De mi
consideración:
En nuestra
opinión, los argumentos utilizados resultan
inaceptables y contradicen groseramente los
“Principios de Gestión del Grupo Nestlé”. Por
otra parte, también resulta inaceptable que,
para justificar el cierre, se mencione la
“crisis del café”. Es verdad que la crisis en el
precio del café existe, perjudicando a los
productores y beneficiando a los compradores y
procesadores, desde el momento en que los cafés
molido y soluble no han disminuido de precio, al
punto que los consumidores pagan cerca de US$
3,60 por una libra de café tostado y molido,
mientras los agricultores reciben 24 centavos
por libra. Nestlé se ubica entre los cuatro
mayores compradores de café del mundo.
El
procedimiento llevado adelante para efectuar el
cierre también es condenable. El pasado 5 de
marzo, la empresa le exigió al sindicato la
desocupación del local sindical en un plazo de
nueve días. Es evidente que en esa fecha ya se
tenía decidido el cierre de la fábrica, pero
comienzan por reclamar el local del que se
beneficia el sindicato. El 8 de abril la empresa
informa que la fábrica cerrará el día 30, lo
cual se hizo efectivo el día 28 sin ninguna
negociación previa. Claro que Nestlé pagará los
despidos legales, pero la mayoría de los
trabajadores y trabajadoras se encuentran entre
los 40 y 47 años de edad, es decir, muy jóvenes
para jubilarse pero muy “viejos” para obtener un
nuevo empleo en un país con altos índices de
desocupación como El Salvador.
¿Qué hay
detrás de este cierre? Por lo menos se nos
mencionan tres hipótesis:
1ª.- La
intención de trasladar la producción a Brasil.
Si este es el caso, debemos preguntarnos: ¿es
que en ese país no se requieren inversiones, ni
se protege el ambiente?
2ª.- Luego de
un cierto tiempo se volvería a abrir la fábrica,
con personal nuevo y con otras formas
contractuales y, especialmente, sin sindicato.
3ª.- Es la
respuesta de Nestlé a las movilizaciones y
denuncias públicas realizadas por el sindicato
en ocasión de la negociación colectiva del año
2002, cuando la empresa ofreció un aumento de
salario de 0,05 colones en momentos en que se
necesitaban 8,75 colones para adquirir un dólar.
Por todo lo
anterior, solicitamos a usted: mantener la
vigencia de las cláusulas económicas del
convenio colectivo vigente, (diciembre 2003),
iniciar una negociación con el sindicato a los
efectos de lograr la reubicación del mayor
número posible de trabajadores y trabajadoras,
la adopción de planes de recalificación que
facilite la obtención de otro trabajo y, en el
último de los casos, incentivar los despidos
legales con una suma adicional.
En la
seguridad que quedaremos atentos a la evolución
de los negocios de Nestlé en El Salvador.
Sin otro
particular, atentamente.
Por APUBA
Javier Soria
Presidente
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