Convocado
por el Sindicato de Trabajadores de las Bananeras de Izabal (SITRABI), la
Coordinadora Latinoamericana de Sindicatos Bananeros (COLSIBA) y la Rel-UITA,
con el apoyo de diferentes organizaciones nacionales e internacionales, el 11 de
agosto pasado se realizó en la capital guatemalteca el Foro “Responsabilidad
Social Empresarial y Derechos Laborales en el sector bananero de Guatemala”.
Para conocer los alcances de este evento, Sirel dialogó con Noé Ramírez,
secretario general del SITRABI.
-¿Por qué la
decisión de organizar este Foro?
-Se debe
principalmente a la necesidad de dialogar de manera tripartita sobre las
condiciones sociales, laborales y económicas que viven nuestros compañeros
trabajadores bananeros en el sur de Guatemala.
-¿Cuáles son
estas condiciones?
-Son condiciones
difíciles, porque no se está cumpliendo con el derecho de libertad sindical y
negociación colectiva. De esa manera se frustra la aspiración de miles de
trabajadores de mejorar sus condiciones económicas y sociales.
En las bananeras
de la costa sur de Guatemala no pagan siquiera el salario mínimo de ley,
ni se aplican aquellas garantías mínimas que establece nuestra legislación
laboral. Con el Foro pretendemos crear una mesa de diálogo tripartito e iniciar
a discutir y buscar soluciones a todos estos problemas
-Sin embargo,
fueron muy pocas las empresas presentes...
-Llegaron las
autoridades de gobierno, las organizaciones sindicales nacionales e
internacionales y la sociedad civil. Lamentablemente la presencia de las
empresas fue escasa, pero valoramos como muy positiva la decisión de
Chiquita Brands
de participar del Foro.
Esperamos que el
paso que dimos hoy, sea el inicio de un acercamiento con las demás empresas
nacionales e internacionales.
-Costa sur de
Guatemala: ¿De cuántos trabajadores bananeros estamos hablando?
-Es una zona
donde la producción de banano ha venido creciendo en los últimos años.
Se estima que entre 35 y 40 mil
trabajadores laboran por productores nacionales que venden a tres grandes
compañías internacionales: Dole, Chiquita y Del Monte.
Además, empresas
como Chiquita y Dole están vendiendo fincas en la costa norte del
país, donde los trabajadores están organizados, y se han convertido en
comercializadoras de banano, comprando la fruta en el sur y trasladándola al
mercado internacional.
-Tratar de
organizar a los trabajadores bananeros en el sur les ha acarreado algún tipo de
problema?
-Impulsar la
unidad, organización y defensa de los derechos laborales de los trabajadores
bananeros nos ha creado serios problemas de persecución, represión y muerte de
compañeros en la costa norte. Sin embargo, creemos que es importante hacer lo
mismo en el sur.
-¿Cuáles van a
ser los próximos pasos después del Foro?
-Vamos a sacar
una declaración final y nos vamos a reunir para analizar los resultados del
evento y las estrategias a seguir.
Sabemos que
contamos con el apoyo y el compromiso de organizaciones internacionales
importantes como la UITA, y no dudamos que ese respaldo será muy valioso
para lograr nuestros objetivos.