Los jugos envasados que se
comercializan en México deberán ajustarse a la nueva Norma Oficial
Mexicana. Este ordenamiento establece los requerimientos para que una
bebida pueda ostentarse como “de fruta” y prohíbe la adición de azúcares
y acidulantes.
La norma 173 para “jugos de frutas
preenvasados”
fue finalmente publicada en el Diario Oficial de la Federación el
pasado viernes 28 de agosto y entrará en vigor 60 días después de esa
fecha.
Esta norma llega con un retraso de 15
años, luego de que su versión anterior fue boicoteada por la industria
procesadora de bebidas. Además aparece rasurada, ya que en su versión
previa incluía a los néctares (la bebida de fruta de mayor venta) y
ahora sólo regulará los jugos.
Se espera que
con la entrada en vigor de la nueva norma
las bebidas que lleguen a publicitarse como “100% jugo” cumplan con el
contenido mínimo de sólidos disueltos correspondientes a la fruta
especificada
(grados Brix).
Además, quedará prohibida la adición
de azúcares y acidulantes, al considerarse esta práctica como una
adulteración de la composición del producto, según lo establece la
reglamentación internacional de la FAO (Codex Alimentarius).
En cuanto a información comercial, la
bebida deberá especificar si se trata de un jugo de fruta o de un jugo
de fruta concentrado, con lo cual las bebidas que contienen saborizantes
artificiales no podrán presentarse como jugos, para evitar confusión
entre los consumidores.
El cumplimiento de este ordenamiento
deberá ser supervisado por la Secretaría de Economía y la Procuraduría
Federal del Consumidor.
Hace unas semanas, El Poder del
Consumidor advirtió que la ausencia de normatividad sobre este tipo de
bebidas permitía la venta de productos adulterados que con tales
características no podrían ser vendidos como jugos en otros países,
además de que se estaba tolerando el engaño al consumidor sobre los
tipos y cantidades de azúcares añadidos, y otros aditivos. En realidad,
estas bebidas deberían entrar en la categoría de “dulces líquidos”, por
su alto contenido de azúcares.
En principio, la publicación de esta
norma da elementos a los consumidores para exigir mejores productos.
Tomado de El poder del
consumidor
9
de septiembre de 2009
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