Rel-UITA

 

Ginebra - Suiza

Nestlé:

 Utilidades Globales, pero Sin Derechos Globales para los Trabajadores

 

El día 28 de abril, la gerencia de Nestlé de la planta de café instantáneo en Ilopango, El Salvador, cerró los portones de la fábrica para siempre. Un aviso informó a los/as trabajadores/as que cobraran su compensación en el Ministerio de Trabajo. La producción estaba siendo transferida fuera del país para satisfacer las exigencias de la reestructuración global.

Para ser justos con Nestlé, la medida había sido por lo menos anticipada. Tres semanas antes - el 8 de abril - se había informado a los/as trabajadores/as que la planta estaba en la lista para ser clausurada. Este generoso anuncio contrasta favorablemente, por ejemplo, con el notorio cierre de la fábrica de Três Corações en Brasil, donde se les dijo a los/as trabajadores/as un viernes que la planta cerraría sus puertas el lunes siguiente. Y Nestlé ha ofrecido generosamente dos meses de salario, además de la compensación requerida por la ley salvadoreña. Sin embargo, éste es un pequeño consuelo para los/as trabajadores/as echados de sus puestos de trabajo. Su sindicato SETNESSA, afiliado a la UITA, ha señalado con razón que la mayoría de los/as trabajadores/as son demasiado jóvenes para retirarse, pero demasiado viejos para encontrar un nuevo empleo. Éste exige que los/as empleados/as de Nestlé continúen recibiendo los salarios y beneficios hasta la expiración del convenio colectivo más adelante este año. El reclamo del sindicato merece ciertamente ser discutido y es algo que no le causaría ninguna dificultad financiera significativa a la compañía dado el número de trabajadores/as afectados y los niveles de salarios en El Salvador. No obstante, la compañía prefiere evitar el ejercicio de la negociación cuando no está obligada a hacerlo. La gerencia de

Nestlé rehusó reunirse con el sindicato y le ordenó que abandonara el edificio de la fábrica. A continuación, se cerraron los portones.

La gerencia corporativa de Nestlé en Vevey, Suiza, se reserva el derecho de adoptar decisiones vitales que afectan las vidas de su personal internacional, pero rehúsa asumir la responsabilidad de las relaciones laborales globales. En primer lugar, están las utilidades. Cuando la legislación y las prácticas nacionales permiten que las compañías cierren de la noche a la mañana, las clausuras de un día al otro están en oferta. Cuando una legislación débil sanciona las medidas antisindicales, Nestlé no es remiso en reprimir a los sindicatos. Cuando la legislación en la Unión Europea dispone que la compañía brinde "información y consulta" mediante un Comité de Empresa Europeo, los/as trabajadores/as serán informados y aun consultados acerca de la terminación de sus puestos de trabajo (se han perdido miles de puestos en Europa, y habrá más por delante). Pero las consultas, ante la ausencia de negociaciones, continúan siendo un ejercicio vacío

De hecho, Nestlé está en lo cierto cuando declara que sus prácticas de relaciones laborales son implementadas conforme a la legislación nacional. Pero las leyes nacionales son inadecuadas demasiado a menudo en una era de fusiones, adquisiciones, producción y distribución globales. La arrogancia corporativa es arrogancia corporativa, aun cuando esté venerada en la ley.

En su carácter de corporación global, Nestlé es libre de invertir y desinvertir, racionalizar y transferir la producción para satisfacer "puntos de referencia" y las demandas de los accionistas - y rehusarse a negociar con los sindicatos en cualquiera o todos los ámbitos cuando no se le requiere que negocie. Los sindicatos están condenados a una serie de contiendas locales con los gerentes locales al confrontar las consecuencias de la reestructuración global. Inevitablemente, la lucha tiene lugar en un terreno altamente desigual.

Para los/as trabajadores/as de todo el mundo, el punto de referencia global equivale al corte y la quema total, dejando como secuela vidas quebrantadas y comunidades deshechas. Con el fin de resistirse efectivamente y poder avanzar, necesitamos el reconocimiento internacional de nuestros derechos colectivos y representación. Debemos "sentar una referencia" para nuestras conquistas, establecer un piso mínimo sobre el cual edificar y consolidar. Los sindicatos necesitan una mesa global de negociación, basada en derechos globales y normas globales. En el caso de Nestlé, ello quiere decir establecer un marco para el reconocimiento y negociación con la UITA, la cual representa a la vasta mayoría de los/as trabajadores/as sindicalizados de la compañía.

 

UITA - Secretaría General 

Ginebra, 13 de junio del 2003

 

 


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