Uruguay

Suplemento: Planetagua

 
 

Lógica de mercado, lógica de muerte

 

Lo que fue ayer no será mañana. Esta suerte de perogrullada deja de serlo cuando se refiere a cosas concretas como la calidad del aire, la sanidad de los alimentos, la confiabilidad en frutas y hortalizas y, sobre todo, la cantidad y calidad de agua dulce disponible. El agua es un desafío central para toda la humanidad. De lo que hagamos durante los próximos 20 años con este recurso dependerá nuestro futuro.

Todo tiene su precio

Algunos expertos dicen que la cantidad y la calidad de agua dulce disponible han disminuido 80 por ciento en el tiempo de una vida humana. Por debajo de 2.000 metros cúbicos por persona y por año se debería declarar al planeta en situación de carencia extrema de agua. Hace 40 años había 3.430 metros cúbicos por persona y por año y, según cálculos de los expertos, en 2025 sólo quedarán 667.

Lo que fue ayer no será mañana, pero a fuerza de destruir el ambiente atendiendo solamente a su potencialidad lucrativa inmediata, y confiando en que "ya la tecnología encontrará un remedio para los males que causa el desarrollo humano", pronto el planeta no se parecerá a lo que fue hace apenas 50 años. Tal vez la vida humana pueda seguir existiendo, pero estará completamente modelada por el ambiente resultante de haber aplicado parche sobre parche y sabiendo que no hay parches para todo.

Acueductos de miles de quilómetros, desalinización de agua marina, aprovechamiento de manantiales submarinos de agua dulce, explotación de los acuíferos, de los cuales el de las areniscas de Botucatu, ahora conocido como Sistema Acuífero Guaraní, y que se extiende en más de 850 mil quilómetros cuadrados bajo Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay, es una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo. ¿Cuánto falta para que las trasnacionales quieran hincarle el diente? ¿No lo estarán haciendo ya, detrás de la actual presión para la privatización del agua en Uruguay?

Ésta puede ser considerada un bien, un recurso imprescindible como el aire, o una mercancía y como tal deberá ser rápidamente lucrativa, transformada en otras mercancías y/o monedas de intercambio. De la misma manera en que fueron privatizados otros recursos como la tierra, y con ella la posibilidad de producir alimentos, el agua está en vías de apropiación por parte de unos pocos. Hoy hay que pasar por una caja y pagar con dinero los alimentos necesarios para sobrevivir, para no morir de hambre, para existir como ser humano. Una necesidad -alimentarse- se ha transformado en una habilidad -conseguir dinero para comprar alimentos-, sin oportunidad de utilizar una capacidad -producir el propio alimento-. ¿Alguien comprará mañana el derecho de introducir en todos los seres humanos un gen que cortará automáticamente la respiración si no se paga el uso mensual de oxígeno a la dueña del aire y, claro, de los genes a control remoto? Parece de ciencia ficción, pero eso ya sucede con los alimentos y todos lo aceptamos. Eso está empezando a suceder con el agua, y no deberíamos permanecer indiferentes, o mañana decir que "nadie advirtió a tiempo".

"La penuria de agua es el peligro más grande que pesa sobre el planeta", dijo Koichiro Matsuura, director general de la Unesco, uno entre muchos.

La crisis global del agua es gravísima. En la edición del 26 de julio pasado de BRECHA (páginas 14-15) se decía: "La población mundial se incrementará en 3 mil millones de personas en los próximos 50 años, y la mayoría de ellas nacerá en los países que ya experimentan falta de agua. Para 2025, unos 25 países africanos estarán sometidos a regímenes de racionamiento individual del agua, equivalentes a 1.700 metros cúbicos de agua por persona y por año. Kenia, Marruecos, Sudáfrica, India y Pakistán tendrán niveles por debajo de los mil metros cúbicos por persona y por año. Esos límites han sido catalogados por la onu como catastróficos"; y se agregaba que "sólo entre 1960 y 2000, el volumen total de agua extraída pasó de 2.300 a 4.000 quilómetros cúbicos, y el panorama es alarmante cuando estas cifras se proyectan hacia el futuro. Según cifras de las Naciones Unidas, en 2025 se consumirán 5.100 quilómetros cúbicos de agua y los problemas que hoy recaen sobre la quinta parte de la población van a afectar a dos de cada tres habitantes. En cifras globales, para 2025 el volumen de agua extraída para uso agrícola se habrá multiplicado por 1,3 y la cantidad de tierras irrigadas aumentará de 250 a 330 millones de hectáreas. Para la misma fecha, el volumen de agua para uso industrial se va a multiplicar por 1,5 y para uso doméstico por 1,8".

Difícilmente se podrá comprender cuál es la verdadera situación si, antes, no se analiza el salto cualitativo casi inimaginable que implicó la era industrial en la historia de la humanidad en relación con el uso de los recursos naturales, de los cuales el agua es sólo uno.

El agua tiene importancia sanitaria, productiva, simbólica, cultural. Es un recurso vital que, inclusive, podrá estar en el origen de futuras guerras entre estados opuestos por su dominación. Y si esto puede sonar a una mera especulación, conviene saber que el control del río Jordán, y de las napas subterráneas de Cisjordania, Haifa y Gaza es una de las principales fuentes de conflicto entre israelíes y palestinos. Los actuales "acuerdos" impuestos por la fuerza "son de una desigualdad evidente porque establecen que por cada litro de agua que puede recibir un palestino, un israelí recibe cuatro".1

Analizando la misma región, Christian Chesnot afirma que "Jordania, Israel, Palestina, Siria, Irak, Líbano y los países del Golfo sufren cada vez más de un desequilibrio estructural en su capital de agua limitado y su consumo fuertemente creciente", y agrega que "ante la penuria, los países árabes e Israel se enfrentan también por el agua. En ausencia de un acuerdo global, se impone la ley del más fuerte".2

Quiere decir que los enfrentamientos por el dominio del agua ya están sucediendo, y en realidad, aunque de otras formas, se expresa desde la antigüedad en algunas regiones del mundo.

La apropiación de este bien común por parte de algunas empresas y su explotación para obtener una renta constituye un verdadero crimen contra la humanidad. La privatización del agua conduce a situaciones extremas que revelan los límites que estas trasnacionales están dispuestas a violar para obtener su beneficio.

"El agua no se puede tomar debido a los altos niveles de arsénico, por eso la población debe comprar agua embotellada para beber y cocinar. No hay tanque almacenador de agua y ésta debe ser bombeada desde napas subterráneas. Hace dos meses el costo del agua domiciliaria pasó de 20 a 68 dólares por mes -sin aviso y sin mejorar su calidad-. Para los pobladores, en su mayoría trabajadores del campo y de bajos salarios, este aumento es exorbitante. Están furiosos, pero las posibilidades legales de lograr detener el aumento son casi nulas. ¿Dónde ocurre esto? ¿En el llamado Tercer Mundo? Bienvenidos a Alpaugh, condado de Tulare, California, en el corazón del Valle Central, considerado el más rico del mundo."3

Se podrían poner decenas de otros ejemplos -y sin duda se pondrán, porque este tema estará presente mucho tiempo- para ilustrar que la lógica de mercado aplicada a los recursos naturales, y particularmente al agua, es un instrumento premeditadamente criminal. Que las trasnacionales encuentran siempre fervorosos cómplices vernáculos no es una novedad, ni es el elemento esencial del problema. Parecería que lo más importante, otra vez, es la actitud social que se asuma ante él, la reacción concreta de la sociedad organizada, así sea desde los sindicatos, organizaciones ambientalistas, partidos políticos, entre otros.

El Uruguay no tiene petróleo, escasamente minerales preciosos, pero hay recursos naturales, aunque seriamente amenazados, aún en abundancia. Tomar conciencia colectivamente de qué significan para sus habitantes y para el mundo es una tarea impostergable.

Carlos Amorín


1 Jean-Paul Deléage, "Le Proche Orient dans l'étau", Maniéres de Voir, suplemento de Le Monde de París, setiembre-octubre 2002.

2 En "Un enjeu du conflit israélo-arabe", en la misma publicación.

3 Sirel ambiente, número 7, 2-IX-02. www.rel-uita.org

 

Algunos sitios en Internet

 

www1.ceit.es/Asignaturas/Ecologia/Hipertexto/11CAgu/100CoAcu.htm

Para los que quieren tener buena información técnica de base sobre la contaminación del agua.

 

www.tierramerica.org/agua/

Dossier bastante completo sobre los principales enfoques de la problemática del agua, sobre todo en América Latina.

 

http://www.arrakis.es/~lluengo/agua.html#GlossEstructura

Para personas con ganas de exigir un poco las neuronas o con nociones frescas de química y física. Muy interesante.

 

http://www.oceansatlas.org

Un sitio de las Naciones Unidas, espectacular, muy completo, pero en inglés.

 

www.unesco.org/water/index_es.shtml

Programas, eventos, regulaciones internacionales, una página de vínculos aceptable.

 

 

11 de octubre de 2002

 

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