Uruguay

Suplemento: ¡Tierra!

 
 

Bella Unión

Agricultura,

 bienestar para todos

Son productores acorralados por las deudas, asalariados rurales sin empleo, gente que no quiere irse de su tierra, que se organiza para quedarse. Decidieron que era hora de rescatar aquella cultura campesina rica en prácticas y saberes, relacionada con la tierra y el cielo, y no como la actual, casi exclusivamente vinculada al petróleo.

Carlos Dipaola, “Dipa” (Sindicato de calnu)

— En la noche, las luces de Monte Caseros se reflejan en los invernáculos del “Beto”, y las polillas de Bella Unión tenían allí su club. Un día le dije: “¡Pará Beto, te vas a matar con tanto veneno!”.Ustedes, los de la uita, podrían haber venido aquí con sus seminarios y charlas sobre agricultura orgánica y no me iban a convencer. A mí el que me convenció fue Beto. No compra más “remedio” y anda mejor de salud. Cuando entré al invernáculo no lo podía creer.

Pedro Viera, “Beto” (productor)

— Andaba medio mareado de los “remedios”. De echarle todos los días y trabajando adentro del galpón, llegó un momento que no aguanté más, y andaba con dolor de cabeza, mal del estómago y mareado. No se podía seguir trabajando así. Gastaba un platal echando veneno y los bichos como si nada. Ahora, sin gastos, estoy sacando casi lo mismo, entonces a mí me sirve.

A la vaca le saco el abono, le saco la leche y el orín que es para curar las plantas, que va al porcentaje de un litro por cada cien. Utilizo el abono de corral, y ese otro que hago con pastos verdes y agua también lleva abono de vaca. Uno pasa un poco de trabajo, pero no gasta.

Antonio Soria (productor)

— Hemos trabajado con muchos venenos que hoy ni siquiera nos dejan mirar, como el ddt, el Aldrin. Lo usábamos con la mano, sin máscaras, porque nos decían que no hacían nada. Lo que pasa es que siempre nos vendieron que los productos químicos eran mejor, y yo digo es más cómodo, pero no es mejor.

Una vez estuve dando Malathion, que mataba muy bien el pulgón. Era como agarrar uno por uno y matarlos, uno iba echando el producto y los pulgones iban cayendo. Pasaron unos dos años, echaba la misma dosis de Malathion y nada, entonces un día hice la experiencia, saqué una hoja del morrón que tenía pulgones y la puse en un tanque con Malathion… Los pulgones nadaban en el químico y no morían. Esto no sirve más, me dije.

También una vez usé bromuro de metilo en la chacra, en un galpón, y no me gustó. No me gustó porque no pude dormir en toda la noche pensando en que alguien podía entrar y morirse. Eso me costó mucho, y me dije: “Conmigo no va más eso; si el costo es matar gente yo no trabajo”.

Uno trabaja para producir comida, y los que la comen son los que nos pagan. Tenemos que tratar de llegar a ese nivel de conciencia, antes de hacer una cosa tenemos que pensar.

Fernando Viana (técnico)

— Lo que forzó un poco a todo esto fue un problema que se presentó en lo del Beto, por la utilización de ciertos productos que le provocaron problemas de salud. Nos dijimos: “Bueno, tenemos que cambiar porque así no podemos seguir más”. Junto con eso se dio una situación económico-financiera bastante dificultosa, porque los ingresos no eran suficientes para poder mantener el predio en funcionamiento.

Mucha gente se pregunta: ¿qué hace un sindicato de trabajadores rurales con un grupo de productores? Bueno, si nos ponemos a pensar encontramos muchas más semejanzas que diferencias entre el pequeño productor y el asalariado rural. Lo que nosotros queremos, más que nada, es tratar de salir, mantener las fuentes de trabajo y que el productor se mantenga en el predio.

La principal incertidumbre es el miedo al cambio, y la sospecha de qué nos quieren vender ahora. Resulta que nosotros no queremos vender nada, lo único que queremos es poder seguir trabajando, y en esto se nos va la vida a todos. Yo soy nacido, criado y me imagino que voy a morir en Bella Unión, donde se van a criar mis hijos. Lo que esperamos es seguir trabajando. Yo no me imagino estar en otro lado.

Marcelo Sosa (productor)

— Para los insectos tenemos unos fermentados de paraíso, ajo con aceite, ajo con alcohol. También unos preparados con tabaco criollo; con jabón también se hacen. Es todo para los bichos, no los mata, los corre y no afecta a la planta y tampoco a los bichos buenos, que nos ayudan.

Hacemos un fertilizante con estiércol de vaca, agua y por ejemplo, con el desbrote de tomate, hojas verdes o pastos. Lo dejás fermentar, en el verano más o menos 15 días, en el invierno te lleva como 30 días o 60 días. Pero a eso también le podés poner melaza, azúcar, leche, entonces queda un producto más fuerte. Todo eso estuvimos averiguando con el pasar del tiempo. Primero hacíamos sólo con estiércol y agua.

Antes hacíamos sólo el invernáculo, porque lo de la quinta no se vendía casi o no teníamos tiempo de salir a vender. Ahora cambió el sistema, estamos plantando más para abastecer también a la feria. Tenemos morrón, berenjena, tomate, choclo, zapallito, lechuga, acelga, perejil, rabanitos, zanahoria. De quinta tenemos casi todo.

Yo creo que los productores tienen que animarse a probar, aunque sea probar, no van a perder nada porque esto no lleva gastos. No es esperar que el técnico venga y te dé la receta, hacé así y así, no, esto lleva más capacitación de parte del productor.

José María García (sacerdote)

— La agricultura orgánica es una alternativa sumamente viable por dos razones: una, porque los costos de esa forma de producción son mucho menores que los de la convencional. En segundo lugar, la gente está endeudada, no puede ir a los bancos, por lo tanto me decía don Antonio Soria, un experimentado e influyente productor de la zona, que es la única manera que tenemos de sobrevivir, porque como no podemos sacar créditos, ésta es una alternativa que nos permite empezar a trabajar y a producir. Además es una producción sana. Poco a poco la gente se va sensibilizando frente a ella, la gente conversa y ya hablan del tomate larga vida, dicen que no tiene gusto. Nosotros hemos tenido la posibilidad de hacer agricultura orgánica, tenemos una experiencia en una capilla que queda a 70 quilómetros de aquí, en Paso Farías, rumbo a Artigas. Ahí hay un agricultor que tiene un invernáculo y produce en forma orgánica, tiene flores para el control de determinados tipos de bichos. Hace sus abonos, y evidentemente la calidad y el sabor de sus productos son otra cosa. Creo que para los pequeños productores de Bella Unión y para sus necesidades, este tipo de producción es una salida viable. El otro tema es el cambio de mentalidad, el cuidado de la tierra, el valor ecológico que ello tiene, que no es nada despreciable y se debe cuidar. La gente se va interesando en el tema, no manejo estadísticas pero estoy convencido de que cuando la gente pregunta es un síntoma de que se quiere mirar más allá de lo convencional.

Nicolás Estévez, “Colacho” (UTAA)

— Hay un problema de desocupación estacional y permanente que ya es estructural en esta sociedad de Bella Unión. Los sindicatos necesitamos buscar alternativas, ya no está sólo el sindicato de utaa, sino todos los gremios agroindustriales de la zona, los trabajadores de la industria del azúcar, como de la industria del congelado o del vino, buscando alternativas al problema de la desocupación. Que no sólo el productor sino también el trabajador puedan vivir en el campo, comiendo bien, no estando expuestos a contaminación por productos químicos, dejando un ambiente sano para las generaciones futuras.

Gerardo Iglesias

27 de setiembre de 2002

 

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