Uruguay
- Las mujeres tienen un rico historial en el sindicato. - Estamos integradas a este sindicato tan atípico desde hace unos veinte años. En la fábrica prácticamente no hay mujeres trabajadoras, pero apoyamos a nuestros compañeros que trabajan en Norteña. Comenzamos nuestra labor colaborando en la formación de dos cooperativas de vivienda. Para construir nuestras casas vendimos alimentos y artesanías en varias ediciones de la Semana de la Cerveza, que se celebra durante la semana santa o de turismo en Paysandú, donde llega un importante número de turistas. Luego el grupo apuntó hacia el área educativa: integramos una biblioteca y un fondo con el cual se adquieren útiles y libros para nuestros hijos estudiantes, desde primaria hasta el nivel terciario. Cuando hubo conflictos nosotras participamos en las asambleas, lo que es un acierto del sindicato, porque de esa manera nosotras divulgamos la problemática en nuestras familias y en el entorno social. Y hoy, ante el inminente cierre de la fábrica, seguimos junto a nuestros compañeros, aportando nuestro granito de arena. - José Oxley, tu esposo, ¿cuántos años lleva en Norteña? - 32 años. Cuando nos conocimos teníamos 18 años, y él recién había entrado en Norteña. Éramos novios, y recuerdo que yo podía ingresar a la fábrica a verlo y conversar con el gerente y hasta reprocharle, entre otras cosas, sobre el escaso número de funcionarias en la planta. Otras épocas. - ¿Norteña ha sido la base para desarrollar vuestros proyectos de vida y de familia? - Los proyectos de vida giraban en torno a la fábrica, eso es cierto. Hasta hace unos años, uno ingresaba a la empresa sabiendo que allí se jubilaba. El padre de mi marido, por ejemplo, participó en la construcción de la planta de Norteña y allí se jubiló. Sería extraño encontrar a alguien en Paysandú que no tenga un familiar que trabaje o haya trabajado en Norteña. Es la empresa emblemática para nuestro departamento y significa mucho para nuestras vidas. Además, hasta la llegada de AmBev, Norteña fue una empresa sumamente amplia, en sus salones hasta hubo una escuela, y fue su gerencia la que apoyó la idea de un trabajador de realizar la Semana de la Cerveza. Por ello, nosotros decimos que esos ladrillos también nos pertenecen. - El Sindicato viene desarrollando una lucha ejemplar y muy digna. - Los tiempos cambiaron, pero el SOEN es un sindicato en serio. Sucede que en esta supuesta “modernidad” en la que estamos inmersos, el centro de decisiones ya no está en Paysandú, y como antes ya no nos sentarnos en una mesa frente al patrón. Hoy uno no sabe con quién está discutiendo, ni qué poder tiene esa persona, ni puede saber tampoco sus intenciones. Creo que AmBev nunca pensó que opondríamos tanta resistencia. En sus planes de cierre desestimó a nuestra organización, y se encontró con un sindicato maduro, que ha planificado todas sus acciones, que cuenta con un apoyo popular enorme, que ha instalado el problema en los ámbitos nacional e internacional. Se encontró con un sindicato que dice no al cierre de la fábrica y a la pérdida de fuentes de trabajo, y que está diciendo un no grandote a la resignación y al no se puede. Gerardo Iglesias © Rel-UITA 17 de marzo de 2003 |
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