CARTILLA DE LOS RECURSOS HÍDRICOS
|
Un patrimonio
de la humanidad
|
Esta cartilla fue
concebida y escrita por su autor como un texto de
divulgación popular sobre los elementos básicos que, en su
opinión, deben tenerse en cuenta en un análisis sobre el
agua en el mundo1. Originalmente coeditada en Brasil por la
fundación Juquira Candirú, el Grupo Interdisciplinario de
Pesquisa e Açao em Agricultura e Saúde (GIPAS) y la
Rel-UITA, estas instituciones han cedido solidariamente el
material para ser publicado en este suplemento. |
Todos
sabemos que donde existe agua existirá vida. De la misma forma que
donde hay árboles se encuentra agua, pues ella es la primera y
mayor transformación de energía en nuestro planeta.
En la mayoría de
las religiones antiguas se veneraba un dios del agua y en muchas
se le atribuía la creación de la vida.
Los astrónomos
de la NASA festejaron la posibilidad de la existencia de agua en
Marte, pues de esa manera allí podría existir vida.
Para los
aztecas, el dios del agua era Chalchiutlicue, y el dios de la
lluvia era Tlaloc, para los incas era Pachamama, los brasileños de
todas las razas y credos respetan a Yemanjá, la Reina de las
Aguas. Los egipcios creían en Tauret, que derramaba en su imperio
una dádiva del Nilo. Cada pueblo tiene un dios de las aguas acorde
con la importancia que ella tenga en su vida.
El agua es todo
Y así fue desde
el comienzo, cuando el hombre salió de las cavernas y dejó de ser
nómada. Construyó sus primeras casas dentro de los lagos para su
seguridad. Cada uno de nosotros ve el agua de forma diferente,
pero todos le prestamos la misma devoción, pues agua es vida.
El alquimista
decía que el mundo estaba constituido por cuatro elementos (fuego,
aire, tierra y agua).
El químico
moderno sabe que está compuesta por dos átomos de hidrógeno unidos
a uno de oxígeno. Pero queda intrigado porque el agua es un
solvente universal, es decir, disuelve todas las cosas existentes
en el planeta.
La
tecnología de las máquinas a vapor usó el agua como mecanismo de
gran importancia durante la Revolución Industrial. El agua
represada de los ríos se transforma en electricidad en las usinas
hidroeléctricas. Cuando es separada en sus componentes: oxígeno e
hidrógeno, es el combustible del tercer milenio.
El físico conoce
los puentes de hidrógeno y queda boquiabierto, ¿cómo puede estar
en estado líquido con un peso molecular tan bajo y aumentar de
volumen cuando se transforma en hielo?
Para
el religioso el bautismo en el agua purifica el cuerpo y el alma,
para el esotérico es el origen de la vida.
Las
personas acostumbran repetir que el agua es esencial para los
seres vivos, pero pocas saben que es un mineral como la plata o el
oro, sin embargo no le dan el valor que tiene, a no ser cuando
falta.
Dos tercios del
planeta están cubiertos de agua y ella es el mayor componente de
todos los seres vivos. En las medusas (aguas vivas) el agua
constituye más del 98 por ciento de su peso, valores parecidos se
encuentran en la lechuga. Existen insectos con menos de 30 por
ciento de agua y en las semillas el contenido es siempre menor al
12 por ciento, esto es para su protección, pero pueden absorber
agua hasta 500 por ciento de su peso en pocas horas.
La
evolución de la vida sobre nuestro planeta ocurrió en el agua.
Todo nuestro metabolismo se procesa en el agua: digestión,
reproducción, gestación, excreción, etc. Es un hecho conocido que
conseguimos vivir varios días sin alimento, pero no conseguimos
pasar un día sin agua.
El agua es
también un mecanismo de limpieza y protección del cuerpo, pues
cuando existe un envenenamiento o intoxicación, es a través de la
eliminación de agua (orina, sudor, diarreas) que el cuerpo procura
desechar las toxinas e impurezas y así restablecerse.
También los
vegetales necesitan mucha agua, incluso los más resistentes como
los cactus del desierto, pues es el vehículo para la absorción de
los minerales del suelo, la transformación de la energía del sol
en alimentos, crecimiento y desarrollo. Hay tipos de árboles de
rápido desarrollo que necesitan más de 400 litros de agua para
producir un kilo de madera.
Los
grandes ríos fueron las primeras vías de transporte y avance para
el establecimiento de poblaciones. Todos nosotros vivimos,
siempre, dentro de una cuenca hidrológica. Cuenca hidrológica es
el lugar geográfico donde escurre toda el agua que cae dentro de
ella, la que escurre para otro lado está fuera de esa cuenca, pero
dentro de otra.
Así encontramos
la Cuenca Amazónica, la del Plata, la de San Francisco, etc.
También existen pequeñas cuencas y micro cuencas, que generalmente
comprenden las propiedades de unos pocos agricultores o parte de
un pequeño territorio. Ellas son utilizadas para la conservación
del suelo, procurando impedir la erosión y aumentando el
almacenamiento de agua.
Todos los seres
humanos deberían aprender el ciclo del agua, pues poca
gente lo conoce.
Ciclo
del Agua
El dibujo
permite comprender, pero no entender totalmente, la importancia
del ciclo de agua sobre nuestra vida, sociedad, economía y
supervivencia. Comprender el ciclo del agua merece una reflexión
más profunda, principalmente ahora que inventaron la crisis del
agua y la colocaron en el orden económico internacional.
No hay agua para
todos y quien más la necesita menos tiene. Existen zonas en Brasil
y otros países donde el agua es repartida en camiones cisternas y
para recibirla se debe votar a determinados políticos.
Resulta triste,
pero muchos maestros, profesores de secundaria y un gran número de
universitarios ni siquiera saben por qué el mar es salado. ¿Cómo
comprender entonces la esencialidad del agua y la evolución de la
vida en el planeta (biósfera) que tiene una atmósfera
compuesta de 18 por ciento de oxígeno y 68 por ciento de
nitrógeno, posee una litósfera compuesta de rocas y una
hidrósfera compuesta de agua?
El
mar es salado porque las rocas, a través de diversos factores
ambientales, se transforman en suelo y el agua -principalmente el
agua de lluvia- disuelve las sales y otros compuestos químicos
existentes en las rocas. Estas aguas son arrastradas a los
arroyos, lagos y ríos que normalmente corren hacia el mar llevando
estas sales. De manera que la sal de océanos y mares es originada
por la descomposición de las rocas y su lavado y disolución por el
agua. En el ciclo natural del agua se vio que los océanos evaporan
el agua, dando lugar a la formación de nubes que luego de
saturadas dan origen a las lluvias, nieve y granizo.
Cuando el agua
de los océanos se evapora las sales permanecen, por lo tanto el
agua de lluvia y la nieve no contienen sales. Es importante
entender que cuando llueve o nieva esta agua pura solubiliza más
sales del suelo y las lleva al mar. Por ello es que los suelos de
las zonas donde llueve mucho, como en los trópicos, son pobres en
sal y en las regiones donde llueve poco los suelos son ricos en
sal.
Los habitantes
de zonas litoraleñas donde llueve poco y hace mucho calor, retiran
el agua del océano y la colocan a evaporar para producir sal de
cocina. Como el agua de lluvia no contiene sales, se dice que no
sirve beberla pues no “mata la sed”. Lo que sucede es que no
contiene las sales minerales indispensables para el metabolismo
humano y animal. Por otra parte, es peligroso tomar agua de
lluvia, incluso filtrada, pues puede estar contaminada.
En los océanos
hay seres vivos microscópicos, es el fitoplancton, responsable por
la fijación del gas carbónico de la atmósfera y la producción de
oxígeno. En el aire existen bacterias, como la Pseudomona syringae,
que intervienen en la formación de lluvias y producción de agua
dulce.
La denominación
“agua dulce” identifica la que puede ser bebida por los seres
vivos, usada en la agricultura y la industria, pues posee una
cantidad de sales minerales en equilibrio y es ideal para el
metabolismo de cualquier forma de vida.
Las aguas dulces
que brotan de las fuentes y piedras reciben el nombre de minerales
y la ciencia que las estudia es la crenología. En medicina las
aguas minerales son usadas en el tratamiento de accidentes y
enfermedades desde la antigüedad. Los romanos fueron un pueblo que
recuperaba su salud en las ciudades baños, de ahí el nombre de
balneario.
Vimos que los
océanos producen las nubes. En ellos existen también grandes
reservas de agua dulce. Durante el período glacial, el hielo
formado sobre los océanos era de agua dulce, pues ella se
solidifica más rápido y se separa del agua salada. En el polo
Norte y en la Antártida hay grandes reservas de agua dulce
purísima. Los holandeses están preocupados, pues con el cambio
climático, el derretimiento de estos glaciares inundaría su país
que se encuentra por debajo del nivel del mar. Además, atrapadas
en el Ártico hay enormes cantidades de gas carbónico, las que
serían dispersadas en la atmósfera aumentando todavía más el
efecto invernadero.
“Cada año, la
tierra devuelve al mar cerca de 41.000 kilómetros cúbicos de agua2,
de los cuales 9.000 kilómetros cúbicos son fácilmente
aprovechables para uso humano. Teóricamente, esa cantidad de agua
es suficiente para sustentar cerca de 20.000 millones de personas,
sin embargo en la práctica la disponibilidad varía mucho en virtud
de distribuciones irregulares de la población y del agua. Por otra
parte, un ciudadano estadounidense promedio consume 70 veces más
agua que el de Ghana...”
(Greenpeace).
El agua y las
civilizaciones
Además del uso del agua como bebida, una de sus principales
utilizaciones fue la irrigación. Esto posibilitó que el hombre
ocupase áreas desérticas y produjese grandes cantidades de
alimentos. La importancia del agua para esas regiones fue tan
grande que en España existían tribunales para impedir que el gasto
excesivo de uno perjudicase a otro o a la comunidad. Ellos
conocían la historia y sabían que el uso indebido de la irrigación
es peligroso.
Uno de los
orígenes de la civilización surgió gracias al riego, en la región
entre los ríos Tigris y Eufrates denominada Mesopotamia (palabra
que significa entre ríos) donde se crearon extensas áreas
agrícolas y grandes reinos e imperios (Babilonia, Caldea, Ur,
etc.). Con el uso descontrolado de la irrigación con agua rica en
sales, este suelo fue quedando salinizado, convirtiéndose en
impropio para la agricultura, hasta transformarse,
irreversiblemente, en un gran desierto3.
Seis mil años
después hay en el mundo millones de hectáreas irrigadas,
produciendo abundantemente, pero corriendo el riesgo de
transformarse en un desierto salado si no se toman precauciones y
cuidados con el suelo. Son necesarias también políticas públicas
mundiales, pues hoy el problema está globalizado. Con los cambios
climáticos crecen las áreas desertificadas por modificaciones en
el régimen de lluvias y devastaciones provocadas por los gobiernos
y empresas que provocan la alteración del ciclo natural del agua.
En principio, el
agua era un agente civilizador y principal vector de salud a
través de los hábitos de higiene.
Cuentan relatos
alemanes que durante la invasión de los soviéticos en 1945, los
soldados arrancaban los grifos de las paredes y se los llevaban
como un preciado trofeo, pues pensaban que colocándolo en la pared
de sus casas obtendrían agua. Lo mismo se enseña en las escuelas
primarias brasileñas sobre las tropas que invadieron la ciudad de
Sāo Paulo en 1932, luego de la derrota de los
“constitucionalistas”. No se sabe si estos casos son verdaderos,
pero sirven para demostrar en qué grado el agua es un símbolo de
civilización, salud y riqueza. Las principales y más peligrosas
enfermedades son transmitidas por el agua sin tratamiento. En
muchos países subdesarrollados las transnacionales impusieron la
utilización de la leche en polvo para sustituir la materna. Como
consecuencia, miles de criaturas lactantes murieron de
deshidratación.
Contaminación sin
límites
Los ingenieros
griegos, y mucho antes seguramente otros, sabían que así como
podían canalizar el agua de los ríos y llevarla a las ciudades,
también podían canalizar las aguas residuales (negras) hacia los
ríos y llevarlas fuera de las ciudades. Pero fueron los romanos
con su arquitectura exuberante y una ciudad con más de un millón
de habitantes quienes construyeron los grandes acueductos para el
transporte del agua, y la “cloaca magna” para transporte de las
aguas negras, basura y cadáveres de los pobres, indigentes y
muertos por epidemias.
Todo arroyo, río
o canal artificial tiene capacidad para recibir una cantidad de
aguas negras y depurarlas luego de un cierto tiempo. El problema
comienza cuando esta capacidad es superada y el curso hídrico no
puede depurar siquiera cantidades menores pues fue roto su
equilibrio. Esto es sabido desde hace mucho tiempo, pero el poder
a menudo ignora este conocimiento en beneficio del lucro.
En las áreas
rurales, donde habitaba la mayor cantidad de la población, en
muchos países no había cloacas domésticas. Se usaban “letrinas”
estratégicamente colocadas en el fondo de los terrenos y cambiadas
de lugar cada cierto tiempo sin que existiera contaminación
hídrica.
Con la
Revolución Industrial enormes masas humanas dejaron los campos y
fueron a las ciudades. Al inicio el agua era llevada por desagües
y las letrinas ligadas directamente a una caja que era cambiada
semanalmente y arrojada al río, aguas abajo de la ciudad.
Cuando comenzaron a ser construidas las redes de saneamiento que
desembocan en los ríos, esas corrientes murieron, pasaron a ser
canales cloacales. Esto sucedió en Europa en el Siglo XVII y XVIII.
Fue así como murió el Támesis en Londres, el Sena en París, el
Riachuelo en Buenos Aires, el Miguelete en Montevideo, etc.
Poco a poco las
industrias fueron localizándose a lo largo de ríos y arroyos, pues
precisaban agua limpia para sus procesos y podían descartar
fácilmente sus desechos y efluentes en los mismos cursos de agua.
En esa época, las industrias europeas trabajaban con el desengrase
y lavado de lanas y el procesamiento del lino y otras fibras
naturales, lo que era destinado a las textiles, la curtiembre de
cueros, colorantes, frigoríficos, etc. Todos estos efluentes
(aguas servidas de un proceso industrial) eran contaminantes
biológicos extremadamente fétidas.
Antes, la
contaminación biológica crecía en progresión aritmética, pero con
el avance de la química, principalmente la química orgánica, la
polución de las aguas aumentó en progresión geométrica.
Cuando la contaminación era biológica sabíamos que cierta cantidad
podía ser absorbida y luego depurada por el curso hídrico, pero
con la contaminación química no sucede esto, pues ella es
acumulativa en el tiempo y el espacio y mucho más impactante.
En la
contaminación biológica los organismos vivos se multiplican en
función de la presencia de nutrientes y consumen todo el oxígeno
existente. Esto es llamado eutrofización. Por eso resulta común
detectar gran mortandad de peces en ríos y arroyos en períodos de
seca y calor, pues los microorganismos consumen el oxígeno del
agua. El medio sin oxígeno pero con nutrientes puede llevar a la
multiplicación de seres vivos anaeróbicos (que viven sin oxígeno)
que se multiplican aceleradamente empeorando la calidad del agua,
transformándola en fétida, oscura y con olor a huevo podrido.
En las
plantaciones de arroz irrigado es común encontrar ambientes
anaeróbicos con producción de “gases de los pantanos” debido a las
bacterias metanogénicas, es decir bacterias formadoras de gas
metano. El metano (existente también en los gases intestinales)
causa el llamado efecto invernadero (calentamiento de la
atmósfera) que altera el ciclo natural del agua.
A lo largo de
los cursos hídricos la devastación de la naturaleza provocó la
alteración del ciclo natural del agua, con la desaparición de los
bosques costeros y el corte raso de los montes aumentó la erosión
del suelo, incrementando también el escurrimiento de las aguas
superficiales. Esto impide la infiltración de las precipitaciones
en el suelo y la alimentación de los acuíferos y napas freáticas y
destruido el equilibrio de los pequeños arroyos y lagunas. Por
otro lado, la sustitución de los bosques por plantas homogéneas y
de la misma edad, con árboles de rápido crecimiento (un ejemplo es
el eucalipto) provoca un superconsumo hídrico, impidiendo la
conservación de las reservas de agua.
En Brasil, en la
llamada Mata Atlántica, en los estados de Espíritu Santo y Bahia,
más de 500 arroyos desaparecieron en los últimos 40 años donde
fueron plantados eucaliptos para la compañía Aracruz Celulose.
La
contaminación biológica, química, física, el empleo de tecnología
inadecuada y la devastación iniciaron alteraciones irreversibles
en los ciclos naturales, en los cuales el ciclo del agua es
estratégico para el equilibrio global.
Ciclo del Carbono
Ciclo del Nitrógeno
En las partes
más densamente pobladas y ricas del planeta, sin problemas de
contaminación biológica de las aguas debido a la canalización e
instalaciones de tratamientos de las aguas negras y con programas
de revitalización de los ríos y arroyos, se generó en los últimos
40 años otra preocupación con la calidad del agua, pues se
descubrió que las reservas de aguas superficiales y subterráneas
estaban contaminadas con efluentes industriales e insumos
industriales usados en la agricultura (fertilizantes y
agrotóxicos), efluentes industriales atmosféricos e hídricos,
además de residuos radioactivos de las explosiones nucleares
realizadas en la atmósfera y en islas del Pacífico. Es la
contaminación moderna.
La concentración
a escala de la agricultura industrial, por ejemplo en Suiza, fue
tan grande que el suelo y las aguas de ese país estaban totalmente
contaminadas por residuos tóxicos de fertilizantes químicos y
agrotóxicos, además de la alta concentración de estiércol y orín
de bovinos y otros animales. También las aguas estaban
contaminadas con nitratos y nitritos llegando hasta el río Reno
que baña siete países de Europa. La situación es aun peor en los
Países Bajos.
En los Alpes
alemanes, a más de 2.500 metros de altura, la nieve analizada
estaba contaminada por BHC, Lindano y Pentaclorofenol para
desesperación y silencio de las autoridades, pues esta
contaminación no tiene remedio o tratamiento: estos productos
habían sido eliminados y dejados de utilizar hacía más de 20 años.
En 1991 ocurrió
un incendio en la empresa Ciba Geigy, en Basilea (Suiza), que
provocó una gran contaminación del río Reno debido al
escurrimiento de los herbicidas Atrazina y Simazina. El Reno, en
el que se habían invertido más de 1.000 millones de dólares para
su descontaminación, quedó nuevamente poluido y condenado por más
de 50 años.
Dinero líquido
Una
investigación efectuada por un grupo japonés concluyó que cada
molécula de agua es utilizada 18 veces al año, y que en este siglo
(XXI) esa cifra aumentará a 48 veces al año. El estudio preocupó
al gobierno de ese país, que autorizó la explotación de icebergs
en el Antártico. El agua dulce contenida en ellos hace más de 30
mil años, de altísima pureza y convertida en objeto de lujo, es
ofrecida a los consumidores ricos de Japón como la “más pura agua
mineral” con la marca Kufeng.
En esa misma
época, científicos internacionales midieron el comportamiento de
una molécula de agua en la Amazonia, llegando a la conclusión de
que una misma molécula se precipita con la lluvia, se evapora en
las hojas de los árboles y cada 80 kilómetros vuelve a
precipitarse, comenzando de nuevo el ciclo del Este hacia el
Oeste. Estos estudios muestran la importancia del conocimiento del
ciclo de las aguas.
Actualmente es
ampliamente sabido que cuando un volcán en erupción puede esparcir
sus cenizas prácticamente en todo el planeta. Lo mismo ocurre con
los experimentos atómicos en la atmósfera. También los incendios
forestales gigantescos en Brasil, Indonesia y Zaire están elevando
la temperatura, el contenido de gas carbónico y partículas de
carbono en la atmósfera, con repercusiones sobre los ciclos
naturales del agua y otros relacionados al mismo. Los incendios,
junto a la tala de bosques acentúan el efecto invernadero.
Hace más de 15
años que los más eminentes científicos del mundo industrializado
fueron convocados para confirmar los cambios climáticos y el
efecto invernadero. Las conclusiones fueron contundentes: la
contaminación, la devastación y todos los efectos colaterales de
un proceso de destrucción del ambiente está amenazando los
soportes vitales y los equilibrios del planeta.
Hoy, todos
asistimos a fenómenos climáticos como “El Niño” y “La Niña”,
zafras perdidas, tempestades y anomalías que causan estragos
económicos y daños sociales en función del calentamiento de las
aguas oceánicas.
El aumento de la
luz ultravioleta -UV(b)- afecta negativamente la vida
marina y por consiguiente la absorción de gas carbónico de la
atmósfera y la producción de oxígeno, debido al agujero en la capa
de ozono, provocado por los contaminantes industriales como los
clorofluorocarbonos (CFC11 y CFC12),
emanaciones del uso de abonos, fertilizantes y agrotóxicos. Esto
es discutido internacionalmente, pero los fabricantes de CFC o de
bromuro de metilo4 presionan a los gobiernos de los países pobres
para aumentar el consumo de estos productos antes de que se inicie
una moratoria internacional, de manera de poder obtener todavía
algún lucro.
La mayor incidencia de UV(b) por
la destrucción de la capa de ozono disminuye las defensas
inmunológicas de los seres vivos, aumentando la posibilidad de
contraer enfermedades como herpes, lepra,
leishmaniosis,
etc.
Desde el punto de vista económico, durante el verano de 1988 en
Estados Unidos el calor y la seca redujeron 30 por ciento la
producción de granos, lo que afectó el precio de los alimentos en
todo el mundo, perjudicando a los más pobres y amenazando la
seguridad alimentaria del planeta.
La responsabilidad del
poder
A mediados de los años 60, las preocupaciones eran con la
contaminación. Transcurridos más de cuarenta años las
preocupaciones de los banqueros y financistas con los límites del
crecimiento -que desembocaron en la Conferencia de Estocolmo de
1972– no pasaban por considerar la importancia de los ciclos
naturales como el del agua. Pensaban que controlando la
contaminación estaba todo resuelto.
La mayoría de los países quedó más contaminada y más pobre. Veinte
años después de Estocolmo, la reunión de Rio Janeiro fue sobre el
medio ambiente. Ahí se discutió la devastación y el riesgo para
los soportes vitales del planeta por dos razones principales:
-
Los riesgos
para la supervivencia y calidad de vida son grandes.
-
La nueva
matriz tecnológica para el gran salto en la economía del planeta
está íntimamente ligada a los ciclos naturales del agua y otros,
pues la vida, todos los seres vivos, la biodiversidad, es la
nueva matriz económica del planeta y ella se encuentra en los
grandes bosques tropicales, son la reserva de genes para la
ingeniería genética. Ellos ahora serán patentados por las
grandes empresas. La naturaleza es la gran fase industrial post
moderna.
En la Conferencia Rio/92 y en la conferencia paralela de la
sociedad civil organizada (Eco/92) quedó pautada la importancia de
la cuestión del agua, de tal forma que la Agenda 21 trata en 44
páginas de la Protección de la calidad y abastecimiento de los
recursos hídricos: aplicación de criterios integrados en el
desarrollo, manejo y uso de los recursos hídricos. Diez años
más tarde, en la decepcionante Cumbre de la Tierra recientemente
celebrada en Johannesburgo, se adoptó el compromiso de reducir a
la mitad, hasta el 2015, el número de personas que no poseen agua
potable en sus casas: 2.400 millones según la ONU... Veremos.
En 1907, el líder pacifista Gandhi dijo: “El planeta brinda lo
suficiente para la necesidad de todos, pero no para la codicia de
todos”. Diferente fue el pensamiento de George Bush,
presidente de Estados Unidos cuando se celebró Rio/92, quien con
un pie en la escalerilla del avión que lo llevaría a esa
conferencia declaró: “Nuestro modo de vida no puede ser objeto
de negociaciones”.
Hablando de codicia, algunos entienden las cosas a su manera.
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay comparten el Acuífero
Guaraní con
37 mil Km3.
Esta agua acumulada
durante milenios pasa a ser codiciada. No se respeta como un
ahorro para el futuro, o para las generaciones futuras,
como dice la Agenda 21. Ningún gobernante habla de aumentar la
infiltración de agua para aumentar los depósitos en esa reserva de
agua.
Reponer lo que se gasta
Todos repiten que la cuestión del agua tiene que ser, como la
economía, sustentable. Nuestros gobiernos ven en el agua una
mercadería, un commodity que puede ser comercializado en
las bolsas internacionales. El agua se destina a producir frutas
baratas para los países ricos. Por ejemplo, en 100 kilos de
mangos, tenemos 82 litros de agua mineral. Pero 82 litros de agua
mineral cuestan el doble que los 100 kilos de mangos. El sabor, la
satisfacción, las vitaminas, sales minerales, pigmentos, fibras y
azúcares los llevan gratis.
Para “acabar” con el efecto invernadero las transnacionales
reciben dinero del Banco Mundial y realizan reforestación en los
países pobres para poder continuar con las emisiones de gases que
lo provocan. En los países pobres, las áreas destinadas a plantar
árboles dejan de producir alimentos y el precio de éstos aumenta,
lo que es bueno para las transnacionales que producen alimentos en
las bolsas internacionales.
Algunos países latinoamericanos, presionados para promover la
reforestación con pinos y eucaliptos, están destruyendo bosques
nativos que son su patrimonio. Es lo que la anglo-holandesa Shell
hizo en Uruguay plantando pinos y eucaliptos sobre pasturas con
más de cinco mil años. En Argentina están destruyendo los bosques
patagónicos para plantar pinos. La Peugeot hizo lo mismo en Brasil
y ya provocó un desastre ambiental con el uso de agrotóxicos. Casi
todas las empresas están procediendo de esta manera, pues ganan
dinero con los sumideros de carbono y sus fábricas mantienen las
chimeneas emitiendo humo.
Existen muchas preguntas: ¿cuándo el agua es exportada, es bueno,
pues habrá mayor cuidado con el agua? Pero también es muy malo,
pues ponerle precio al agua
la convierte en inaccesible para muchos y deja de ser pública, la
de mejor calidad se torna más cara y es reservada para los más
ricos. El más pobre queda con agua contaminada y, hay que decirlo,
esto es fascismo social.
El cacique Seattle, en su respuesta al presidente de Estados
Unidos decía no entender cómo el hombre blanco podía querer
comprar las tierras, los bosques, los animales...
Para que todos podamos tener no solamente acceso al agua, sino que
ella forme parte de nuestra ciudadanía, es necesario que el agua
sea el objeto y nosotros el sujeto. Hoy es lo contrario. Lo que la
Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial y las naciones industrializadas
están proponiendo es que el agua sea el sujeto de las políticas
públicas nacionales y nosotros seamos o continuemos siendo los
objetos.
Autor:
Sebastián Pinheiro
(Traducción: Enildo Iglesias)
11 de octubre de 2002
2- La desertificación afecta al 35 por ciento de la superficie del
planeta. En el último cuarto del siglo XX se perdió el 18 por
ciento de las tierras cultivables.
3- En 1950, el 30 por ciento de la tierra estaba cubierta por
bosques, hoy lo está sólo el 20 por ciento. Cada año se pierde un
uno por ciento del total de bosques, sobre todo de bosque
tropical.
4-
Agrotóxico gaseoso utilizado en Uruguay en las plantaciones de
tomate, morrón, melón, etc., en invernáculos. Es un fuerte
destructor de la capa de ozono, ya que cerca del 70 por ciento del
gas aplicado pasa a la atmósfera, afecta la biodiversidad del
suelo y la salud de quien lo aplica.
|