Además de todos los riesgos, la productividad de  los transgénicos es decepcionante

"Biotecnología o hambre" es el argumento más utilizado por las compañías del sector, no obstante, la productividad de los transgénicos está sembrando muchas dudas.

Generalmente los agricultores están sometidos a la contradicción de que una buena cosecha no resulte, necesariamente, en mayores ingresos. Si la cosecha es igualmente buena para los otros productores, el éxito se convierte - por el aumento de la oferta - en menores precios. Las compañías de la biotecnología han aprovechado esta característica induciendo a los agricultores a utilizar semillas transgénicas, las cuales, con un supuesto mayor rendimiento, otorgará a quien las utilice ventajas sobre aquellos que siembran semillas convencionales.

Esta propaganda de las compañías caló tan hondo, que algunos productores brasileños llegaron a ingresar de contrabando desde Argentina semillas de la soja transgénica de Monsanto (prohibida en Brasil) para compensar "la ventaja" de sus competidores argentinos, quienes pueden adquirir libremente la mencionada semilla.

En general, la propaganda de las compañías se encuentra respaldada por afirmaciones de los científicos que para ellas trabajan y a quienes nos oponemos a la manipulación genética de semillas u otros organismos vivos con los fines y objetivos que persiguen las transnacionales del sector (1) se nos descalifica, con el argumento de que no somos científicos y sí fundamentalistas ambientalistas, opuestos al avance de la ciencia. Pero los porfiados hechos comienzan a terciar en la discusión. Veamos algunos de estos hechos:

Los agricultores estadounidenses, que adoptaron con gran rapidez los cultivos transgénicos en la década de los 90, han experimentado grandes pérdidas económicas. En 1996, EE.UU. exportó a Europa maíz y soja por US$ 3.000 millones, en 1999 las exportaciones de estos productos se redujeron a US$ 1.000 millones. La reducción obedece a la desconfianza y rechazo de los consumidores europeos a los alimentos que contienen organismos genéticamente modificados (OGM). Pero lo importante a destacar es que las compañías Monsanto, DuPont, etc., vendieron y cobraron sus semillas, por lo tanto fueron los agricultores y no las compañías, quienes han pagado las consecuencias. (2)

No es casual entonces que el Wall Street Journal informara el pasado abril que, según las encuestas gubernamentales, los agricultores estadounidenses planean cultivar muchos millones menos de acres de maíz, soja y algodón modificados genéticamente, en comparación con 1999.

  Productividad, en kilogramos por hectárea, de tres de los principales países productores de soja: (3)

  Brasil EE.UU.  Argentina
1990/91  1.580  2.292  2.187
1991/92  2.027  2.303  2.260
1992/93  2.150  2.530  2.077
1993/94  2.179  2.194  2.014
1994/95  2.221  2.781  2.016
1995/96  2.175  2.376  2.083
1996/97  2.299  2.527  1.651
1997/98  2.384  2.616  2.610
1998/99  2.367  2.617  2.309
1999/00  2.359  2.452  2.515

De lo anterior surge que el aumento de la productividad de la soja en EE.UU. fue, en los últimos diez años, de 7%. En Argentina (donde la utilización de semillas transgénicas es masiva) el incremento fue de 15%. Mientras en Brasil, donde la utilización de semillas transgénicas es insignificante (recordemos que el Estado de Río Grande do Sul - uno de los mayores productores de soja del país - fue declarado "territorio libre de transgénicos") el incremento de la productividad en el período analizado fue de 49%.

Cabe destacar además que la última zafra con productividad récord en EE.UU. fue la de 1994/95 (atribuida a unas excepcionales condiciones climáticas) con 2,78 toneladas por hectárea, antes de la introducción comercial de las semillas transgénicas en 1996.

Los agricultores estadounidenses tienen distintas opiniones sobre los transgénicos. Mientras unos aseguran que tuvieron un rendimiento mayor con los transgénicos, otros aseguran que experimentaron pérdidas. El porcentaje se ubica en una u otra postura es un dato que será conocido recién cuando sepamos la cantidad de hectáreas sembradas con semillas transgénicas que han sido trasladadas al cultivo convencional.

    En Colorado, una pequeña ciudad del estado brasileño de Río Grande do Sul, actúa la empresa láctea Prolac, que recoge leche de unos 140 productores. 30 de estos pequeños productores comenzaron recientemente a aplicar un nuevo sistema de tratamiento preventivo de enfermedades en las vacas lecheras, logrando reducir el precio de la producción de leche en 80%. El uso de homeopatía veterinaria en lugar de antibióticos farmacéuticos y la alimentación orgánica de las vacas, resulta en la producción de una leche más saludable. Esta leche ecológica está libre de impurezas y residuos químicos, además presenta un alto valor nutritivo al conservar las vitaminas y minerales.

Otros resultados importantes son que el costo de producción de un litro de leche, que antes se ubicaba en aproximadamente R$ 0,24 hoy, para los productores ecológicos de Prolac es de R$ 0,10.4 Y por si todo lo anterior fuera poco, la producción de una vaca que no recibe tratamiento ecológico es entre 10 y 15 litros diarios. Mientras una vaca con tratamiento ecológico completo, que comprende homeopatía y alimentación orgánica, llega a producir diariamente entre 35 a 40 litros.

Mientras las dudas sobre los riesgos de los OGM para la salud y el ambiente siguen en pié, la propaganda de las compañías basada en el argumento de "biotecnología o hambre" se viene abajo. ¿En función de qué, a no ser el incremento del lucro de las grandes transnacionales del sector, se pretende que la humanidad siga aceptando correr esos riesgos? 

Enildo Iglesias

Secretario Regional - UITA

 


(1) Para nosotros, el debate no es "biotecnología sí o biotecnología no". De acuerdo con Jorge Riechmann manifestamos que : "biotecnologías – incluyendo la ingeniería genética – al servicio de una sociedad sustentable, sí; biotecnologías para intentar proseguir la expansión capitalista sobre una base tecnológica nueva, no, de ninguna manera. Sobre este tema volveremos en una próxima entrega.

(2) New York Times, 09.02.2000, citado por la Fundación para Estudios Ambientales (ERF, por sus siglas en inglés) en La biotecnología está en problemas, mayo de 2000. Se puede acceder a los artículos de ERF en adrian@rachel.org.

 

(3) Según datos de la Associação Brasileira das indústrias de Óleos Vegetais (Abiove) publicados en Gazeta Mercantil el 08.05.00.

 

 

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