Guatemala
SOLIDARISMO
y PRECARIEDAD LABORAL
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Dos
noticias publicadas el pasado sábado 5 de octubre1
en el diario guatemalteco Prensa Libre tratan temas aparentemente
diferentes, pero que en realidad se encuentran estrechamente ligados entre
sí.
Smith asegura que el movimiento solidarista, fundado hace más de 50 años
en Costa Rica, agrupa actualmente a más de 200 mil trabajadores y
trabajadoras en empresas guatemaltecas,
"que laboran junto a sus
empleadores para desarrollar el concepto de solidaridad económica".
Según el cronista, "el
precepto fundamental del solidarismo parte de las diferencias existentes
entre los individuos, pero en lugar de ser motivo de conflicto,
enfrentamiento o lucha de clases; propicia la convivencia pacífica,
intercambio de servicios e interdependencia entre unos y otros".
Ante esta afirmación es bueno recordar que las diferencias existentes en
la sociedad no obedecen a las diferencias individuales (individuos más o
menos gordos, más o menos altos, más o menos agresivos, etc.). En el mundo
en que nos toca vivir no existe la sociedad humana en abstracto, lo que
existe es una sociedad dividida en clases y grupos sociales, cada una de
ellas con sus problemas e intereses específicos, de ahí surgen los
antagonismos existentes.
"El solidarismo propugna
la propiedad privada como medio de prosperidad, donde trabajadores y
empleadores adquieren un compromiso de garantizar su bienestar y el de la
empresa",
declara Soledad González, presidenta de la Unión Solidarista Guatemalteca.
González, junto a Marvin Rodríguez, gerente general de las asociaciones
solidaristas del grupo PAF, aseguran
"que la iniciativa para formar una
asociación solidarista debe provenir de la empresa misma que ha evaluado
sus posibilidades financieras y laborales para organizarse de esa forma".
Y reconocen tres actores principales en su funcionamiento:
-
El capital
asume el riesgo, aporta visión, busca recursos nuevos y promueve la
generación de empleo
(la calidad del empleo
que genera es un tema que, para el solidarismo, no parece tener
importancia).
-
La
administración de los recursos económicos, humanos y tecnológicos son
vitales para el desarrollo de esa empresa
(de lo cual se deduce que quedan en manos de los empresarios sin ninguna
participación de los asalariados).
-
El trabajo
ayuda a la productividad para la creación de riqueza y su distribución
equitativa
(esta distribución queda en manos del solidarismo que impulsado,
administrado y dirigido por los empresarios, ofrece préstamos, tiendas de
productos a precios más bajos, servicios médicos, actividades deportivas,
etc.; nada nuevo frente a lo que numerosos sindicatos ya realizan, pero
sin las molestas reivindicaciones que los sindicatos plantean).
Por
ello, no es de extrañar que los empresarios guatemaltecos -históricamente
y salvo honrosas excepciones, los más trogloditas entre sus pares del
continente- vean en el solidarismo un instrumento no para eliminar y sí
para mejorar su posición en la lucha de clases.
El
artículo de Gudiel informa que, según la Encuesta Nacional de Empleo e
Ingresos, sobre una
Población Económicamente Activa de 4,9 millones,
3,4 millones (70%) laboran en el sector informal,
mientras que sólo
1,3 millones (27%)
están formalmente empleados.
La muestra indica además un 3% de
desocupación. Resultaría
interesante que el Instituto Nacional de Estadísticas investigase que
número de trabajadores dentro de ese alto porcentaje de informales en
realidad es de trabajadores "en negro", es decir, no inscriptos en la
Seguridad Social. Sospechamos que los datos resultarían reveladores y
mostrarían la vinculación existente entre solidarismo e informalidad.
También es posible que se detecten trabajadores y trabajadoras "en negro"
en empresas donde no existe sindicato pero sí solidarismo. Debido a ello,
nos atrevemos a pronosticar que, con el actual gobierno, tal análisis
nunca se realizará.
Enildo Iglesias
© Rel-UITA
23 de
octubre de 2002
NOTA
1
Eduardo Smith:
Solidarismo beneficia a 200 mil empleados
Vernick Gudiel:
3,4 millones laboran
en el sector informal. |