En el año 2003, la
OIT adoptó el 28 de abril como el día oficial de la seguridad y salud en los
locales de trabajo. Este día, en 1969, hubo una explosión en la mina de
Farmington, al oeste de Virginia en EEUU, en la que murieron 78
trabajadores. A partir de ese suceso, el 28 de abril pasó a ser recordado,
en distintos países, como el Día Mundial en Memoria de las Víctimas de
Enfermedades y Accidentes de Trabajo.
Ese día, cada año, los movimientos sociales, las
instituciones públicas y gubernamentales y todos aquellos que vivieron esta
realidad en el mundo se unen para, en memoria de las víctimas de
enfermedades y accidentes de trabajo, proponer a la sociedad la reflexión y
formas de crear y sustentar una cultura de prevención en materia de
seguridad y salud en el trabajo.
En datos recientes de un estudio conducido por el Banco
Interamericano de Desarrollo para América Latina, los números muestran que
de 20 a 27 millones de accidentes de trabajo que suceden anualmente en la
región, 90.000 son fatales.
El panorama en los demás países, aún en los considerados
desarrollados, no es menos grave, pues, según datos de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), suceden anualmente, en todo el
mundo, cerca de 450 millones de accidentes y enfermedades de trabajo.
Sin embargo, esos números no dicen todo, pues el desempleo
hace crecer el trabajo informal y los casos de accidentes o enfermedades
profesionales que suceden entre los trabajadores no registrados, no son
notificados. Además, algunas formas de organización del trabajo crean condiciones para el desgaste psíquico, dejando al trabajador
vulnerable a los problemas de salud que la Previsión Social no reconoce.
Tener conocimiento y conciencia de esa realidad es un primer
paso, pero es necesario más que eso. El Estado debe cumplir su papel y,
junto al sector empresarial y la sociedad en general, desarrollar políticas
que valoricen la vida y la salud de los que trabajan.
Durante el mes de abril, innumeras actividades son realizadas
por el gobierno, entidades sindicales y movimientos sociales, con el
objetivo de dar visibilidad a este grave problema de la salud pública y
sensibilizar los medios de comunicación y la sociedad civil para que pongan
los temas relacionados a la Salud del Trabajador en sus agendas.
Juliana de Mattos
Varandas
©Rel-UITA
27 de abril de 2007
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