El
pingüe y turbio negocio del agua embotellada |
El
mercado del agua embotellada crece exponencialmente año tras
año. La expansión del negocio exige a las grandes
corporaciones del sector tener cada vez mayor acceso al
líquido, es decir impulsar la privatización de cursos de
agua y acuíferos. Contaminación y manipulaciones
no faltan a la cita.
De acuerdo a datos divulgados en julio, fue sobre todo
gracias al nivel de ventas de su marca de agua embotellada
Dasani que la compañía Coca Cola aumentó
fuertemente sus beneficios este año. En el segundo trimestre
de 2006, consigna la revista económica Expansión, la
trasnacional registró ganancias por 1.840 millones de
dólares, 6,6 por ciento más que en el mismo período del año
anterior, esencialmente gracias a la penetración lograda por
la línea Dasani, una de las más de 300 marcas que utiliza
Coca Cola en el mundo.
La multinacional basada en Atlanta, Estados Unidos, compite
en este mercado con otras grandes corporaciones del sector
de la alimentación y la bebida, como las europeas Nestlé
y Danone. Actualmente, según datos contenidos en un informe
de la asociación Redes-Amigos de la Tierra, el mercado del
agua embotellada mueve en el mundo unos 22 mil millones de
dólares al año. Sólo entre 2000 y 2002 los ingresos
generados por la comercialización de estas bebidas treparon
de 84 mil a 126 mil millones de litros anuales.
Muy a menudo los productos que se presentan como “aguas
minerales” no son tales. Tony Clarke, un investigador
canadiense citado por el informe de Redes y que analizó este
mercado junto a su colega Maude Barlow, señala que una
cuarta parte del agua embotellada que se vende hoy en el
planeta es tomada directamente de los grifos y luego
procesada, una manipulación que por lo general las empresas
no reconocen.
Las fábricas de refrescos en general toman agua del mismo
sistema al que accede el público, sea municipal u otro, y en
muchos casos le agregan un O paquete¹ de minerales y al
resultado le llaman O agua mineral¹. Con esto aumentan el
precio del agua de cañería unas 1.100 veces y la venden
embotellada. A ese sistema se lo ha definido como O el agua
para los ricos¹ y en muchos países ha quedado al
descubierto.
En marzo de 2004, la Inspección de Agua Potable, organismo
público que regula la distribución del agua en el Reino
Unido, descubrió que para elaborar su línea Dasani la
compañía Coca Cola no sólo extraía agua del londinense río
Támesis, sino que en el proceso de tratamiento se generaban
niveles tales de bromato que el producto podía resultar
cancerígeno consumido en grandes cantidades.
El diario “The Guardian” resumió el sistema de elaboración
del agua Dasani en Londres: Sería algo así: tome agua del
río Támesis de la canilla; sométala a un proceso de
depuración, denomínela Opura¹ (...), agregue un poco de
cloruro de calcio que contenga bromuro para darle el Osabor¹;
luego bombee ozono, oxidando el bromuro, lo cual no es
problema, convirtiéndolo en bromato, que sí lo es. Por
último, envíe botellas de agua a los comercios que contengan
hasta el doble del límite legal de bromato.
Coca
Cola
se vio obligada a retirar del mercado británico unas 500 mil
botellas de Dasani, aunque presentó esa medida como una
decisión “voluntaria”.
Hoy esta línea de aguas “saborizadas” y “energizantes” se
vende en Estados Unidos, donde fue lanzada en 1999, en
Canadá, y en varios países europeos.
En América Latina está presente en Brasil, Chile, Colombia,
Argentina y Uruguay. Interrogada este mes acerca de si en
Uruguay podía suceder un “accidente” similar al ocurrido en
Gran Bretaña dos años atrás, una encargada de marketing de
Coca Cola lo descartó de plano. Estamos sometidos a
las verificaciones de las autoridades y laboratorios del
Estado, señaló. En declaraciones al semanario uruguayo
Brecha publicadas el 11 de agosto, Gilberto Ríos,
subdirector de la Dirección General de Salud del Ministerio
de Salud Pública, admitió que si bien los análisis llevados
a cabo hasta ahora no detectaron irregularidades en los
productos comercializados bajo la marca Dasani, se necesita
tener mucha más gente y una mayor capacidad de laboratorio
para realizar controles adecuados.
La ejecutiva aseguró por otra parte que advertencias lanzadas
por asociaciones respecto al consumo de productos Dasani que
circulan por Internet no son más que expresiones de esas
cosas poco serias que se encuentran lamentablemente en la
red informática. Lo cierto es que productos de la Coca
Cola, y de sus competidoras, han tenido muy severos
problemas de contaminación de sus productos.
Los han tenido en México, en Colombia, en Polonia, en India,
en Francia, en Bélgica, en Panamá, y les han valido diversas
sanciones. Por esos motivos, y por otros (atropellos
sindicales, diversas violaciones a los derechos humanos)
Coca Cola está entre las transnacionales más boicoteadas
del planeta. Este mismo mes, en India, tanto Coca
Cola como Pepsi fueron retiradas del mercado por
haberse detectado en su composición una proporción de
pesticidas 200 veces superior a la autorizada en ese país.
De acuerdo al Centro para la Ciencia y el Medio Ambiente de
India, que realizó decenas de muestras, 11 marcas de
refrescos de ambas empresas presentaban ingredientes
altamente tóxicos particularmente nocivos para los humanos
(pueden llegar a generar cáncer, afectar el sistema nervioso
central y complicaciones en el embarazo) ingeridas en
períodos prolongados. Por otra parte, las transnacionales
del sector bebidas, y muy en particular Coca Cola,
han sido repetidas veces acusadas de intentar adueñarse de
los recursos hídricos de varios países del Sur.
Organizaciones sociales mexicanas citadas por el informe de
Redes aseguran que en el estado de Chiapas, principal zona
de recarga de agua en el territorio nacional, empresas
privadas como Coca Cola buscan controlar las fuentes
del líquido y expanden su presencia con pretextos como la
construcción de escuelas para llegar a comunidades donde
adquieren los predios con cuerpos de agua.
Algo similar sucede en India, donde la firma ha enfrentado la
oposición de movimientos sociales que la acusan de secar los
pozos de agua y contaminar sus recursos naturales. Las
empresas del sector participan de campañas en favor de la
privatización de las fuentes de agua. Hoy se estima que
alrededor del 50 por ciento del agua disponible en el
planeta está en manos privadas.
En Montevideo,
Daniel Gatti
©
Rel-UITA
16 de agosto de 2006 |
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