"Panes de
Piedra"
Presentación
“Las mentiras
tienen piernas cortas”, escuchar esta
expresión es muy común en el continente del
viejo mundo, principalmente en la voz de las
personas de mayor edad que viven en el
campo.
Cuando a un
pueblo le erosionan sus conocimientos, éste
es desposeído de la capacidad de recordar y
continuar construyendo el tejido social de
su historia, los seres dejan de ser sujetos
de transformación y pasan a ser objetos de
manipulación y mercadeo; la comunicación
social, antes libertadora y trascendental,
se convierte en un poderoso instrumento de
negocios de información.
Más de
cien años han pasado desde que JULIUS HENSEL
escribiera Panes de Piedra, pero los
intereses de una industria química
renaciente en Alemania lo persiguieron sin
tregua, para que sus conocimientos no
llegaran a las
manos de
los campesinos de su patria y del mundo
entero, pues los mismos, al volverse
información educativa de dominio público, no
arrojarían los resultados económicos
planteados para la prosperidad y el
desarrollo de una industria alemana en pleno
auge. Desde esas décadas, el mundo académico
en el campo de las ciencias agrarias se
amaño y está acasarado con la fascinación de
la síntesis industrial, ignoró los
principios de la evolución geológica de la
agricultura como algo absoluto, sano y
natural, para disfrutar de la estupefacción,
la manipulación y el asombro de la
revolución tecnológica, relativa y
descartable de acuerdo a las leyes del
mercado y no de acuerdo a las necesidades de
las sociedades en el medio rural.
Hoy, las
universidades están convertidas en
verdaderas tiendas comerciales, muchos de
sus agrónomos y profesores parecen más un
catálogo de propaganda comercial de insumos
y recetas, que personas capaces de plantear
cosas sanas, para salir de la actual crisis
en que se encuentran los campesinos.
Nuevamente, los
campesinos a través de la historia muestran
que siempre son capaces de llegar hasta el
final; en los tiempos de Julios Hensel lo
respaldaron a pesar del autoritarismo
industrial existente en la época, lo que
podemos verificar en algunas de las
innumerables cartas y notas de respaldo que
recibía en aquellos duros momentos de
exilio. Algunas de ellas traducidas en el
Apéndice de esta publicación.
Hoy, mientras
que millares de campesinos comienzan a
utilizar las harinas de rocas directamente
en los cultivos y comienzan a prepararlas de
una forma u otra, fermentadas y no
fermentadas, entendiendo y aplicando los
principios básicos de hacer “soluble” lo
“insoluble” a través de la vida en el suelo,
los agrónomos repiten como ciegos borregos
las fórmulas impuestas por el imperio del
NPK (Nitrógeno, Fósforo y Potasio),
para rendirle pleitesía a un ciego profesor
de parcos conocimientos principalmente en
fertilidad de suelos.
Es el duro contraste: mientras que los
campesinos decodifican con sabiduría la
solubilidad y la síntesis del imperio
agroindustrial para ser libres, los
académicos proclaman como siervos la
prestación de servicios de la solubilidad
industrial en costales o a granel, sin
llegar a entender lo básico: cómo hacer
soluble un mineral.
Este material, inédito en la primera mitad
del siglo XIX pero secuestrado por el
fascismo industrial de la época, lo
entregamos al público a partir de las
investigaciones y traducciones de los
materiales en lengua alemana y portuguesa,
para que sea divulgado y discutido en todas
las áreas correlacionadas con la
agricultura.