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Apoyo
desde
la academia
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Lo que hoy es un
programa que implica a casi 200 personas comenzó hace poco más de
un mes como una reacción. Hacía unos meses que la Unidad de
Horticultura de la Facultad de Agronomía y la Asociación de
Estudiantes de la misma venían recibiendo demandas provenientes de
varias zonas de Montevideo. Pedían asistencia técnica y
asesoramiento para iniciar huertas. La misma solicitud llegaba a
la Unidad de Montevideo Rural de la Intendencia Municipal de
Montevideo. Cuando entre las dos rondaban las 200, en agosto, la
urgencia de la situación hizo que desde la Facultad de Agronomía
se iniciara el proyecto, y en seguida se sumaran las otras
facultades.
Las demandas
provenían mayormente de grupos de vecinos, familias, ollas
populares, cooperativas, liceos y asentamientos. Cada una, en
promedio, implicaba unas diez personas. Su primer objetivo era
formar huertas para tener una ocupación, rescatar ese rincón de
dignidad que les daba un trabajo y un ingreso periódicos, por
mínimos que fuera. Hacer fila en un merendero es para muchos, que
desde chicos trabajaron por lo suyo, una indignidad a la que no se
resignan.
Este proyecto
universitario de apoyo a la huerta orgánica abarca actualmente a
casi todas las facultades en sus tres órdenes y a la imm,
trabajando en conjunto. Entre otras cosas, la Unidad de
Horticultura aportó talleres de capacitación para los interesados,
de los cuales, en octubre, saldrán semillas y plantines, materia
prima cultivable. La Unidad Montevideo Rural aportó una reserva de
semillas y compost proveniente de su planta de compostaje en
Toledo. Las zonas que este plan abarca son ocho: Cerro, Paso de la
Arena, Sayago, Toledo, Villa García, Malvín Norte y Progreso en
Montevideo; Las Piedras y Ciudad de la Costa en Canelones.
“Estamos trabajando
en que una vez que termine la huelga universitaria éste sea un
proyecto para los programas de extensión universitaria. Muchos
estudiantes tienen ahora más tiempo libre por la huelga, pero en
cuanto se termine eso va a cambiar. Por eso queremos continuar
esto como un trabajo en el que puedan hacerse prácticas”, dijo a
BRECHA Margarita García, una de las coordinadoras del proyecto en
Agronomía. Los recursos materiales son por ahora insuficientes, y
el programa está abarcando la mitad de las demandas. “El tema pasa
por tener tiempo para trabajar la tierra. Esto es una cuestión de
subsistencia y de autoconsumo, además de implicar el rescate de
una cultura que perdimos”, comenta García. A su juicio, la
proliferación actual de este tipo de productores sería coyuntural
y estaría ligada a la crisis. No se puede, opina, hablar de un
nuevo tipo de productor, sino de un grupo de gente que adopta
estas prácticas para enfrentarse al hambre, al desempleo y a la
mendicidad.
27 de setiembre de 2002 |