Internacional

 
 

 

PREOCUPANTE

 

Hace poco más de una década, los que gobiernan el mundo defendiendo los intereses de los dueños del mismo, decidieron debilitar el accionar de los siempre molestos sindicatos. Para ello decidieron privilegiar a las denominadas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs). Luego incluyeron a los sindicatos bajo la denominación de ONGs. Nada en contra, salvo la aclaración de que se trata de organizaciones que pueden y deben complementarse, pero diferentes. Sea como sea, cuando en reuniones de la ONU u otras, se incluye la participación de ONGs, queda implícito que también abarca a los sindicatos. De manera que, por su naturaleza estas formas de organización eran -son- diferentes, los dueños del mundo y sus mandatarios optaron por privilegiar a una de ellas, para luego terminar decidiendo que ambas son la misma cosa.

La pregunta es: ¿qué quiere decir "la misma cosa" para los dueños del mundo?

La respuesta la encontramos en un seminario sobre política y estrategia -donde no se permitieron preguntas- realizada el pasado 11 de setiembre en la Escuela Superior de Guerra de Argentina. Allí, el embajador de los Estados Unidos, James Walsh, aseguró, entre otras cosas, que "la red Al Qaeda está enquistada en organizaciones no gubernamentales de todo el mundo". Agregando que uno de los desafíos es "preservar el enorme trabajo que realizan las ONGs, pero que al mismo tiempo hay que ocuparse del cáncer del terrorismo enquistado en algunos de esos grupos, que desvían fondos para usos pacíficos para ser utilizados en los sangrientos objetivos terroristas".

Mr. Walsh también explicó que el Programa del Departamento de Estado de ayuda contra el terrorismo se aplica en más de 130 países y que más de cinco mil profesionales de 150 países ya recibieron entrenamiento. "A través de entrenamiento especial, mejores prácticas y la creación de bancos de datos y redes de información estamos trabajando en forma conjunta para que los terroristas y quienes los apoyan no encuentren refugio en las Américas".1

El embajador sabe de lo que habla. Otro 11 de setiembre, pero de 1973, en Chile se cometía un acto terrorista largamente planificado. Con aviones, rockets, tanques y otras armas (todas suministradas por EE.UU.) se derrocaba al gobierno democrático de Salvador Allende, dando inicio a una carnicería de civiles inocentes y a una de las dictaduras más terribles que recuerde nuestra América. En los preparativos del golpe, al igual que sucediera en el ocurrido años antes en Brasil, participó el entonces llamado Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre (que ahora se denominaría una ONG) financiado por algunas de las grandes transnacionales americanas y el propio Departamento de Estado. Por ello lo del título.

 

Autor:

Enildo Iglesias

© Rel-UITA

27 de setiembre de 2002

NOTA


(1) Clarín, Buenos Aires, 12.11.02

 

 

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