Técnico en reparación de contenedores, secretario general del Sindicato de
Trabajadores de la Compañía Bananera Atlántica LTDA (SINTRACOBAL), Maikol
Hernández nos cuenta sobre el Sindicato, la relación con Chiquita Brands y sus
desafíos.
-¿Cuándo se constituyó el
Sindicato?
-En junio de 2002, después de haber tenido una representación por medio de un
Comité Permanente y una asociación solidarista por más de 15 años, los
trabajadores decidimos formar un sindicato.
-¿A quién organizó?
-A los trabajadores de Chiquita Brands del sector de Operaciones
Portuarias y Logística. La subsidiaria se llama: Compañía Bananera Atlántica
Limitada.
-¿Están presentes en otros
sectores?
-Incursionamos hace un año y medio en el sector de Carga y Descarga Portuaria.
Pero la Compañía cambió de estibadora, y entonces los trabajadores que quedaban
cesantes negociaron con los empresarios quienes, como condición para volver a
contratarlos, les
exigieron que renunciaran al
Sindicato.
Ese primer intento de expandir la afiliación hacia nuevos sectores de la
compañía no resultó exitoso. Pero ahora tenemos el proyecto de que el Sindicato
logre expandirse con nuevas afiliaciones en distintas cadenas de producción de
la compañía. Tenemos pensado ingresar a las plantaciones y al área de empaque de
la compañía.
-¿Cuántos afiliados tienen
en este momento?
-Tenemos 220 afiliados, que es casi el 99 por ciento de los trabajadores que se
desempeñan en la planta de Operaciones Portuarias situadas en Limón, a unos 160
km de San José.
-Están afiliados a la
Confederación de Trabajadores Rerum Novarum…
-Sí, desde el nacimiento del Sindicato, y su respaldo es muy importante
para nosotros.
-Aquí acuñaron una frase:
“En Costa Rica no se matan dirigentes, se matan sindicatos…”
-La actividad sindical es sumamente difícil en este país. El porcentaje más alto
de afiliaciones sindicales se concentra en el sector público.
En Costa Rica, afiliarse a un sindicato es quedarse sin trabajo. Como
dijiste anteriormente, aquí no matan a los dirigentes sindicales como en otras
realidades, pero políticamente destruyen las organizaciones, hostigan a los
sindicatos, se meten en asuntos internos y desprestigian a los dirigentes.
La subsistencia de un sindicato en el sector privado se debe, primero, a la
convicción de los dirigentes y la forma en la que se manejen. Si no hay una
buena gestión y un buen sostenimiento ese sindicato no perdurará.
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Realizamos varios talleres
y foros para socializar el Acuerdo Marco entre los trabajadores, y
hemos logrado involucrar al Departamento de Diálogo Social de la OIT
y al Ministerio de Trabajo, que están muy interesado en impulsar una
agenda de trabajo en Costa Rica para promover este Acuerdo. |
-Además está el fenómeno
del Solidarismo…
-Correcto, desde 1985, aproximadamente, se creó el Solidarismo como un
instrumento para eliminar los sindicatos. Como primer ataque tuvimos la
eliminación total de los sindicatos en el sector bananero.
Y luego los empresarios desarrollaron una campaña que ha logrado meterles en la
cabeza a los trabajadores de las bananeras que los responsables por el cierre de
varias plantas en la zona Sur fueron los sindicatos.
En realidad, los problemas que atravesaron las bananeras fueron causados por una
irresponsabilidad ambiental de la compañía, ya que sobreexplotaron el suelo a
tal punto que hasta el día de hoy encontramos los desperdicios en esas tierras.
Fue por causa de este suelo cuya fertilidad se perdió que los empresarios no
pudieron continuar con su producción en varias plantas del Sur, y decidieron
cerrar responsabilizando de ello a los sindicatos de los trabajadores.
-En vuestro proceso de
organización reciente, se apoyaron en el Acuerdo Marco suscrito entre Colsiba,
la UITA y Chiquita, ¿es así?
-Bueno, al principio, cuando se formo el sindicato en 2002 nosotros no
conocíamos ese Acuerdo Marco. Nos llevó cuatro años darnos cuenta de que el
Acuerdo existía, y de que en él
Chiquita se compromete a respetar la libertad sindical, entre otras cosas.
Con el Acuerdo Marco en mano, logramos firmar la primera Convención Colectiva en
2006 en la cual
Chiquita reconoce
el derecho de negociación colectiva y el Convenio 98 de la OIT.
Por otro lado, realizamos varios talleres y foros para socializar el Acuerdo
Marco entre los trabajadores, y hemos logrado involucrar al Departamento de
Diálogo Social de la OIT, que está muy interesado en impulsar una agenda de
trabajo en Costa Rica para promover este Acuerdo.
-¿Muchos temas
pendientes…?
-Muchos, sí. El de los trabajadores migrantes, de políticas de género. El tema
de la productividad, viéndola como un beneficio recíproco, pero desde la
perspectiva de una negociación y no como una imposición unilateral.
Otro desafío son los contratos temporales por cinco meses y medio. Eso nos
parece una barbaridad, porque los trabajadores no tienen ninguna estabilidad.
-¿Cómo evalúan la
afiliación a la UITA?
-Muy beneficiosa. Hay mucho por hacer y necesitamos aliados en el plano nacional
e internacional, y la UITA, su capacidad solidaria y experiencia, serán
fundamentales.
-En el equipo cuentan con
Gerardo Castillo…
-¡Sí, importantísimo su aporte!
-Creo que trabaja más
ahora que está jubilado, que antes…
-El hombre ha viajado en buses con goteras en el techo, mojándose, pasando calor
y comiendo poco (risas). Un obrero más…
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