Tres
uruguayos por hora sufren
accidente o enfermedad laboral |
En
2004 los males del trabajo crecieron 22%, según las cifras
oficiales. En 2004 murieron 33 personas y casi 300 quedaron
discapacitadas. Al año son más de 30.000 casos. Las
industrias manufactureras, agricultura, ganadería y pesca
están a la cabeza del ranking.
Un hombre de 27 años, ex operario de la industria química,
llega a la consulta médica con lesiones en la piel. Dice que
los síntomas comenzaron cuatro meses después de su ingreso a
una fábrica de sales de cromo.
Abandonó esa labor debido a su dolencia y comenzó a trabajar
en la construcción. Varios meses más tarde los daños son más
que visibles: manchas y eczemas en brazos, piernas, axilas y
párpados. El diagnóstico: dermatitis de contacto por cromo.
Ese caso, publicado en la Revista Médica del Uruguay no es
aislado. El año pasado hubo cada hora tres accidentes de
trabajo o diagnósticos de enfermedades contraídas en tareas
laborales.
Fueron en total 30.156 casos que costaron la vida de 33
personas y dejaron a 299 con incapacidades permanentes, de
acuerdo a la información brindada por el Banco de Seguros
del Estado (BSE) al Instituto Nacional de Estadística.
Esas cifras muestran un aumento de 22% en los accidentes y
enfermedades profesionales respecto a 2003. Ese año habían
sido contabilizados por el BSE 24.613.
Si bien estas dolencias afectan a todos los trabajadores hay
sectores más vulnerables. El año pasado 22% de los casos
correspondieron a industrias manufactureras, 21% a
agricultura, ganadería, pesca y frigoríficos pesqueros,
18%,7% a servicios personales y comunales públicos y
privados, 10,3% al comercio y almacenes, 10,1% a la
construcción, 7,8% a transporte y 1,4% a actividades
financieras y de administración. El restante 6,6%
corresponde a actividades sin especificar por el BSE.
Exclusiones
En Uruguay, están obligados a asegurar en el BSE por
accidentes de trabajo y enfermedades profesionales todos los
empleadores privados y dentro del Estado quienes ocupan
personal que realiza trabajos manuales en condiciones de
riesgo.
Desde el año pasado el gobierno decretó que todas las
enfermedades profesionales y accidentes de trabajo deben ser
notificados obligatoriamente ante el BSE, el Ministerio de
Salud Pública y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Las enfermedades profesionales están previstas en la Ley
16.074 y son aquellas causadas por agentes físicos, químicos
o biológicos utilizados durante la actividad laboral o que
estén presentes en el lugar de trabajo.
En particular son una lista de 29 enfermedades incluidas en
el Convenio 121 de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT). Entre ellas están el asma causada por agentes
inherentes al trabajo, afecciones auditivas debido a ruidos,
enfermedades causadas por vibraciones y las provocadas por
manganeso, arsénico y flúor (ver lista aparte).
"Esta definición no incluye los riesgos ergonómicos, cargas
físicas, esfuerzos, movimientos repetitivos que son muy
frecuentes ni los aspectos que hacen a la carga psíquica",
explicó, Fernando Tomassina, grado 4 del Departamento de
Salud Ocupacional de la Facultad de Medicina.
Para los especialistas, el concepto de enfermedades
profesionales es más amplio e incluye a toda aquella
enfermedad contraída en o por ocasión del trabajo.
"Es un tema de debate. Los problemas de columna, lesiones a
esfuerzos repetitivos, creemos que deben incluirse en la
nómina", sostuvo Tomassina.
Estas exclusiones en la legislación uruguaya deja fuera de
las enfermedades profesionales a muchas dolencias que son
las más frecuentes en determinadas ramas de actividad.
Miguel Guzmán, dirigente del Sindicato Único de la
Construcción y Afines (Sunca) dijo a El País que la ley está
muy desactualizada.
"Las cuestiones más comunes que padecen los trabajadores de
la construcción como artrosis en las rodillas no se
consideran enfermedad profesional. Y en tres o cuatro años
el trabajador no puede continuar con esa tarea", dijo
Guzmán. "Tampoco están comprendidas problemas vinculados a
los hombros, codos y muñecas. Ha habido decenas de
compañeros que han dejado de trabajar porque no pueden mover
sus manos", señaló.
Para Jhonny De León, del Sindicato de Obreros de la Madera y
Afines (SOIMA) el hecho de cobrar por producción incide en
apuros que derivan en accidentes laborales. También, por más
que queden lesionados, muchos empleados del sector optan por
seguir trabajando porque figuran con el sueldo mínimo y la
pensión que cobrarían es muy baja.
En otros trabajos, como por ejemplo los bancarios, las
patologías frecuentes son otras. Padecen en muchos casos de
ansiedad, estrés y desgaste psíquico, sumado a lesiones por
esfuerzo repetitivo, dijo a El País Walter Migliónico, de la
Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay. También
señaló que salvo excepciones, las instituciones no tienen
planes preventivos sino que tratan las patologías cuando se
presentan.
Esos casos, explicó Tomassina, los trabajadores son amparados
por la seguridad social y certificados como enfermedades no
profesionales, aunque no está cuantificado cuántos de ellos
padecieron de patologías vinculadas a su trabajo.
Según datos de BPS en 2004 se beneficiaron cada mes del
subsidio entre 7.500 y 10.400 personas.
Prevención
"Todas las
enfermedades ocupaciones son prevenibles", aseguró Tomassina.
En los trabajos "de oficina" es fundamental respetar los
tiempos de trabajo y de descanso. También evitar el "acoso
moral", que son las situaciones en la que un funcionario es
sometido a presiones pro sus superiores, explica el
especialista.
Además hay que cuidar otros aspectos, como diseño ergonómico,
iluminación y ventilación.
Tanto en trabajos de escritorio como en los industriales y
agropecuarios los especialistas ven más casos de patologías
por esfuerzos repetitivos.
"Hemos estudiado trabajadores de la industria de la
construcción y de la industria pesquera con serios problemas
articulares", señala Tomassina
Las empresas públicas trabajan con la prevención y control de
los trabajadores y en las privadas la tendencia a considerar
la salud ocupacional es creciente.
En OSE, por ejemplo, hay un programa específico de prevención
de enfermedades profesionales A quienes trabajan en plantas
de depuración se les realizan estudios parasitarios y a
quienes cumplen funciones en las usinas evaluaciones
auditivas por el ruido que producen las bombas, explicó a El
País Cecilia Bujarín, médica laboral de la OSE. El ente,
días pasados remitió al BSE 34 casos de trabajadores con
alteraciones auditivas.
A nivel privado, la Unidad Coronaria Móvil, por ejemplo,
brinda asesoramiento en salud ocupacional a empresas.
Marianella Amoroso, señaló que la UCM realiza evaluaciones
de las condiciones de trabajo y del medio ambiente y luego
genera programas de vigilancia médica específica.
"Estamos asistiendo a un cambio en los últimos tiempos y se
ve mayor conciencia de las empresas", concluyó Amoroso.
Duplican los inspectores
En el Presupuesto Quinquenal que analiza el Parlamento el
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social propone la creación
de un programa de contralor de la legislación laboral y de
seguridad social.
Fuentes sindicales dijeron que actualmente hay 20
inspectores, lo que es considerado insuficiente. En el
artículo 280 del proyecto, el Ministerio duplica esa
cantidad llevando a 40 los trabajadores que controlarán las
condiciones ambientales de los trabajadores.
PIT-CNT pide incluir
esfuerzo repetido
El PIT-CNT reivindica que haya estadísticas completas de las
enfermedades profesionales, que sean contempladas las
lesiones por esfuerzo repetitivo y el estrés laboral y una
ley de salud laboral para ordenar "el desconcierto" en ese
tema, dijo Walter Migliónico de la Secretaría de Salud y
Medio Ambiente de la central obrera.
Migliónico planteó la posición del PIT-CNT en un congreso en
Argentina. Allí señaló que hay varios estudios
internacionales que muestran que más del 50% de las
enfermedades profesionales responden a lesiones por esfuerzo
repetitivo.
También se refirió al síndrome del quemado, una dolencia por
la cual el trabajador pierde el sentido de la relación con
su función, de tal manera que las cosas ya no importan más y
cualquier esfuerzo parece inútil.
El gremialista citó un estudio de Estados Unidos, que señaló
que entre 77% y 93% de los docentes padecieron de esa
patología.
Sostuvo además que no existe un efectivo sistema de
vigilancia sanitaria en la salud de los trabajadores.
Buscan la unificación de
criterios estatales
El Ministerio de Salud Pública (MSP) trabaja junto a los
organismos públicos que tienen servicios médicos y la
Facultad de Medicina en una comisión para unificar criterios
de sanidad ocupacional y preparar a los servicios públicos
hacia el Sistema Nacional de Salud.
El director de la Administración de Servicios de Salud del
Estado del MSP, Tabaré González, dijo a El País que el grupo
convocado por esa repartición apunta "a ajustar los aspectos
de promoción y protección de salud y seguridad laboral".
"Se busca hacer un programa más suficiente y avanzar hacia un
programa común de todo el sector público y un orientador
para todo el sector privado en general", sostuvo el jerarca.
Fernando Tomassina, del Departamento de Salud Ocupacional de
la Facultad de Medicina, que participa en la comisión, dijo
que el trabajo del grupo puede ser el germen para la
reglamentación del Convenio 161 de la Organización Mundial
del Trabajo. Ese convenio, ratificado por Uruguay en 1988,
establece la obligatoriedad de servicios de salud
preventivos, explicó Tomassina.
Lista de
enfermedades profesionales
-
Neumoconiosis causada por
polvos minerales esclerógenos.
-
Bronconeumopatías causadas
por el polvo de metales duros.
-
Enfermedades broconpulmonares
causadas por polvo de algodón, de lino, de
cáñamo o de sisal.
-
Asma profesional causada por
agentes sensibilizantes o irritantes.
-
Alveolitis alérgicas
extrínsecas y sus secuelas causadas por
inhalación de polvos orgánicos.
-
Enfermedades causadas por el
berilio, cadmio, fósforo, cromo, manganeso,
arsénico, mercurio, flúor, sulfuro de
carbono, derivados de halogenados tóxicos,
benceno, amínicos, nitroglicerina o sus
compuestos tóxicos.
-
Enfermedades causadas por los
alcoholes, los glicoles o las cetonas.
-
Enfermedades causadas por
sustancias asfixiantes, por el ruido, por
vibraciones, por el trabajo en aire
comprimido y por acción de radiaciones
ionizantes.
-
Enfermedades de la piel
causadas por agentes físicos, químicos o
biológicos.
-
Epiteliomas primitivos de la
piel causados por alquitrán, brea, betún,
aceites minerales, antraceno o compuestos,
productos o residuos de esas sustancias.
-
Cáncer de pulmón o
mesotelioma causados por el amianto.
-
Enfermedades infecciosas o
parasitarias contraídas en una actividad que
impliquen un riesgo especial de
contaminación.
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Deborah
Friedmann
El País
12 de
octubre de 2005
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