ellos. Un campesino me dijo: ―el señor sabe por qué el señor fue a la escuela y nosotros no. ― ¿Y por qué yo fui a la escuela y ustedes no? Y me replican: ―porque sus padres pudieron mandarlo y los nuestros no. Acepto, ―pero ¿por qué los de ustedes, no? ― ¡Ah, porque los nuestros eran campesinos! ― ¿Qué es ser campesino? ―Ser campesino es no tener nada, me replicaron. ― ¿Y qué es lo que explica todo esto? y respondieron: ―es Dios el que quiso que el señor tuviera y nosotros no. Miré a uno y le pregunté: ― ¿cuántos hijos tienes? ―Tengo seis. Le pregunté: ― ¿usted sería capaz de dejar cinco aquí reventándose al sol y enviar uno a Recife con comida, hotel, para estudiar y ser doctor? ―No, yo no haría eso. ― ¿Entonces ustedes encuentran que Dios que es poderoso, que es padre, haría eso con ustedes? Hubo un silencio y dijeron: ― ¡No, no es Dios, es el patrón! Sería una idiotez que yo dijese que es el patrón imperialista yanqui. Me preguntarían: ― ¿Y dónde vive ese hombre? ¡La transformación social se hace con ciencia! Con conciencia, sensibilidad, humildad, creatividad y coraje. El voluntarismo nunca hizo ninguna revolución. Y el espontaneísmo tampoco. Implica la convivencia con las masas populares y no la distancia de ellas. ElitismoPero eso que digo a nivel intelectual o teórico hay que vivirlo. Muchos de nosotros vamos a la masa popular arrogantemente, elitistamente, para salvar a la masa inculta, incompetente e incapaz. BasismoTambién hay otra equivocación que es lo que llamo basismo, que es pasarse dentro de las bases todo el día, toda la noche, viven allí, mueren allí. Eso de sobreestimar a la masa popular es un elitismo a la inversa. No hay porque hacer eso. Yo por lo menos, es claro que soy un intelectual y soy un intelectual de mano fina; la sociedad burguesa en que yo me constituí como intelectual no me podría haber hecho diferente. Y yo soy humilde para aceptar una verdad histórica que es mi límite histórico, o si no, me suicido. Yo no me voy a suicidar porque es dentro de esa contradicción que yo me forjo como un nuevo tipo intelectual. Ahora para mí lo que es fundamental es lo siguiente: es que esa contribución sólo es válida, en la medida en que soy capaz de partir del nivel en que la masa está, y por lo tanto, de aprender con ella. Es ese estar con el pueblo, y no simplemente para él y jamás sobre él, lo que caracteriza una postura realmente liberadora.
Autor: Paulo Freire 7 de mayo de 2002
Nota 1- Artículo publicado en las memorias del Foro - Taller en homenaje a Paulo Freire, organizado por la Comisión de Derechos Humanos y Políticas Sociales de la Junta Departamental de Montevideo, la Red de Poder Local de CEAAL y Rel-UITA, el 16 de mayo de 1997. |
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