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Cada
año en el mundo se intoxican cerca de 3 millones de personas por
el uso de agrotóxicos.
Mueren más de 220 mil por año. Esto significa 660 muertes por día,
25 muertes por hora. |
AGROTOXICOS:
De la guerra a la agricultura
Un
programa del Departamento de Difusión y Prensa de la Regional
Latinoamericana de la UITA.
En
la agricultura se utilizan casi 750 mil productos y compuestos
químicos, y varios miles de nuevos productos aparecen en los mercados
cada año. Pero: ¿cómo surgieron los agrotóxicos?
El Ingeniero Agrónomo, y
profesor de la Universidad Federal del Estado de Rio Grande del Sur,
Sebastián Pinheiro, responde:
SEBASTIAN:
- Los
agrotóxicos no fueron inventados para la agricultura y no fueron
solicitados por los agricultores. Los agrotóxicos son un producto de la
guerra. Y hoy cuando
vemos los problemas ocasionados por los agrotóxicos, tenemos que decir
el nombre cierto: Veneno – Arma Química – Agrotóxico.
LOCUCIÓN:
- La
industria agroquímica, que impuso su paradigma a la agricultura actual,
es el resultado del esfuerzo bélico de las dos grandes guerras
mundiales.
En
la Primera Guerra Mundial Alemania fue bloqueada y los aliados
prohibieron la importación del salitre chileno y otros abonos
nitrogenados que podían utilizarse en la fabricación de EXPLOSIVOS. Un
científico llamado Franz Haber consiguió desarrollar a escala industrial
un proceso químico de fijación de nitrógeno del aire. Cuando terminó la
guerra los alemanes tenían un enorme stock de nitratos, que ya nadie
quería. La industria química los recicló y se los impuso al agricultor.
Así nacieron los abonos nitrogenados. La agricultura fue una especie de
basurero para la industria de la guerra.
SEBASTIÁN:
- Los
agrotóxicos son un producto de la guerra. Como producto de la guerra
ellos fueron creados para matar al hombre, para destruir sus
plantaciones, no para hacer beneficio a la humanidad.
LOCUCION:
-
José Lutzenberger, en su artículo, “la problemática de los agrotóxicos”
nos cuenta: (...) “al servicio del Ministerio de la Guerra, químicos de
las
fuerzas americanas trabajaban febrilmente en la búsqueda de sustancias
que pudieran ser aplicadas desde un avión para destruir las cosechas de
los enemigos. Otro grupo, igualmente interesado en la devastación se les
adelantó.
Cuando explotó la primera bomba
atómica, en el verano de 1945, viajaba en dirección a Japón un barco
americano con una carga de fitocidas, entonces declarados como LN 8 y LN
14, suficientes para destruir el 30% de las cosechas. Más tarde, en la
guerra de Vietnam, estos mismos venenos, con otros nombres tales como
“agente naranja”, sirvieron para la destrucción de decenas de miles de
kilómetros cuadrados de bosques y de cultivos.
Luego, del
mismo modo que los físicos que hicieron la bomba atómica, propusieron el
uso pacífico de la energía nuclear (para no tener que extinguir las
estructuras burocráticas de las que ahora dependían), los químicos que
concibieron aquella forma de guerra química pasaron a ofrecer a la
agricultura sus venenos, ahora llamados herbicidas.
También el
DDT, usado para matar insectos, surgió en la guerra.
Las tropas americanas en el
Pacífico sufrían mucho con la malaria. El DDT, conocido desde antes,
pero cuyas cualidades insecticidas acababan de ser descubiertas, pasó a
ser producido a gran escala y usado sin restricciones, a tal punto que
las personas fueron tratadas desde aviones con gruesas nubes de DDT.
Después de la guerra, nuevamente
la agricultura sirvió para canalizar las enormes cantidades almacenadas
y para mantener funcionando las grandes capacidades de producción que
habían sido montadas.
SEBASTIÁN:
-
Esto es importante que se diga. Porque estas empresas que hoy fabrican
los agrotóxicos son las mismas que aceptan y hacen los contratos
militares para los ejércitos de las grandes naciones para sus grandes
negocios. No hay una industria
militar y una industria civil, es la misma; el producto es el mismo,
esté en la mano de un agricultor o en la mano de un soldado.
LOCUCIÓN:
- Luego de los
atentados del 11 de setiembre, se prohibieron en los Estados Unidos, las
fumigaciones aéreas con plaguicidas alrededor de todas las ciudades.
Descubrieron entre los sospechosos, manuales de fumigación, así como un
gran interés en aprender a pilotar las avionetas empleadas en ese
trabajo. Ahora cunde el temor a nuevos atentados con los medios que se
utilizan en las labores agrícolas convencionales, ya sea con armas
químicas o bacteriológicas.
Como lo señala el investigador español Jorge Riechmann, “las tecnologías
de la moderna agricultura química son, de forma inherente, tecnologías
de doble uso. Cualquier
ingeniero sabe que las fábricas de fertilizantes son también fábricas de
explosivos; que las fábricas de plaguicidas son también fábricas de
armas químicas y que las plantas biotecnológicas son también fábricas de
armas biológicas”.
Este fue un programa
del Departamento de Difusión y Prensa de la Secretaría Regional
Latinoamericana de la Unión Internacional de Trabajadores de la
Alimentación y la Agricultura, (REL- UITA)
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