Desde Salto
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Un vivero
que crece
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La Intersectorial
para la Emergencia continúa en su afán de conseguir tierras de
mediana extensión para hacer autosustentables las 19 ollas
populares registradas en Salto, para lo cual ya hay dos
posibilidades: una chacra en la zona de Corralito (cercana al
vértice de los ríos Daymán y Uruguay), donde se podría trabajar
una hectárea, y otra de unas dos hectáreas en Colonia Osimani, al
noreste de la capital departamental. Pese a esas perspectivas, el
problema de las herramientas, las semillas y el traslado siguen
siendo –por ahora– un inconveniente.
Las que marchan
firmemente son dos iniciativas de huertas comunitarias. Una de
ellas la llevan adelante integrantes de la olla popular de Barrio
Uruguay, que el 21 de agosto protagonizaron la primera toma de
tierras públicas en Salto, en el propio barrio, una experiencia
que finalizó con un desalojo policial. Según supo BRECHA, la
Intendencia de Salto maneja la posibilidad de otorgar tierras en
Barrio Artigas para concretar la chacra comunitaria.
Mientras tanto los
vecinos, que no pueden esperar indefinidamente dadas las urgencias
que tienen, comenzaron a trabajar la tierra de dos predios que
conforman cuarta hectárea, con intenciones de plantar zapallo,
maíz o boniato. Como no cuentan con riego, han solicitado
públicamente una bomba de agua para tomar el líquido de un aljibe
abandonado cercano al lugar. Una organización no gubernamental les
prestaría maquinaria y herramientas para trabajar la tierra.
También en Barrio
Quiroga se sigue trabajando en las huertas. Vecinos de la zona
solicitaron por escrito tierras municipales para trabajar, ya que
sólo cuentan con predios de no más de cien metros cuadrados, con
dificultad de acceso –son fondos de viviendas cedidos por sus
propietarios– y de riego.
Por otra parte, según
dijo a BRECHA el ingeniero agrónomo Aníbal Núñez, la Facultad de
Agronomía recibió pedidos de la Intersectorial para la Emergencia
y de comisiones barriales y grupos rurales no integrados a esa
estructura para organizar huertas comunitarias. Ya ha comenzado a
operar una coordinación entre las facultades de Agronomía,
Ciencias Sociales y Psicología para brindar asesoramiento técnico,
capacitación y asistencia a los promotores de estas iniciativas.
El lunes 23 la Unión de Trabajadores Sin Trabajo solicitó con ese
fin tres hectáreas en el predio de Agronomía, a unos 15
quilómetros de la capital departamental.
Entre la
Intersectorial y los docentes de Agronomía hay diferencias en
cuanto al tipo de iniciativas a fomentar. Mientras la primera
promueve la explotación de chacras para abastecer las ollas
populares, los docentes piensan en huertas de tipo familiar o
comunitarias, pero como medio de complementar los ingresos
familiares y “abaratamiento” de los gastos. Hasta ahora han
mantenido reuniones con vecinos de los barrios Cien Manzanas,
Patulé, Quiroga, La Tablada, Parque Solari y Fátima.
Misioneros católicos
se han sumado a esta corriente y están recorriendo 33 pueblos del
interior del departamento con el fin de organizar huertas
comunitarias orgánicas en las zonas rurales. Colonia Lavalleja,
Saucedo, Laureles, Palomas, Campo de Todos y Pueblo Fernández son
algunas de las localidades en que próximamente podrían surgir
producciones de este tipo.
Eduardo Lima Musmano
27 de setiembre de 2002 |