Asamblea Mundial de
la Salud de los Pueblos
Equidad social y
de género, salud
y ambiente,
partes del mismo tema |
Equidad social y de género, desarrollo sustentable, la salud
como un derecho básico, la valoración de la diversidad e
interculturalidad y la paz fueron los ejes de la segunda
Asamblea Mundial de la Salud de los Pueblos realizada esta
semana en Ecuador.
En la ciudad de Cuenca,
asentada en la antigua Tomebamba, segunda capital del
Tawantinsuyo y lugar de nacimiento de Huayna-Cápac,
unos 300 km al sur de Quito, la capital de Ecuador, se
celebró esta semana la 2da. Asamblea Mundial de la Salud de
los Pueblos, con
represen-taciones
de más de 70 países de los 5 continentes.
"Esta es una oportunidad
–decía
la convocatoria a esta asamblea–
para el desarrollo de la unidad y la solidaridad de las
fuerzas (...) que en todos los lugares del planeta nos hemos
opuesto a la privatización de la vida, a la imposición de
tarifas en los servicios de la salud, a la mercantilización
de la medicina, a la destrucción del planeta".
La idea de una Asamblea de Salud de los Pueblos (ASP) fue discutida por
más de una década. En 1998, varias organizaciones comenzaron
a planificar una gran asamblea internacional, realizada en
Bangladesh a finales del año 2000. En esa ocasión, junto a
otras acciones, se aprobó la Declaración para la Salud de
los Pueblos (DSP).
Los cinco Principios de la Declaración para la Salud de los Pueblos
establecen que:
1) El logro del más alto nivel de salud y bienestar es
un derecho humano fundamental, sin importar el color de la
persona, su etnia, religión, género, edad, habilidades,
orientación sexual, o clase.
2) Los principios de una Atención Primaria en Salud (APS)
universal e incluyente
–concebidos
en la Declaración de Alma Ata de 1978–
deberían ser la base para formular las políticas
relacionadas con la salud. Ahora más que nunca se requiere
de un enfoque equitativo, participativo e intersectorial.
3) Los gobiernos tienen la responsabilidad fundamental
de garantizar el acceso universal a una atención en salud de
buena calidad, educación y otros servicios sociales de
acuerdo a las necesidades de la población, no a su capacidad
de pago.
4) La participación de la población y de las
organizaciones populares es esencial para la formulación,
implementación y evaluación de todas las políticas y
programas sociales y de salud.
5) La salud es determinada primordialmente por el
ambiente político, económico, social y físico y debe ser de
alta prioridad al elaborarse las políticas locales,
nacionales e internacionales, junto con los temas de equidad
y desarrollo sostenible.
En materia de equidad social y de género, la DSP convoca a
los pueblos a:
- Exigir
y apoyar el desarrollo e implementación de políticas
sociales amplias con plena participación de la población.
- Asegurar
que todas las mujeres y los hombres tengan derechos iguales
al trabajo, a la libertad de expresión, a la participación
política, a ejercer la libertad de religión, a la educación
y a vivir sin violencia.
Asimismo, para construir un sector de
salud centrado en la población, llama a:
- Oponerse
a las políticas internacionales y nacionales de
privatización de los servicios de salud y que la convierten
en una mercancía.
- Exigir
que los gobiernos promuevan, financien y provean la Atención
Primaria en Salud Integral como la manera más efectiva de
enfrentar los problemas de salud y de organizar servicios de
salud públicos que aseguren acceso gratuito y universal.
Y
para enfrentar los retos ambientales, la DSP exhorta a:
- Hacer
responsable a las empresas transnacionales y nacionales, las
instituciones públicas y los militares, por sus actividades
destructivas y riesgosas que tienen impacto sobre el
ambiente y la salud de la población.
- Exigir
que todos los proyectos de desarrollo sean evaluados con
criterios de salud y ambiente y que se apliquen
restricciones y precauciones cuando cualquier tecnología o
política implique amenazas potenciales a la salud y al
ambiente (el llamado principio de precaución).
Entre representantes de diversos movimientos sociales,
organizaciones de los pueblos indígenas, redes de mujeres,
ONGs ambientalistas y científicos de distintas partes del
mundo, la asamblea de Cuenca contó con la presencia especial
de la Dra. Mirta Roses, actual directora de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS-OMS).
En
la mesa redonda "Puntos de encuentro de la salud y la
cultura e interculturalidad crítica",
la Dra. Roses llamó
a incluir en las normas constitucionales el reconocimiento
de la diversidad cultural y las particularidades
socioculturales de los pueblos indígenas referentes al
idioma, religión y culto, educación, medio ambiente y
políticas de salud.
En el panel "El
orden económico internacional y la salud" se analizaron de
los impactos generales de
la economía global, el neoliberalismo y el "libre comercio"
sobre la salud de los pueblos del planeta hasta
una campaña
por el derecho a la atención en la salud en India y la
concepción de una Iniciativa Global por el Derecho a la
Salud.
La destrucción neoliberal de los derechos humanos en salud en Chile, las
fábricas recuperadas y los derechos humanos en salud en
Argentina, la globalización y la destrucción del derecho al
deporte en Brasil, la lucha contra las privatizaciones de la
salud en Colombia, fueron algunos de los numerosos
testimonios presentados.
La Asamblea culminó el viernes 22 de julio con una plenaria
titulada "Las voces de la tierra nos convocan: nuestro
compromiso concreto en la construcción de un mundo más
saludable".
Víctor L. Bacchetta
© Rel-UITA
25 de
julio de 2005
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