Veintisiete mil niños mueren cada día en el mundo, según el
informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2008
publicado por Unicef. Pero también, es la primera vez en la
historia que la cifra de muertes infantiles no supera los
diez millones en todo el año. Este es el gran avance que ha
presentado la agencia de Naciones Unidas para la protección
de la infancia.
En 1960, el número de muertes infantiles superaba los 20
millones al año. En 2006, la cifra no llegó a los 10
millones. No obstante, el 40% de esas muertes se podrían
evitar, según Unicef, pues se trata de enfermedades para las
que existen tratamientos: neumonía, diarrea, sarampión o la
malaria. Por ello, hace un llamamiento para que la voluntad
de políticos y sociedad civil se unan para poder cumplir con
el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir en dos
tercios la mortalidad infantil para 2015. Muchos son los
países que están en vías de lograr este Objetivo, pero hay
regiones, como el sur de Asia, Oriente Medio y
gran parte de África, que aún están lejos de
conseguirlo.
El acceso a la salud, a la alimentación y a la educación son
las vías para acabar con la mortalidad infantil. Hay
ejemplos que así lo ponen de manifiesto. El programa
PROGRESA de México ha conseguido comprometer a
las familias más pobres del país, a través de recompensas
financieras, a llevar a sus niños regularmente a
ambulatorios que apoyen servicios esenciales de salud y
nutrición y mantenerlos escolarizados.
En Mozambique, "Cuidados en grupo", forma a educadores
comunitarios que ofrecen educación sanitaria entre iguales
sobre prácticas baratas como el uso de mosquiteras
impregnadas de insecticidas, usar terapias de rehidratación
o fomentar el período de lactancia. Gracias a este proyecto,
la mortalidad infantil ha descendido un 66%.
Desde 2001, Sudáfrica y Lesotho llevan a cabo
un programa que está permitiendo controlar el sida entre las
madres y los niños. Las mujeres embarazadas confían en otras
madres que adoptan un papel mentor en la transmisión del
VIH, combatiendo su estigma y ayudando a las madres con
la enfermedad.
India,
Benin, Bangladesh, Sudán, Etiopía…
también están realizando esfuerzos con programas de bajo
coste que ayudan a mejorar la calidad de vida de niños y
madres, y que ayudan a reducir las muertes durante la
infancia. "La integración a escala comunitaria de servicios
esenciales para las madres, los recién nacidos y los niños
de corta edad, y una serie de mejoras visibles en los
sistemas de salud, podrían salvar la vida a muchos de los
27.000 niños que mueren todos los días", explica la
directora ejecutiva de Unicef, Ann M. Veneman.
El 38% de la población mundial tiene menos de 18 años. Y los
más de 2.100 niños del mundo siguen siendo los más débiles y
menos protegidos frente a la pobreza y a la discriminación.
Aún, en la actualidad, uno de cada cuatro niños vive con
menos de un euro al día, tres millones de niños padecen
Sida, 20 millones son refugiados, 100 millones son
explotados, 150 millones sufren malnutrición y 120 millones
de niños no acuden al colegio.
Tenemos las claves y la experiencia para romper
definitivamente la tendencia negativa y demostrar que otro
mundo es posible, más justo y solidario, también para los
niños. Hace más de quince años de la I Cumbre mundial para
tratar los problemas de la infancia de la que salió la
Convención sobre los Derechos de los Niños. Entonces,
dirigentes de todos los países contrajeron el compromiso de
hacer de este un mejor planeta para los niños. Hoy es el
momento de hacerlo realidad.
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