CC.OO. ha propuesto presentar a la Presidencia Italiana de la U.E., a la Comisión y a los Gobiernos nacionales una iniciativa sindical por el crecimiento y el empleo en Europa y estudiar las formas de responder de forma articulada entre el ámbito europeo y los nacionales a la actual ofensiva contra los derechos sociales.
Según el análisis elaborado por la secretaría de Política Internacional de CC.OO. los sindicatos europeos están a la defensiva en cada país frente a numerosas propuestas de recorte del estado de bienestar y también en el campo de la negociación colectiva; aunque las previsiones económicas son un poco mejores no se aleja la debilidad del crecimiento económico que afecta al empleo; las medidas europeas –reciente iniciativa franco-alemana y de la Comisión sobre inversiones en infraestructuras e I+D+i– van por el buen camino pero son insuficientes, sobre todo para reactivar la economía a corto plazo; existe un serio peligro de desplazamiento de empleos industriales a China y otros países asiáticos; el contexto es adverso para el desarrollo del diálogo social europeo, del programa trianual no se pueden esperar grandes cosas, aunque sí avances en formación continua, desarrollo sostenible e igualdad entre sexos.
La peor de las situaciones nacionales viene de Alemania: la Agenda 2010, que Schröder está logrando imponer, conlleva recortes muy importantes en las prestaciones por desempleo, las pensiones, la asistencia sanitaria pública y su gratuidad y en otros aspectos de la legislación laboral. Dado el papel central de Alemania en todos los aspectos de la vida europea, no se puede dejar de pensar en la influencia que la Agenda 2010 pueda tener en las “reformas estructurales” que los gobiernos de los demás países europeos planteen en los próximos años.
Los sindicatos holandeses han alcanzado un principio de acuerdo por el que se aceptaba una congelación salarial general de dos años de duración, a cambio de que el Gobierno congelase también sus propuestas de reforma del mercado de trabajo y la protección social. Dada la situación económica de Holanda –en recesión, tras dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, y una baja tasa de inflación– no es seguro que la congelación salarial general arregle los problemas; por el contrario, podría contribuir a crear una situación de deflación tras contraer demanda interna y precios. En Italia se acaba de realizar una huelga general el 24 de octubre contra la reforma de las pensiones propuesta por el gobierno de Berlusconi (que entre otras cosas sube a 40 los años de cotización necesarios para recibir el 100% de la base reguladora de la pensión).
En análisis de CC.OO. a la vista de la actual situación sindical europea, muestra la satisfacción de haber logrado al menos dos cosas: los objetivos que los sindicatos españoles se proponían al convocar la huelga general del 20 J –lo que no están consiguiendo en general las movilizaciones sindicales en otros países–; y, el haber sabido gobernar, desde el diálogo social, las reformas del sistema público de pensiones español, anticipando los cambios –en ocasiones con sacrificios– y haciendo que hoy sea bastante difícil pensar que se vayan a imponer nuevos cambios sin el acuerdo de los sindicatos.
Comisiones Obreras España 8 de diciembre de 2003
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