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Un programa del Departamento de Difusión y Prensa de la Regional
Latinoamericana de la UITA
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Creado por:
Sebastián Pinheiro y
Gerardo Iglesias.
NARRADOR:
- En el boliche de DOÑA COMADREJA conversaban y
tomaban unos vinitos EL TATÚ, DON ZORRO, EL ÑANDÚ y DON GATO. Cerrada la
noche las puertas del boliche crujieron. Al abrirse, junto a un vientito
helado entró un forastero tan largo como flaco. Caminando despacito como
si le dolieran los pies o algún callo en el alma, llegó hasta la silla
junto a la canilla. Después de beber agua por un buen rato y con una
tristeza que daba lástima comenzó a hablar.
EUCALIPTO:
- No pretendo molestarlos pero he llegado con mucha
sed y ganas de conversar con alguien. EUCALIPTO es mi nombre y vengo de
muy lejos.
NARRADOR:
- ¿Lejos cómo qué?, preguntó el TATÚ algo
prepotente.
EUCALIPTO:
- Tan lejos queda que cuando aquí la gente
despierta allá nos vamos a dormir. Australia se llama mi tierra donde
también vive mi amigo el KOALA, el CANGURO, el ORNITORRINCO y el DEMONIO
de TASMANIA.
NARRADOR:
- DON EUCALIPTO abrió de nuevo la canilla, tomó agua
como un loco y continuó con su historia.
EUCALIPTO:
- Como ven ando solo, medio triste y afligido. Es
que mucha gente me teme. Se me acusa de secar charcos, arroyos y pozos.
¿Es delito qué a uno le guste tanto el agua.
NARRADOR:
- ¡Delito sería que tomara vino y secara las
bodegas!, respondió DON ZORRO.
EUCALIPTO:
- ¿Pero saben algo? Yo soy un árbol de bien, y muy
útil por cierto. Vengo de una familia numerosa. Los eucaliptos
pertenecemos a un grupo de árboles de más de 660 especies diferentes.
Algunos de mis parientes, los que gustan de la
nieve, crecen en las montañas. Los que gustan del agua salada, se
encuentran en los desiertos y otros como yo preferimos los charcos y las
áreas húmedas. Cuando descubrieron Australia también yo fui descubierto
y los tipos al verme dijeron. ¡Pah, mirá que árbol! Y fui llevado para
África, Europa y América. Cuando llegué a Brasil, hace unos cuantos
años, las grandes selvas eran cortadas para plantar café y criar ganado.
En ese país mi principal trabajo fue producir leña, y como la leña era
el combustible utilizado para el ferrocarril, fui plantado en todas
partes. Desde entonces vivo en grandes plantaciones sin mucho espacio y
donde solamente hay eucaliptos de la misma edad.
NARRADOR:
- ¡Todos de la misma edad! ¿Así qué no tiene a quién
pedir un consejo?, consultó DON GATO con tono burlón.
EUCALIPTO:
- ¡Correcto! Y en un lugar donde no se tiene
espacio para nada los animales ni se arriman. Para decirles la verdad
vivimos incómodos y aburridos. No como en el bosque donde hay todo tipo
de plantas y animales.
- ¿Saben qué además? El bosque no tiene dueño. Le
pertenece a esos animales, a esas plantas, a los seres humanos que allí
viven. Y hay que cuidarlo porque ese bosque también pertenece a las
generaciones futuras. Un bosque forma parte del paisaje cultural de una
nación, forma parte de su historia. De allí que los eucaliptos somos muy
respetados en Australia, nuestra tierra.
NARRADOR:
- ¡Pa' mi es un árbol grandulón y medio chiflado!,
dijo bajito el TATÚ al oído de DON GATO.
EUCALIPTO:
- Aquí en América como en África o en Asia somos
apenas un negocio, por ello nadie nos respeta y hacen con nosotros lo
que se les ocurre. En las plantaciones crecemos bien juntitos unos a
otros y cuando cumplimos cinco o seis años nos cortan. Volvemos a crecer
y nos vuelven a cortar. Así, uno no consigue florecer ni tener semillas.
NARRADOR:
- DOÑA COMADREJA tuvo la intención de arrimarle un
vinito para que se consolara. Pero pensó, QUIZÁS LE CAE MAL, y se quedó
quietita.
EUCALIPTO:
- Otra cosa que a uno lo angustia es escuchar esos
comentarios: "el eucalipto no sirve para nada". Es que ahora como
escasean los árboles viejos, pretenden con mi madera fabricar muebles o
instrumentos musicales. ¡Y claro que yo no sirvo para eso! Pero en mi
familia sí hay eucaliptos con los que se pueden hacer instrumentos
musicales y muchas otras cosas como perfumes y medicinas. ¿Sabían
ustedes que nosotros los eucaliptos somos los responsables de la
desaparición de la malaria en Israel en el año 1953? Los palestinos
decían que éramos un árbol judío. Mucha gente ignorante también nos
critica porque no servimos para hacer un asado. ¡Claro que no! Como nos
van a comparar con un tala, un espinillo, que son mucho más viejos que
uno y por lo tanto más duros. Y ustedes no se imaginan cómo empeoró mi
situación ahora.
NARRADOR:
- ¡A este loco yo no lo aguanto más!, dijo EL TATÚ
enojado, mientras salía afuera a tomar aire bajo el estrellado cielo.
EUCALIPTO:
- Ahora me plantan en gran escala para la industria
del papel. Como estoy bien cotizado en el mercado internacional plantan
miles y miles de eucaliptos más juntitos que antes. Y claro, hay
problemas; falta el agua y corremos a los animales. Se fumiga mucho y
las carreteras se pueblan de camiones repletos de rolos contaminando el
ambiente; y claro, toda la culpa es nuestra.
NARRADOR:
- EL TATÚ afuera del boliche, un poco más calmado,
escuchó al EUCALIPTO y exclamó: ¡Pobre infeliz!.
EUCALIPTO:
- Ustedes no van a creer, el hombre para producir
celulosa ha quemado buena parte de la selva del Amazonas y quemó también
la "Mata Atlántica" del litoral de Brasil. Árboles nativos de más de 700
años fueron cortados y destruyeron comunidades enteras para plantarnos
como pelotones militares.
En Espíritu Santo, Brasil, la empresa "Aracruz
Celulose" expulsó a los indios y se apropió de sus tierras. Con el
auxilio de policías y militares también expulsó a los agricultores y en
esas tierras plantaron eucaliptos. ¿Pueden creerlo?
NARRADOR:
- Ante EL LLANTO DEL EUCALIPTO DOÑA COMADREJA, la
anfitriona, abrió la canilla del agua y abrazándolo le susurró: Tome
mijito. Tome que a usted le hace bien y cuente, cuente.
EUCALIPTO:
- Desalojaron a toda esa gente; cortaron árboles
con cientos de años; destruyeron la selva. La selva que era el hábitat
del tigre, del mono, del león dorado, de más de treinta especies de
colibríes y de hermosas orquídeas.
NARRADOR:
- Y los gobiernos, ¿no hacen nada?, gritó caliente
EL TATÚ.
EUCALIPTO:
- ¡Cómo no! Los gobiernos subsidian a esas empresas
y las exoneran del pago de impuestos. Para que lo entiendan. Las ayudan
a continuar destruyendo los bosques indígenas, su flora, su fauna. ¿Y
saben lo peor?
- Los eucaliptos que están plantando ahora, son
clonados.
NARRADOR:
- ¿Todos igualitos?, ¿cómo la oveja inglesa?,
preguntó asombrado DON GATO.
EUCALIPTO:
- ¡Sí! Todas las plantas son hermanas gemelas.
NARRADOR:
- Primero se lo llevaron lejos de su casa. En los
pagos donde llegó lo acusan de cosas terribles y ahora le joden su
familia. ¡Es demasiado!, dijo el ÑANDÚ indignado.
EUCALIPTO:
- Ahora si uno se enferma, se enferman todos. Eso
ya ocurrió en Minas Gerais y Espíritu Santo en Brasil y también en
África del Sur y en España. Ese eucalipto fue manipulado con técnicas de
ingeniería genética y sólo sirve para producir celulosa, nada más. ¿Y
saben otra cosa? Crece mucho más rápido y consume mucha más agua.
NARRADOR:
- ¿Toma más que usted ?, preguntó preocupado DON
ZORRO.
EUCALIPTO:
- ¡Sí, mucho más! Se van a tomar toda el agua
existente en el subsuelo, y cuando esto suceda tendrán que construir
costosos canales para mantener a esos eucaliptos. ¿Se dan cuenta? Es
todo un problema. En el futuro el agua costará mucho dinero. Se dice que
muchas guerras se producirán por el agua, y todavía crearon "a ese" que
toma más que yo. Cosa de locos ¿no?
NARRADOR:
- DON ZORRO sintió como que se le secaba la garganta
y se sirvió otro vino que tomó de un saque.
EUCALIPTO:
- Bueno, disculpen si los aburrí, pero si no
hablaba creo que me moría.
NARRADOR:
- Despacio como llegó, DON EUCALIPTO juntó sus
cosas, tomó un buen trago de agua y se fue. Desde el boliche, EL TATÚ,
DOÑA COMADREJA, DON GATO, EL ÑANDÚ y DON ZORRO lo vieron perderse en el
campo en medio de la oscuridad.
LOCUCIÓN:
- Alrededor de 1.200 millones de personas en el mundo
carecen de agua. Su insalubridad cuesta la vida a 3 millones de personas
por año y los más pobres pagan un 12% más por cada litro. Un número
importante de estudiosos, estiman que para el año 2053 se producirá la
crisis mundial del agua. Mientras tanto en el Sur, los monocultivos
industriales de árboles a gran escala avanzan como si nada. Algunas de
las especies de rápido crecimiento utilizadas necesitan más de 400
litros de agua para producir 1 kilo de madera. Nada importa, el lucro no
sabe de sed, ni de hambre y solo le rinde honores al hoy y al momento.
Este fue un programa del Departamento de
Difusión y Prensa de la Secretaría Regional Latinoamericana de la
Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación y la
Agricultura (REL – UITA) |
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