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CUBA,

AL SON DE LA AGRICULTURA ORNICA

 

Un programa del Departamento de Difusión y Prensa de la Regional Latinoamericana de la UITA

 

“En este momento somos orgánicos por conciencia pero inicialmente fuimos orgánicos por necesidad”

 

El retiro de la ayuda económica de la UNION SOVIETICA a CUBA en 1989, significó que 1.300.000 toneladas de fertilizantes químicos, 17.000 toneladas de herbicidas y 10.000 toneladas de plaguicidas ya no podrían importarse y que la disponibilidad de combustible para la agricultura fuera drásticamente reducida. En un año, Cuba perdió más del 80% de su comercio exterior, y además los precios del azúcar se fueron a pique. Cuba dependía de la importación de alimentos: compraba el 100% de su trigo, el 90% de sus frijoles y el 50% de su arroz. Por primera vez desde la Revolución de 1959 la población de CUBA  se enfrentaba a problemas alimentarios.

En  respuesta a esta crisis, los cubanos trabajaron con los recursos que le quedaron: su gente, su tierra, sus animales, sus conocimientos y  su creatividad.

Los institutos de investigación que estudiaban la degradación ambiental ocasionada por la agricultura convencional, se incorporaron a la tarea de  “producir sano, más barato y en armonía con el ambiente  para alimentar a la población".

TESTIMONIO

“lo primero que se nos enseñó es que esta agricultura tenía que contar con pocos recursos, porque no teníamos ninguno..”

“que había que hacerla lo más natural posible, sin contar con ningún químico, ...sobre bases muy modernas…”

Ahora la Agricultura también se hace en la ciudad. Los agricultores urbanos venden directamente sus verduras y hortalizas a sus mismos vecinos, lo que implica un importante ahorro de combustible y aumenta la calidad de los productos que llegan muy frescos a los mercados.

La producción de la agricultura orgánica urbana aumentó de 40 mil toneladas en 1995 a 115 mil toneladas en 1998.  Para finales de los 90, ya se producía el 65% del arroz, el 46% de las verduras, el 38% de las frutas, y el 6% de los huevos consumidos en el país. Y esto se alcanzó...

TESTIMONIO

“de manera natural muy ecológica, sin afectar el medio ambiente, porque tenemos la población aquí hay edificios muy cercanos; lo mejor para la salud es que el vegetal vaya sin tóxicos”

“lo otro que le agrada mucho es que el precio es barato, los vegetales en todas partes del mundo son muy caros y si hay que traerlos  de otro lugar es más caro todavía”

Al momento de cambiar el modelo agrícola, los suelos de Cuba presentaban una intensa degradación debido a la aplicación intensiva de agrotóxicos. Por ello, una prioridad de la agricultura cubana hoy, es el manejo del suelo buscando dos metas:

Primero:         lograr un aprovechamiento eficiente de su potencial de producción

Segundo:       mantener su constitución y funcionamiento, que incluye su capacidad    de autorregulación

TESTIMONIO

 “yo tengo que dejar el terreno preparado para que mi hijo coma, para que mi nieto coma y para mi  bisnieto, dejar las condiciones  y enseñarlos a ellos  que esto hay que cuidarlo porque esto es lo único que tenemos el suelo el día que se acabe el suelo se acabará la vida sobre el planeta”

Ahora se maneja el suelo como algo vivo y se usa a la Materia Orgánica como la clave de la producción. Se utilizan  restos de cosecha, basura doméstica orgánica, humus de lombriz, etc.; evitando problemas de contaminación ambiental y aumentando la eficiencia.

Con la materia orgánica se logra un suelo mejor estructurado, más productivo y más resistente a la erosión, permitiendo un uso más eficiente del agua.

TESTIMONIO

“este tomate se sembró y yo le eché agua nada más que cuando lo sembré ... ahora ya no yo ya no me preocupo por él, porque eso es orgánico…”

Una forma de medir la eficiencia de la agricultura, es hacer un balance entre la energía (medida en calorías) que se invierte para producir,  mano de obra, combustible, insumos y la energía que se obtiene como producto. Con la agricultura convencional para producir 1 caloría, había que invertir 5, o sea que apenas se recuperaba el 20%. Con los  sistemas agroecológicos actuales se llegan a obtener más de 10 calorías por cada una que se invierte, representando más del 1000%.

La agricultura orgánica en Cuba ha rescatado prácticas agrícolas tradicionales utilizadas por los campesinos, por ejemplo: la combinación de distintos cultivos en espacio y en tiempo, denominada POLICULTIVOS.

TESTIMONIO

“ La misma integración de los policultivos ha ido mejorando la fertilidad y la estructura del suelo, entonces producimos mucho más producto por área, mucho más diverso” 

“ellos mismos se ayudan mutuamente....mejor control de malas hierbas y mejor defensa contra las plagas y enfermedades”

En el manejo de las Plagas hubo un cambio radical; mientras la agricultura convencional procura su eliminación, hoy se busca mantenerlas en niveles por debajo de los umbrales de daño. El objetivo es devolver el equilibrio al sistema,  potenciando sus mecanismos de autorregulación.

De surgir problemas sanitarios, con plagas y enfermedades, se utilizan biopesticidas, productos biológicos que se producen en más de 200 centros de reproducción en todo el país.

 

TESTIMONIO

“los productos sale más sanos, sin ningún tipo de mancha, ni nada de eso el producto sale magnífico”

Cuba al autoabastecerse de hortalizas: se liberó de las importaciones, mejoró la dieta,  y avanza así hacia la soberanía alimentaria.

El camino emprendido por Cuba demuestra que  la Agricultura Ecológica, además de ser la única alternativa para frenar la degradación ambiental y social y los perjuicios en la salud ocasionados por los agrotóxicos, es la estrategia que posibilita el derecho de los pueblos a alimentarse por si mismos.

 

Los testimonios de productores y técnicos fueron tomados del Programa Agricultura Ecológica en Cuba producido por los españoles Enic Crespo, Cristina Domingo y Ferrán García.  

07-10-02

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