Colombia

 

SINTRAINAGRO:

Exitosa negociación del nuevo Convenio Colectivo

  

SINTRAINAGRO y el gremio patronal bananero congregado en AUGURA llegaron a un acuerdo sobre el Pliego de Peticiones sin conflicto alguno. La nueva Convención Colectiva de Trabajo estará en vigencia durante dos años.

 

La negociación de la anterior Convención Colectiva del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (SINTRAINAGRO) pasó por una huelga general y una dura confrontación político-sindical entre trabajadores y empleadores, dejando secuelas que, se preveía, podían afectar el futuro de la relación interinstitucional entre el Sindicato y el gremio bananero de Urabá.

 

Aquella experiencia contribuyó a que ambas partes evitaran ahora repetir la metodología que se aplicó entonces -e incluso en anteriores negociaciones-, por la cual los grupos negociadores superaban los 15 y a veces hasta los 20 integrantes, lo que muchas veces terminaba poniendo en primer plano las recriminaciones mutuas en detrimento del objetivo principal de la negociación.

 

El Ejecutivo Nacional de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Rel-UITA, siguieron el proceso como observadores, sin afectar la autonomía de SINTRAINAGRO, y podemos afirmar que la nueva metodología aplicada en esta negociación fue determinante para alcanzar el éxito.

Se consolida la única y auténtica negociación por rama agroindustrial que existe en Colombia, firmada por un gremio del mismo orden y con una sola organización sindical de industria como es SINTRAINAGRO

 

El Pliego de Peticiones fue previamente debatido por las Subdirectivas, la Junta Nacional y los Comité Obreros, y plenamente socializado con los trabajadores y trabajadoras, logrando su aval y aprobación en la Asamblea Nacional de Delegados.

 

Igual tratamiento se le dio a la elección de los negociadores, lo cual generó plena confianza en la base y un fuerte respaldo para la dirección sindical, evitándose así la confrontación o la dispersión por aspiraciones de carácter individual.

 

El proceso técnico de negociación fue previamente acordado con los empleadores. Su aplicación comenzó con una selección de “paquetes” de temas específicos sobre los cuales instalar un diálogo entre pequeños equipos o Comisiones conformadas por representantes de ambas partes especializados en esos ítems, y con una asistencia jurídica permanente.

 

Este sistema sustituyó las anteriores reuniones, a menudo multitudinarias y desordenadas, por equipos temáticos de trabajo cuyos resultados eran posteriormente evaluados por las comisiones negociadoras que, de manera bipartita o por separado, aprobaban o sugerían modificaciones a los acuerdos propuestos.

 

Como en general las modificaciones solicitadas fueron mínimas, el tiempo de negociación resultó excelentemente aprovechado, máxime cuando las Comisiones decidieron disponer de las 24 horas del día si se requerían para no detener avances con perspectivas de acuerdo.

 

De todas formas, en esta negociación no estuvo ausente la confrontación de criterios y posiciones, por ejemplo en lo atinente a la Seguridad Social, diferencias que requirieron la presencia del Viceministro de la Protección para que, ante las partes, el gobierno asumiera la responsabilidad de corregir fallas del sistema y mejorarlo.

 

La negociación sobre nuevas tareas o modificaciones a las ya definidas fue otro punto difícil, así como la pretensión de los empresarios de ampliar la vigencia de la Convención de dos a cuatro años, reclamo que no fue atendido por los trabajadores.

 

Con el incremento salarial del 5,5 por ciento, una prima por firma de Convención, el fuerte incremento del aporte para los fondos de vivienda y disminución de intereses, el reforzamiento de las garantías para la estabilidad y el derecho al trabajo sindical de los Comité Obreros y otro importante número de conquistas, se dio por concluida la negociación, que cubre a 291 fincas bananeras y 18 mil trabajadores y trabajadoras.

 

Se consolida de esta forma la única y auténtica negociación por rama agroindustrial que existe en Colombia, firmada por un gremio del mismo orden y con una sola organización sindical de industria como es SINTRAINAGRO.

  

Las cosas que hay que escuchar

y las cosas que se deben decir

 

La madurez que ha permitido alcanzar la consolidación de este proceso, con todo respeto, debo decirlo, nada tiene que ver con los conceptos incluidos en una carta que el pasado 5 de abril el señor Alberto Echeverría, de la ANDI, le enviara a un empresario bananero, felicitándolo y atribuyendo el éxito de la negociación a la influencia del programa “Escuela de Concertación en Colombia”, y por el cual se felicitaron mutuamente en otro intercambio con el señor Carlos Guarnizo.

El éxito se ha construido a través de la historia de SINTRAINAGRO, con sangre, movilización, unidad, huelgas e inteligencia desde la posición de clase de los trabajadores bananeros y, por qué no decirlo, por la reflexión que se abrió paso entre los empresarios, lo que permitió una negociación justa y equitativa para las partes

 

Es mucha malicia hacer creer que unos desayunos de trabajo improductivos y el despilfarro de importantes recursos pudieron ocultar la historia de lucha de SINTRAINAGRO, atravesada infelizmente por una cinta negra que simboliza el asesinato de más de 400 trabajadores y dirigentes sindicales bananeros entre muertos y desaparecidos.

 

No es aceptable que de forma artera, la ANDI, con el apoyo de algún que otro cortesano, pretenda ahora adjudicarse el mérito del proceso exitoso de la negociación en el sector bananero, siendo que en el ámbito de ese gremio empresarial campean la política antisindical, la destrucción de Convenciones y la política neoliberal que, de la mano con el gobierno, hace estragos en la OIT contra los intereses de los trabajadores y las trabajadoras colombianas.

 

Que diga, si no, el señor Echeverría qué otros ejemplos puede mostrar como frutos de sus desayunos y almuerzos de trabajo, para hablar hipócritamente de responsabilidad social empresarial.

 

El éxito se ha construido a través de la historia de SINTRAINAGRO, con sangre, movilización, unidad, huelgas e inteligencia desde la posición de clase de los trabajadores bananeros y, por qué no decirlo, por la reflexión que se abrió paso entre los empresarios, lo que permitió una negociación justa y equitativa para las partes.

 

La CUT, a través de su Comité Ejecutivo, fue unánime en el apoyo al proceso de negociación que acabamos de acompañar, así como, desde el plano internacional, la UITA estuvo en observancia para reaccionar si las circunstancias así lo hubieran nuevamente reclamado.

 

 

En Bogotá, Luís Alejandro Pedraza

Rel-UITA

12 de mayo de 2011

 

 

 

 

 

 

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