Radio REL

   

 

           

 

¡SÍ, por ANCAP y por el URUGUAY!

Un Programa del Departamento de Difusión y Prensa

de la Secretaría Regional Latinoamericana de la UITA

 

Víctor Hugo Morares y Carlos Modernell

En serio y en broma, en la peluquería del barrio,

 con Carlos Modernell como El Peluquero.

 

Víctor Hugo Morales dice

¡SÍ, por ANCAP!

 

 

El Peluquero: - Pero, miren a quién tengo acá. ¡Víctor Hugo Morales! ¡Qué sorpresa, qué alegría!

 

V. H. Morales: - Siempre me acuerdo de los amigos.

 

- ¿Lo echaron de Buenos Aires, y se vino?

 

- Nooo, no, está todo bien por allá. Lo que pasa que hay cosas importantes también acá. De vez en cuando me cruzo el charco y me vengo.

 

- A mi me extrañaba, porque todo el mundo se va y veo que usted se viene, ¿vio?

 

- ¿Se va mucha gente, no?

 

- El aeropuerto no se para que lo rematan si no lo van a usar más.

 

- Ya le vamos a dar motivos para volver a todos, usted va a ver.

 

- Pero, ¿cuánto hace que no lo veía?

 

- Y, 3 años de la última vez que estuve acá en la peluquería, ¿no? Porque el mes pasado estuve y me había venido afeitadito. Me había venido de lo más bien, dije, no voy a ir a verlo al peluquero de toda la vida.

 

- Le aclaro que en estos últimos 3 años cambié la navaja. Mire que suavecita la va a sentir, va a ver. Ahí está. ¿Le arde, o algo?, no.

 

- Noooo. Está perfecto.

 

- Bueno, y entonces...

 

- Está con la voz un poco tomada.

 

- Me tomo todo, incluida la voz, ¿vio? De noche salgo con otros colegas, de noche, ¿vio? Menos el agua colonia, esa la uso con los clientes.

 

- Ah, bueno, guárdeme un poquito.

 

- Ahora, ¿a qué vino? ¿Vino a algo en especial o de paseo?

 

- No. Vine por un avisito que tengo, un avisito de la gente de ANCAP.

 

- Todos los clientes que vienen a la peluquería me dicen que van a votar, todos, la misma.

 

- La rosada, si. Yo creo que ganamos por goleada, pero hay que jugar el partido, eh. Hay que jugar.

 

- Bueno. ¿Viene mucha gente de Argentina para votar?

 

- Yo tomé contacto con muchísima gente. Se va a llevar una sorpresa. Por ahí le viene algún cliente de la vieja época de los que está allá también. Porque, a mi me parece que algunos miles van a cruzar. Porque, sabe lo qué pasa? Ya se sabe como es el asunto de la privatización. Está clarito para la gente porque allá se sufrió en carne propia, muy duro. Es una salvajada. Los años 90 ya fueron verdaderamente una salvajada.

 

Porque acá, quieren confundir a la gente, ¿vio?

 

- Lo mismo. Yo esa cantinela, esa canción la escuché muchísimo en los años 90 en la Argentina con Menem. Hicieron tabla rasa, porque ahora convencieron a la gente de la pérdida total de la dignidad. Lo que ha pasado allá, yo tengo un libro escrito, modestito, “Un grito en el desierto”, se llama. ¿Usted no leyó ese libro? Ah, tengo un capítulo sobre la dignidad, página 118. Se lo voy a traer el domingo, el lunes si me pudiera quedar, y sino se lo dejo con un amigo.

 

- Qué falta le hace a varios leer ese libro.

 

- Y todo lo que yo escribí en ese “Grito en el desierto”, tiene que ver con lo que le pasó a la Argentina con las privatizaciones. La pérdida de identidad, el concepto de lo nacional venido abajo, la autoestima del propio país. ¿Usted sabe que dos tercios de las empresas argentinas están en manos extranjeras? ¿Usted sabe que ahora es una negociación con gente que no da la cara? Porque con el gobierno yo me peleo. A usted no le gusta el presidente, a mí tampoco, pero yo me peleo y tengo como votar. Pero después que usted firma estas cositas, no hay marcha atrás. Esta gente manda en serio. Usted no sabe ni quiénes son.

 

- ¿Es pelear contra los fantasmas, no?

 

- Contra fantasmas muy poderosos que tienen grandes conexiones internacionales. No lo quiero marear con la conversación. ¿Usted sabe lo que factura ANCAP? Mil millones al año.

 

- ¿Es mucha plata eso, no?

 

- Es mucha plata la que le queda al país, a usted, al trabajador común. Mil millones de dólares por año, de los cuáles 400 millones son normalmente para el país, que hay gente que se va a quedar con un buen pedazo. Yo no entiendo por qué hay que hacerlo. Porque es como confesar que somos incapaces. Si son incapaces, deje a otro. No sabemos manejar esto. Que venga otra gente y lo maneje. Pero si son capaces, por qué otra gente, nada más que porque la plata es para los bolsillos de ellos va a hacer bien lo que nosotros podemos hacer bien para toda la gente del país. Es una cosa que no me entra en la cabeza.

 

- No parece una revancha esto, porqué se acuerda que hubo otro plebiscito?

 

- Usted se imagina aquello del 92...

 

- ¿Se acuerda? La verde.

 

- No. Pero de sólo pensar que el Uruguay hubiera entrado en eso, estos años que yo sé que han sido muy malos, porque yo estoy permanentemente en contacto, yo no me voy jamás del Uruguay, yo estoy cerca de mi escuela, cerca de mi gente, cerca de los temas, me informo, recibo las revistas. Si en el año 92 no hubiera ganado la verde, yo creo que estábamos en una situación que la imaginación no alcanza a mensurar.

 

- Si no hubiera ganado la verde hubiéramos quedado rojos de vergüenza.

 

- No. Nos hubiéramos quedado muy grises, de pobres. Pobres, pero mucho más de lo que estamos ahora, mucho menos trabajo. Lo que quisieron hacer en el año 92 era lo mismo que hizo hacer Menem, 20 millones de pobres tiene la Argentina, es un genocidio. El pobre, están más expuestos a todas las enfermedades, no tienen esperanza, no pueden mandar sus hijos al colegio, se terminó la educación posible, se terminó el pobre que fui yo, el pobre que fue usted, el pobre de los años 60, pobre, pero decíamos pobre y no sabíamos lo que decíamos. Pobres son ahora. Nosotros éramos ricos cuando decimos que éramos pobres y ahora vienen con esto me parece que es como que se hubiera quedado una semilla de aquello que quisieron, de aquella planta...

 

- La semilla de maldad, la película, ¿se acuerda?

 

- ...Exacto. Una semilla de maldad que quedó ahí dando vuelta y ahora pretenden de hacerla germinar. Yo creo que va a ser imposible. La verdad se me hace cuento que esto pueda ocurrir. Pero la Argentina de los años 90 para acá, no solamente lo que llamamos la dignidad, el sentido de lo nacional, la Argentina comprometió para siempre su trabajador, su independencia de criterio. Usted sabe la lucha que hay día a día, porque después que ellos toman el mando, mientras no toman el mando dicen, no, nosotros vamos a dar tal cosa, vamos a respetar esto otro, después nada. Trabajadores a la calle. ¿Sabe cómo echan a la gente? Al que lo echan mejor, que puede ser un gerente, lo echan diciéndole con un señor en la puerta, que no puede entrar, que no puede ni retirar sus cosas. En la  Argentina están devolviendo lo privatizado. Todo lo que no les dio el gran negocio que pensaban o todo aquello que ya fue negocio, porque retiraron mucho dinero, el presidente nuevo, Kirchner, está teniendo que modificar las privatizaciones que antes se hicieron. Es decir, están volviendo las empresas mucho más pobres a la gente a través de un gobierno que tiene más personalidad. Este hombre está inspirado de otra forma y parece haber despertado a la gente. Bueno, no nos durmamos nosotros cuando justo se está despertando la Argentina. ¿Sabe lo que más me calienta de este tema? Que tenemos el espejo ahí. Basta mirar para la Argentina, basta comprar diarios de Buenos Aires. Usted compre el diario que quiera, el día que quiera, y póngalo acá en la peluquería. Que la gente lea las noticias. Las noticias de cualquier día son la negociación interminable de las empresas privatizadas queriendo siempre más aumentos, no invertir.

Negocio puro. Está pensado para hacer plata, no para hacer país. Así que usted, no necesito decirle, acá, use este sillón y dígale, haga país, ponga la papeleta rosada, que de estas cosas no se vuelve.

 

- Ahora, guarda, ahora, silencio en la noche, porque en la nuez es bravo, ¿vio?

 

- ¿Ya está lo de la nuez? Porque estoy hablando medio estirado, ¿vio?

 

- Si. Lo de la nuez ya está.

 

- Cada cliente que se siente aquí usted dígale como son las cosas. Dígale, a los que me conozcan, de parte mía, que yo sé bien lo que pasó en la Argentina, que yo la puedo contar de pe a pa.

 

- ¿Yo les puedo decir que es de parte suya?

 

- Yo me involucro en estas cosas. A mi me parece que uno no puede quedar afuera. A mi, venir al Uruguay, venir por ruta, que a veces lo hago, por el lado de Zárate, Brazo Largo. ¿Se ubica? Fray Bentos, entro para Mercedes y ya cuando uno entra al Uruguay, uno lo primero que hace más o menos, después del kilometraje que ha hecho de Buenos Aires, es echar nafta. Parar en una cosa que sea ANCAP y que no sea ANCAP Uruguay, a mi me va a parecer cuento.

 

- Es como que le vendan garotos ingleses...

 

- Hay cosas, mire. Hay cosas que se pueden vender porque no hacen a la dignidad, al sentido de la identidad, a lo nacional que todavía nos queda. Esta globalización, en este inmenso genocidio que el mundo armó con el neoliberalismo, llamado globalización, la gran respuesta tiene que ser la de la aldea. Nosotros somos la aldea; cada lugar, cada comarca en el mundo es una aldea que tiene que buscar su propia energía, su propia identidad, sus propios valores; buscar en el fondo de nosotros mismos. ¿Usted se imagina, qué se yo? Tomemos al jefe. ¿Usted se imagina en esta negociación lo que opinaría el jefe? ¿Sabe de quién le hablo, no? Dos jefes tenemos, Obdulio Varela y Artigas. Le estoy hablando del primero de los jefes.

 

- Hay gente que se enojó porque usan la celeste, los contrarios. 

 

- Que usen lo que quieran porque...

 

- Es una falta de respeto, ¿diga la verdad?

 

- ...lo que el hombre hubiera pensado, está clarito para todos.

 

- Le gusta Juan Ramón Carrasco, hablando de todo un poco.

 

- Va bien eh, va bien, Yo lo quise siempre a Juan Ramón.

 

- Bueee...lo estoy casi terminando, pero la verdad es que hoy me esmeré, porque un cliente como usted no viene todos los días.

 

- Déjeme ver las patillitas. ¿A ver? Ah, está perfecto, dele nomás.

 

- Bueno. ¿Qué me dijo? Le saco la pelusa acá atrás, ¿no?

 

- Me está ardiendo. ¿Tiene la colonia? En serio, buena colonia tiene, eh.

 

- Es brasilera.

 

- Siempre tuvo de primera.

 

- Porque yo estoy con el MERCOSUR, le compro a los países hermanos.

 

- Está muy bien.

 

- Yo le agradezco pila, y ahora sí le voy a poner un poquito de perfume. Si ve que es muy...si ve que...ahí está. Todavía tiene el cutis terso.

 

- Acá, acá, acá, huuu, que fresquito. Qué gusto me dio.

 

- ¿Se hizo la cirugía alguna vez? No.

 

- No, todavía no.

 

- ¿Todavía no? Bue, lo espero el lunes, después del 7.

 

- Si Dios quiere, para festejar un poco, que algo tenemos que festejar.

 

- ¿Quiere que compre unas cañitas voladoras o compro una botella de whisky?

 

- Bueno, eh. ¿Cuánto es?

 

- Qué le voy a cobrar, por esta vez ...

 

- ¿110, la tarifa?

 

- Deme 80, 80 Le rebajo el IVA y el COFIS.

 

- Me cobra como en el 80, como cuando me cortaba en el 80. Bueno, un gustazo, eh.

 

- Gracias Víctor Hugo.

 

- Bueno un gran gusto, un gran gusto.

 

PENSAMIENTO DE EL PELUQUERO: ¡Qué figura! ¡Víctor Hugo Morales! Ahora, que lo veo irse me lo imagino la tarde del domingo relatando el triunfo del si, si, si...

 

RELATO DE VÍCTOR HUGO MORALES: Ta, ta, ta, ta, ta, gol, gol, gol, gol, goooool, gooooool uruguayo, Uruguay nomás, Uruguay que no ni no. Festejá pueblo que es tuyo. Empaparon la camiseta esta tarde los uruguayos, para llegar a esta victoria excepcional, con toda justicia.

 

 

 

Este fue un programa del Departamento de Difusión y Prensa de la Secretaría Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación y la Agricultura (REL – UITA)

28-11-03

UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel/Fax (598 2)  900 7473 -  902 1048 - 903 0905