India, la paradoja del Sida
|
El país con mayor número de afectados, obligado a
recortar la fabricación de medicamentos.
A finales del mes pasado, el Gobierno de India mandó al
Parlamento un proyecto de ley de patentes sobre medicamentos
genéricos para adaptar su producción a los dictados de la
Organización Mundial del Comercio (OMC). La Cámara Baja la
aprobó y si la Alta la ratifica, esta propuesta se
convertirá en ley. El resultado, millones de enfermos de
Sida no podrán acceder a los medicamentos que necesitan.
India, por su política sobre patentes de medicamentos, es
uno de los principales países productores y exportadores de
genéricos, es decir, de copias de medicinas que se venden a
precios más bajos que los originales. De hecho, es el primer
país productor y exportador mundial de antirretrovirales
genéricos. Se estima que de las 700.000 personas que reciben
tratamientos con retrovirales, la mitad proceden de allí.
Los principales destinos son, por su bajo precio, países
pobres, sobre todo de América Latina y África.
Pero no sólo su producción destaca en lo concerniente a
medicamentos finales, sino también en la fabricación de
drogas que se emplearán en su fabricación, que también están
sometidas a leyes de patentes. Brasil, otro de los países
con una producción destacada en lo referente a medicamentos
para paliar los efectos del Sida, o Tailandia, compran
materias primas en el país hindú. Por lo tanto, si la ley se
aprueba, no afectará de manera exclusiva a la producción del
país asiático. Otros países verán como se recorta su
elaboración.
Las grandes empresas farmaceútcas han desarrollado un
monopolio sobre la salud. Los conocimientos médicos, que
debían ser universales por el bien de la población mundial,
están en manos de unos pocos. Y luchan contra los genéricos
porque recortan sus amplios beneficios. Para ello han
encontrado el apoyo de la OMC, sobre todo con el Acuerdo
sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual
relacionados con el Comercio (ADPIC) que buscan defender a
las empresas y no a las personas; incluso en un apartado tan
sangrante como puede ser la salud.
India, para poder entrar en el juego mundial del comercio
internacional tiene que acatar estos acuerdos. Es por ello
que se ha presentado esta ley. Las empresas podrán seguir
fabricando genéricos, pagando un royalties a las empresas
poseedoras de las patentes, de medicamentos creados
anteriormente a 1995. Esto significa que los enfermos pobres
podrán acceder a los medicamentos más antiguos y a un precio
mayor que antes. A los medicamentos nuevos, más
evolucionados y mejores sólo podrán acceder los ricos. Así
lo denuncia Ellen T´hoen, directora de la campaña de Acceso
a Medicamentos Básicos de la ONG Médicos Sin Fronteras: “Eso
significa que los precios de los medicamentos nuevos van a
aumentar y estamos especialmente preocupados sobre el futuro
de los pacientes bajo tratamiento por VIH/SIDA porque no
sabemos si en el futuro van a tener acceso a las nuevas
generaciones de drogas”.
El país con mayor número de afectados
Esto supone una paradoja ya que India es, según Richard
Feachem, director ejecutivo del Fondo Mundial de Lucha
contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, el país del
mundo con mayor número de afectados por el VIH, en total,
ocho millones y medio. Ha superado en términos absolutos a
Sudáfrica. En sólo dos años, esta cifra ha aumentado en más
de tres millones de enfermos. En estados como Karnataka,
Maharastra o Nagaland se ha superado la barrera del 1 por
ciento de mujeres embarazadas afectadas. De poco han servido
las campañas de una década para fomentar las relaciones
sexuales seguras. Se estima que en el barrio rojo de Bombai,
más de la mitad de las prostitutas son portadoras del virus.
El Banco Mundial ha advertido de que el Sida va a
convertirse en la principal causa de muerte en India. La ley
contrasta con la política que se está siguiendo en el país
ya que es uno de los principales responsables en la
Iniciativa Internacional para una vacuna contra el Sida.
Anbunami Ramadoss, Ministro de Salud, declaró recientemente
que incluso se estaban probando sobre afectados los primeros
ensayos.
Por la situación que vive el país, si finalmente se aprueba
esta ley en la Cámara Alta de India se llegaría a una
situación sumamente contradictoria. Además, cruzando sus
fronteras, las diferencias entre ricos y pobres se harán
mucho más palpables. Habrá ciudadanos de primera categoría
que podrán medicarse y seguir sus tratamientos y otros, que
bueno, podrán emplear medicamentos de más de diez años y que
apenas podrán pagar. Millones de personas morirán sin
derecho a la salud.
Christian Sellés
Agencia de Información Solidaria
28 de abril de 2005
Volver
a Portada
|