La razón fue la incertidumbre en el
mercado azucarero, derivada de la
reciente aprobación en la Cámara de
Diputados del proyecto de Ley de
Desarrollo Sustentable de la Caña de
Azúcar, así como de la resolución
dictada por la Organización Mundial de
Comercio, respecto del impuesto
especial sobre productos y servicios
que se aplica en México a las bebidas
endulzadas con edulcorantes distintos
de la caña de azúcar.
Después de tres horas de negociación a
puerta cerrada, el SAE declaró
desierta la subasta de La Joya,
ubicado en Champotón, Campeche; Santa
Rosalía en Cárdenas, Tabasco, y San
Pedro y San Francisco en el Naranjal,
en Lerdo de Tejada, Veracruz.
Se informó que la decisión se adoptó a
pesar de que se presentaron 11
inversionistas que compraron las
bases. Sólo hubo una oferta para el
ingenio San Francisco El Naranjal, en
el estado de Veracruz.
Sin embargo, la oferta quedó por
debajo del precio de base y la mayor
parte de los inversionistas decidieron
no presentar ofertas por la
incertidumbre que hay en el mercado
por las razones señaladas.
El postor del ingenio San Francisco El
Naranjal, representado por la
Corporación Industrial Gargonz, tuvo
interés en elevar su oferta, al
considerar que representa ''un buen
negocio por las expectativas de
crecimiento que tiene el campo cañero
en la zona de influencia del ingenio y
por ser estratégico en el crecimiento
del grupo''.
Se informó que el SAE, así como su
agente financiero Santander, FEESA y
Sagarpa, tratarán de promover la venta
de las unidades económicas buscando
las mejores condiciones de
recuperación dentro del marco jurídico
de la institución. Los ingenios
continuarán operando bajo la
administración del Fondo de Empresas
Expropiadas del Sector Azucarero.
La historia
El rescate de los ingenios que fueron
privatizados durante los gobiernos de
Miguel de la Madrid y Carlos Salinas
ascendió a más de 639 mil millones de
pesos. En la administración de Ernesto
Zedillo se les inyectó por lo menos 3
mil 500 millones de pesos para evitar
su quiebra.
De acuerdo con el proceso que se
siguió, Financiera Nacional Azucarera
otorgó cartas de garantía a la banca
extranjera para respaldar créditos
para pignoración de inventarios y de
avío al campo cañero por 438 millones
de dólares.
Para apoyar la exportación de
excedentes en 1997 y el manejo de
inventarios de 600 mil toneladas de
azúcar en 1998 y 1999, el gobierno
federal otorgó recursos por un monto
global superior a los 600 millones de
pesos. En 1995 se reestructuró la
deuda de 46 ingenios por 6 mil 798
millones de Unidades de Inversión y
posteriormente en 1997 aplicó un
programa de prepagos con quitas de
hasta 22 por ciento en el monto de
interés.
Sin embargo, el SAE publicó en la
convocatoria que en la fecha de
recepción de ofertas de compra los
participantes deberían presentar el
importe de la garantía ''de seriedad
junto con la oferta de compra por cada
ingenio''. Por las cuatro unidades el
total era de sólo 160 millones de
pesos.
El contrabando azota el mercado
interno
La industria azucarera nacional está a
punto del colapso por los enormes
inventarios que tiene del endulzante y
que no ha podido colocar en el
extranjero, mientras el mercado
interno está siendo azotado por el
contrabando de más de 130 mil
toneladas de azúcar que llegaron
recientemente de Brasil, Argentina,
Uruguay y Colombia, así como por las
prácticas desleales de Estados Unidos.
Enrique Ramos Rodríguez, secretario
general del Sindicato de Trabajadores
de la Industria Azucarera, planteó tal
panorama al inaugurar la Conferencia
Latinoamericana de los Sectores
Productivos de la Agroindustria
Azucarera que se lleva a cabo en esta
ciudad.
Alertó en este foro que la producción
nacional es tan elevada y los canales
para colocar el producto en otras
naciones están tan cerrados, que el
país se está inundando de azúcar,
sobre todo porque entran ilegalmente
al país cantidades enormes que podrían
desquiciar el mercado interno.
A la par, dijo, el gobierno de Estados
Unidos no está cumpliendo con sus
compromisos en el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte y
contribuye al colapso mexicano, ya que
está introduciendo al mercado nacional
un promedio de 600 mil toneladas de
alta fructosa para elaborar refrescos
que a la par que daña la salud de los
mexicanos, impacta negativamente a los
productores nacionales que no pueden
colocar sus inventarios.
Pero no sólo eso, los productores
estadounidenses introducen en México
maíz amarillo transgénico para
producir alta fructosa en tres
plantas. La combinación de todos estos
factores están llevando a la industria
a una severa crisis, advirtió el
dirigente.
Antonio
Castellanos y Patricia Muñoz
La
Jornada
8 de
julio de 2005
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