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Oro azul, el gran
negocio
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Alrededor de 1.200 millones de personas en el mundo carecen de agua.
Su
insalubridad cuesta la vida a 3 millones de personas por año.
El agua
es un recurso que se agota y despierta la sed de las transnacionales. |
UN PROGRAMA DEL DEPARTAMENTO DE DIFUSIÓN y PRENSA DE LA REGIONAL
LATINOAMERICANA DE LA UITA
Se llama
Tierra al Planeta Azul. El 71% de su superficie está cubierta por agua.
De toda esa agua, apenas el 2,5% es agua dulce, pero no toda puede ser
consumida, pues más del 70% del agua dulce está congelada en los polos.
Es decir, que con menos del 1% del total del agua existente hoy en el
Planeta, se deben satisfacer las necesidades de 6 mil millones de
personas.
Según cifras de
las Naciones Unidas, en el año 2025, 2.700 millones de personas vivirán
en zonas con escasez de agua y dispondrán de apenas 46 litros de agua
por día y por persona. Hoy, en Estados Unidos, el consumo medio de agua
por habitante asciende a 400 litros diarios, mientras que en Europa la
media por habitante es de 200 litros diarios.
Enildo
Iglesias, Secretario Regional de la UITA hasta el año 2000 nos comenta:
“El agua, que es
un bien natural perteneciente a toda la humanidad, se derrocha,
contamina y destruye en su ciclo natural, originando la actual crisis.
El tipo y ritmo del consumo actual de agua dulce responden a la
modalidad de desarrollo depredador del capitalismo. Cada 20 años el
consumo de agua dulce duplica el crecimiento de la población mundial,
pero solamente el 10% corresponde al uso humano. Un 25% lo consumen las
actividades industriales y entre el 60 y el 70% se utiliza en las
actividades agrícolas.
Se
requieren 400 mil litros de agua para fabricar un automóvil. Miles de
litros de agua desionizada se utilizan para la fabricación de
procesadores. En la explotación de reservas de petróleo no
convencionales, como las arenas bituminosas de Canadá, se requieren 9
barriles de agua para producir 1 de petróleo.
Por todo ello, es
claro que el agua interesa a las grandes compañías transnacionales y a
los países industrializados. Y también es claro que el agua es un
interés más o menos oculto detrás del proyecto del ALCA”.
La Agricultura Moderna,
Hambre y Sed
Según las
estadísticas, en la actualidad la agricultura consume el 77% del agua
utilizada a nivel global. A los primeros agricultores les preocupaba la
cantidad de cereales producidos en relación con la cantidad de semillas
que sembraban, pues para ellos, las semillas eran un recurso escaso. Más
tarde, fue la disponibilidad de tierras fértiles. Con el advenimiento de
la Revolución Verde, la industrialización de la agricultura, se
introduce otra preocupación: la cantidad de agua necesaria por tonelada
de cereales producidos.
Continúa
Iglesias:
“Si el
mundo sigue con el modelo agrícola actual, gran consumidor de agua, y es
bueno recordar que fue impuesto por otras transnacionales, la
consecuencia de la crisis será una reducción en la producción de
alimentos. A lo anterior, se suma el uso ineficiente de entre 80 y 90%
del agua destinada a la agricultura. Algunos estudios señalan que en
ciertos países como México, para producir una tonelada de trigo se
requiere mil toneladas de agua. Por otra parte, la escasez lleva a que
muchas plantaciones en todo el mundo sean irrigadas con agua
contaminada”.
El agua como derecho
humano
fundamental
En 1907
el líder pacifista Mahatma Gandhi dijo:
“El
planeta brinda lo suficiente para la necesidad de todos, pero no para la
codicia de todos”.
Diferente
fue el pensamiento de George Bush, ex Presidente de los Estados Unidos,
quien en oportunidad de celebrarse Rio/92, con un pie en la escalerilla
del avión que lo llevaría a esa conferencia declaró:
“Nuestro modo de
vida no puede ser objeto de negociaciones”.
Hoy se plantea la
apropiación del agua por parte de algunas transnacionales, y su
explotación para obtener una renta constituye un verdadero crimen contra
la humanidad. El periodista Carlos Amorín, al respecto, manifiesta:
“La privatización
del agua conduce a situaciones extremas, que revelan los límites que
estas transnacionales están dispuestas a violar para obtener su
beneficio”.
En muchos
países, Sindicatos y ONGs luchan contra los planes de privatización; es
el caso de la Federación de Funcionarios de Obras Sanitarias del Estado
del Uruguay (FFOSE).
Adriana Marquisio,
integrante del Secretariado Ejecutivo y Responsable del Área de Defensa
del AGUA opina:
“El Estado tiene
el deber de brindar los servicios públicos de agua y saneamiento, pero
también el usuario tiene el derecho al acceso a un servicio que
garantiza la vida y que garantiza la salud de la población. El agua
potable y saneamiento es un monopolio natural, un mercado cautivo y por
lo tanto eso se ha visualizado por parte de las multinacionales y
realmente en Maldonado a través de, “Suez Lyonesaise Des Eaux” al este
del Arroyo Maldonado la empresa “Aguas de la Costa”, y al oeste del
Arroyo Maldonado la empresa “Uragua” que responde al grupo de agua,
“Aguas de Bilbao”, han reflejado realmente un fracaso en lo que
significa la gestión privada de estos servicios. El gremio empezó a
divulgar a la población de una resistencia muy dura de casi 5 años; con
el pueblo fernandino pudimos detener durante 5 años esa concesión de
obra pública que lamentablemente se terminó de concretar con el gobierno
del Dr. Jorge Batlle.
Hoy estamos
nuevamente levantados con el pueblo, con organizaciones ambientales, con
la Universidad de la República, con organizaciones sociales y vecinales
para enfrentar duramente esta posibilidad de trasladar esta experiencia
de Maldonado a Departamentos como Canelones, San José, Colonia y el
resto del País. El saneamiento es la gran excusa de mega-obras de
construcción, para estar quedándose con la producción de Agua en este
contexto mundial de escasez, contaminación, y en este contexto regional
de ser poseedores de una gran riqueza en lo que tiene que ver con agua
superficial y subterránea y ser objeto de un blanco muy fuerte en la
voracidad de las multinacionales”.
El Departamento
de Maldonado es el más importante en la captación turística regional, y
por ende, el que reporta mayor ingreso de dinero al País.
El
fracaso constatado en la gestión privada de los servicios de agua y
saneamiento por parte de las empresas extranjeras, marcó una pérdida
económica, una pérdida ambiental, y también social a causa de la pérdida
de fuentes de trabajo.
Antes de la
privatización Rentas Generales del Estado recibía 18 millones de dólares
al año. Sobre la finalidad de la creación reciente de la Comisión
Nacional en Defensa del Agua y la Vida, Marquisio, nos dice:
“Es luego de
muchas charlas, reuniones, consultas, aportes desde el punto de vista
jurídico, desde el punto de vista científico, desde el punto de vista
sindical, del trabajador y de las consecuencias que ésto ha ocasionado
en los usuarios con las experiencias latentes del Departamento de
Maldonado, que nace este articulado donde hay un planteo claro de
definir el agua como un recurso natural esencial para la vida y como que
el acceso del agua potable y el acceso al saneamiento constituyan
derechos humanos fundamentales.
Que toda persona
que habite en este País tenga el derecho a acceder al servicio de agua
potable y saneamiento. Es a partir de ésto, que también se define una
política nacional de agua y saneamiento que está enfocada hacia una
justicia social, hacia plantear de que el usuario participe en todas
estas instancias de control y de planificación de la reserva de los
recursos hídricos, y donde también plantea la revisión de las
concesiones de las autorizaciones de los permisos que hoy están
oficiando en nuestro país.
La reforma apunta
a que la prestación de los servicios de agua potable y saneamiento sean
prestados exclusiva y directamente por personas jurídicas estatales, y
por lo tanto también declarar de dominio público las aguas superficiales
y las aguas subterráneas. Esta reforma es un planteo de estar llevando a
cabo una recolección de firmas, de 250 mil firmas que es lo que
necesita este procedimiento para incluir en la constitución, para
defender nuestras reservas hídricas en forma sustentable.”
Enildo
Iglesias dice:
“La vida no es
una mercancía. Es necesario encontrar urgentemente el sentido y el
espacio de un patrimonio común de la Humanidad que no puede quedar
sometido a los imperativos del mercado. Se debe excluir el agua de todas
las transacciones internacionales, colocarla fuera del campo de la
Organización Mundial del Comercio y de los tratados sobre las
inversiones internacionales. Pensar en organizar la forma de compartir
EL AGUA a escala mundial, sería un primer e importantísimo paso. El tema
del agua, como el del cambio ambiental, es fundamentalmente político,
por lo tanto público. Vale decir nos concierne a todos”.
Este fue un programa del Departamento de
Difusión y Prensa de la Secretaría Regional Latinoamericana de la
Unión Internacional de Trabajadores de
la Alimentación y la Agricultura (REL – UITA) |
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