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17/09/01
El
Salvador
Trabajadores
de
la vestimenta
La
lucha ejemplar en Tainan
En
los últimos meses ha tomado notoriedad el caso del Sindicato de Trabajadores de
Industrias Textiles, seccional Tainan, donde obreras y obreros textiles están
librando una dura batalla por la libertad sindical, los derechos fundamentales
internacionalmente reconocidos y el mejoramiento de sus condiciones de vida y de
trabajo.
Tainan
es una empresa
Taiwanesa que opera en la Zona Franca de San Bartolo, en El Salvador, desde
principio de 2000. Se trata de emplazamiento de la zona más antigua e
importante para la exportación de este pequeño país centroamericano. Tainan
cuenta con dos naves industriales donde trabajan 1.200 personas. El ya
mencionado esfuerzo de organización sindical se ha desarrollado en una de las
naves llamada TS2. Ambas naves, fabrican ropa para la multinacional GAP
que vende fundamentalmente el mercado norteamericano. Tainan Spinning, la corporación taiwanesa, tiene a su vez
operaciones en Camboya, Indonesia y China, al tiempo que está analizando la
posibilidad de efectuar inversiones en Guatemala y Nicaragua. En el marco de la
Campaña “Ropa Limpia” lanzada en
Europa en 1999, se realizó una serie de denuncias por graves violaciones a los
derechos laborales en la fábrica de Tainan
en Tailandia.
En
agosto de 2001 se formó en la filial salvadoreña de Tainan
una directiva seccional de un reconocido sindicato corrupto y patronal, con la
obvia complacencia de los empleadores. Los problemas comenzaron en diciembre de
ese mismo año, cuando uno de los dirigentes del sindicato corrupto solicitó a
la directiva que renunciara a sus cargos con el obvio objetivo de negociar sus
fueros sindicales con la empresa. Una práctica ya conocida en El Salvador que
significa para estos falsos líderes sindicales un lucrativo negocio.1
Los
demás miembros de la seccional sindical iniciaron entonces un esfuerzo por
construir una nueva seccional independiente que les permitiera protegerse de
semejantes prácticas antisindicales y luchar para mejorar sus condiciones de
vida y trabajo en la empresa Tainan.
El
26 de febrero de 2001, el esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras de Tainan
sufrió el primer embate antisindical. Dos de sus dirigentes, Rubén
Ulises Orellana y Joaquín Alas
Salguero, fueron despedidos por recomendación escrita de la federación
sindical corrupta, y con el falso argumento de haber interrumpido las labores en
la empresa. El incidente que utilizó como excusa la patronal fue la resistencia
llevada a cabo el 15 de enero de 2001, dos días después del primer terremoto
que sacudió al país en este año, porque la empresa intentaba forzar a la
gente a trabajar en unas instalaciones que habían sido dañadas por el sismo.
En aquel momento, los directivos estaban aún protegidos legalmente por el fuero
sindical que les había otorgado la federación corrupta.
Este
hecho llevó a los trabajadores a interponer denuncias directas contra los
representantes de la transnacional GAP,
situación que finalmente, el 19 de marzo, derivó en un acuerdo medianamente
satisfactorio que consistió en el reconocimiento legal de los dirigentes que
seguírían siendo trabajadores de Tainan,
pero recibirían sus salarios fuera de la planta, liberados de realizar sus
labores ordinarias. El mencionado acuerdo se dio bajo el entendido de que a
mediano plazo la empresa valoraría el reingreso de los dirigentes sindicales a
la planta.
Entre
el 26 de febrero y el 23 de mayo, y ante las instancias laborales del Estado
salvadoreño, los trabajadores y trabajadoras de Tainan
realizaron 15 demandas denunciando malos tratos, horas extras obligatorias,
labores extras no pagadas (como barrer la planta después de las labores), falta
de agua adecuada para beber, pero sobre todo, violaciones graves a la libertad
sindical, ya que las supervisoras de la empresa son a su vez las integrantes de
la directiva del sindicato corrupto y patronal. Munidas de esta doble
investidura, las supervisoras amenazan a las trabajadoras para que desistan de
formar parte del sindicato independiente y afilian forzadamente a otras más a
su organización laboral-patronal.
El
23 de mayo, luego de gestiones ante embajadas, Ministerio de Trabajo y ONGs, las
trabajadoras dieron el paso de formalizar legalmente la existencia de la
seccional independiente del Sindicato de Trabajadores de Industrias Textiles en
Tainan. Este hecho ocurrió simultáneamente con la cumbre de presidentes
Centroamericanos celebrada en San Salvador entre el 23 y el 25 de mayo, en la
que participó el presidente de Taiwán, Chen
Shui Bian.
Fueron
necesarios muchos esfuerzos legales adicionales, pero finalmente el 9 de julio
de 2001 se conformó la seccional, fecha en la cual fueron entregadas las
credenciales a las nuevas directivas electas. A partir de ese momento, la
seccional STIT-Tainan inició una serie de pasos legales para resolver seis
puntos considerados graves violaciones a las leyes laborales, entre los cuales
están: el despido de los dos dirigentes sindicales (ahora miembros de STIT),
agresiones físicas y verbales por parte de siete supervisores, descuentos
ilegales, labores no remuneradas obligatorias (barrido de la planta), falta de
agua adecuada para beber, anormalidades en el otorgamiento de permisos,
descuentos ilegales y discriminatorios de las bonificaciones en contra de
directivas y afiliadas del sindicato independiente.
El
8 de agosto de 2001, el Ministerio de Trabajo citó a la empresa y al sindicato
para resolver los puntos mencionados. En esa ocasión la posición de la empresa
fue intransigente, y adujo que las violaciones laborales no eran comprobadas. El
apoderado de la empresa, el Dr. Molina
Fonseca,2 manifestó que sólo se sentaría a negociar si el
Ministerio de Trabajo comprobaba las violaciones laborales mediante una inspección.
Ese mismo día, el sindicato solicitó una nueva inspección sobre los puntos en
cuestión.
Para
el 21 de agosto de 2001 los ánimos estaban caldeados pues el Ministerio de
Trabajo demoraba la realización de la inspección, estaban sucediendo despidos
de trabajadores, y el día anterior había sido despedida una trabajadora
sindicalizada integrante de la Comisión de la Mujer del sindicato. Ese día 21
las 30 personas que integran una línea completa de producción fueron
amenazadas con ser despedidas si no aceptaban ser trasladadas a labores
diferentes de aquellas para las que habían sido contratadas. Las trabajadoras y
trabajadores, ante estos hechos, hicieron una suspensión de labores que paralizó
casi en su totalidad la nave TS2 durante la tarde. Ante esto, los representantes
patronales promovieron la formación de una turba de trabajadores afiliados al
sindicato patronal que agredió a las miembros del sindicato independiente. Como
consecuencia de la agresión una trabajadora embarazada resultó lesionada, así
como la secretaria general de la seccional. Aparte de esto, las dirigentes
recibieron golpizas y amenazas de muerte de parte de la turba patronal.
Es
importante mencionar que este fenómeno de las turbas patronales y las amenazas
de muerte, parecen ser una metodología que están implementando las empresas de
maquila para disuadir a los trabajadores de reclamar su derecho a la organización.
Recientemente, en Guatemala, una turba atacó a un grupo de dirigentes
sindicales independientes en las fábricas CHOISHIN
y CIMATEXTILES, manteniéndoles prácticamente secuestradas durante
horas e intentando forzarlas a firmar hojas de renuncias. Asimismo, sus
dirigentes, dentro y fuera de la empresa, han sido sistemáticamente amenazados
de muerte.
Después
de los hechos del día 21 que fueron rápidamente difundidos a nivel nacional e
internacional, el Ministerio de Trabajo inició la tan esperada inspección .
Esta comenzó el 22 y concluyó el 27 de agosto. En ella, y en
un hecho poco usual y presionado por exhortaciones nacionales e internacionales
a cumplir con su deber, el Ministerio reconoció casi en su totalidad la
existencia de las violaciones laborales que el sindicato llevaba meses
denunciando.
También
en esa ocasión, el Ministerio dio un plazo de diez días (que vencieron el
pasado 7 de septiembre) para que la empresa corrija dichas violaciones y
reincorpore a los dirigentes sindicales que mantiene fuera de la empresa.
Hasta
el momento, Tainan ha hecho caso omiso de las exhortaciones nacionales e
internacionales y del dictamen del mismo Ministerio de Trabajo; la transnacional
de ropa GAP, por su parte, se ha
mostrado inquieta por el conflicto ya que puede comprometer su credibilidad y
prestigio ante sus cleintes, principalmente en EE.UU.
Como
agravante, el apoderado legal de la empresa, el Dr.
Molina Fonseca, ha promovido una serie de acciones legales contra los
directivos sindicales. Frente a esto, los directivos sindicales han mencionado
su intención de elevar sus niveles de organización pero también de denuncia
en ámbitos del exterior del país que puedan poner mayor presión sobre la
empresa, hasta que se vea forzada a cumplir con los requisitos mínimos de
respeto a la clase trabajadora.
Todo
lo anterior esta mostrando que el camino para mejorar las condiciones de vida y
laborales de las trabajadoras y trabajadores de maquila en Centroamérica esta aún
lleno de obstáculos de todo típo.
Es
importante mencionar que no se han olvidado aún los despidos masivos que
caracterizaron a la maquila en los primeros años de presencia en estos países,
ni tampoco el trabajo infantil y los increíbles abusos allí perpetrados y
denunciados insistentemente a nivel nacional e internacional. A pesar de los
obstáculos, la impresionante lucha que están desarrollando las trabajadoras y
trabajadores de la fábrica Tainan
está mostrando que son necesario mayores niveles de organización en la maquila
centroamericana, así como es imprescindible acrecentar los niveles de
coordinación entre las múltiples organizaciones del continente, comprometidas
con la promoción y defensa de los derechos humanos y laborales. Este es un
esfuerzo que demanda cada día una militancia activa y decidida en el tema de
los derechos laborales y sindicales.
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Direcciones de Interés para expresar apoyo a la lucha por la justicia a las obreras y obreros textiles de Tainan y Centroamérica:
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Autor:
Gilberto García Dueñas
©
Rel-UITA
