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COMER ...
SIN PREGUNTAR
GRUPO
DE REFLEXION RURAL
El
analista de mercado, Daniel Miró, disertando en un Congreso de Consorcios
Rurales de Experimentación Agropecuaria en Rosario, donde el tema dominante
fueron los Organismos Genéticamente Modificados, lamentó la reincorporación
del “principio de discrecionalidad. Es
decir que los países importadores
tienen la posibilidad de rechazar ciertos productos sin que los exportadores
puedan requerir la intervención de la Organización Mundial de Comercio, o la eventual aplicación de penalidad en particular”; y a
continuación agregó: “En
soja, la Unión Europea es el principal mercado, pero
actualmente nos estamos beneficiando porque China está comprando todo y –por
ahora- no pregunta”.[1]
(lo destacado es nuestro).
Todo un mensaje, con contenidos que hablan del concepto de lealtad comercial que tienen nuestros empresarios y quienes los aconsejan. Concepto que se hace realidad en nuestra alimentación diaria, donde parece ser que el paradigma sería Coma ...y no pregunte.
Es mas, si pregunta, obtendrá respuestas como la que recibimos del Subsecretario de la SAGPyA[2], que reivindica el principio de "equivalencia sustancial" para rechazar el etiquetado de los OGM, ignorando que el protocolo de Bioseguridad (Montreal o Cartagena para algunos) firmado por Argentina, ha decretado la caducidad de tal concepto, cayendo en la misma omisión de los organismos de control británicos sobre los antecedentes que el prión (causante de la vaca loca) es sustancialmente equivalente a la proteína normal.
Lo cierto es que las expectativas de que el nuevo gobierno tomara una política distinta, desaparecieron muy pronto y, por el contrario, puede decirse que es una versión más triste, como pueden ser las consecuencias de esta actitud.
“...esta
fue una triste, tristísima experiencia” admitió
el Secretario de Agricultura, en la interpelación del Congreso Nacional por el
tema del "virus del vecino"[3] subtituló La Nación[4]. Un nuevo episodio que se agrega a una serie de "tristes
experiencias" que el gobierno está atravesando, pero que
lamentablemente si se continúa con esta concepción del mercado no van a
terminar.
Los
organismos regulatorios se empeñan en ignorar reglas de mercado, que a nuestro
entender son elementales:
1
- A mayor oferta, con igual demanda, menor
precio.
2
- El cliente siempre tiene razón; a estos
pilares del comercio, Argentina responde aumentando áreas de siembra y
rendimientos unitarios, basados en semillas OGM para la producción de
commodities. ¿Tan difícil resulta
predecir que el resultado de otra cosecha récord serán precios mas deprimidos
y más quebranto para el productor?
En
relación al segundo principio enunciado, que hace del consumidor "el
rey del mercado", Argentina ignora el rechazo de los OGM, aumenta la
superficie de maíz Bt y, arriesga el mercado de maíz europeo, capturado en
1998/99, como consecuencia del rechazo a envíos similares desde EEUU.
Triste
es ignorar la búsqueda de especialidades
por parte de los países del primer mundo, rechazando las commodities aunque
sean baratas.
Esta
virtud de transformar el oro en plomo
va mas allá, y hoy, la carne vacuna que comemos, que fue nuestro orgullo y
envidia de extranjeros, es una triste
commodity producto de feedlot, con aplicación de anabólicos prohibidos en
muchos países del primer mundo y profusa utilización de antibióticos
(prohibidos en la UE) por las afecciones respiratorias endémicas de los
animales hacinados en el engorde a corral. (véase cuadro)
Este producto no
deberá ser administrado a animales de establecimientos rurales
Inscriptos
como proveedores para la Unión Europea (Res. SAGP y A Nº 370/97) y/o para
otros
países que prohiben el uso de sustancias anabolizantes (RES. SAGP y A Nº
515/97)
(Diario
LA NACION de Argentina, Suplemento CAMPO, página 5 del sábado 15 de julio del
2000).
El
panorama es casi alarmante cuando dichos animales se alimentan con soja y maíz
OGM, también rechazados en Europa (solo citaremos que hasta los alimentos para
perros son libres de OGM en la UE) y se completa el cuadro cuando nos enteramos
que la alimentación se suplementa con alimentos balanceados que contienen
harina de hueso...para los europeos todo un riesgo...
El
nombrar embajadores famosos, poco podrá
hacer cuando lo que le ofrecemos al cliente, es lo que ellos quieren dejar de
comer, en particular en un momento en que la BSE (vaca loca) sigue cobrando víctimas.
El
argumento que para la UE no usamos estas pichicatas,
pero para nosotros sí, lo hace sospechoso y poco creíble, además de provocar
indignación al solo pensarlo, como ciudadano.
Que
diferente sería una promoción donde la famosa fuera la carne, los granos, los
aceites los mas naturales, sanos, genuinos "los
que comemos todos los argentinos..."
Argentina
no solo deberá a corto plazo etiquetar los alimentos con OGM, deberíamos
pensar seriamente si como consumidores no merecemos poder elegir carne de vaca
sin estrés, sin anabólicos, sin antibióticos y para eso no podemos seguir en
la actitud de los chinos "comer...sin
preguntar". □
Autor:
GRUPO DE REFLEXION RURAL
(Argentina)
[2] Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación.
[3] Hace referencia al problema surgido ante el rebrote de aftosa en Argentina, como consecuencia, según funcionarios del gobierno, del ingreso de animales infectados desde Paraguay.
[4] Sección Economía y Negocios 24 de agosto 2000.
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