En los últimos dias se difundió la noticia sobre el interés
de SABMiller y Heineken en el sector
cervecero de FEMSA.
FEMSA,
compañía
de bebidas líder en América Latina y segunda
embotelladora mundial de Coca Cola, cuenta además con un
portafolio de 35 marcas de cerveza que se elaboran en 14 plantas en
México y Brasil.
La Cervecería Cuauhtemoc Moctezuma, del Grupo FEMSA -con
más de 110 años de existencia- es la segunda productora de cerveza en
México detrás del Grupo Modelo (fabricante de Corona),
fundado en 1925, que es líder en la elaboración, distribución y
venta de cerveza en ese país.
En 2006 FEMSA compró la brasileña Kaiser. Sol, su
producto insignia en Brasil, nunca superó el 1 por ciento de las
ventas del sector. En agosto pasado, las tres principales marcas de
cerveza de FEMSA
en Brasil: Kaiser, Sol y Bavária,
registraron la menor participación del mercado desde que la empresa
desembarcó en Brasil. Entre enero y agosto de este año su
participación descendió de 8,2 por ciento al 6,9 por ciento, contra el
12,1 por ciento que ostentaba Schincariol y el 69.2 por ciento
de AmBev.
SABMiller,
la segunda transnacional productora de cerveza del planeta, es una de
las interesadas en el sector cervecero de FEMSA. Según operadores
de Wall Street, la adquisición está evaluada en 9.000 millones de
dólares. Ello le permitiría a SABMiller competir en México
con InBev que ya controla 50 por ciento del Grupo Modelo.
Cada vez que incrementan su porción del mercado mundial, las
transnacionales se vuelven más arrogantes y antisindicales,
comportamientos en los cuales la
SABMiller
se destaca ampliamente. |
La otra transnacional en disputa es la holandesa Heineken, que
distribuye Tecate y Dos Equis -marcas del Grupo FEMSA-
en los Estados Unidos (contrato hasta 2017) y junto a FEMSA
son los accionistas de Kaiser: FEMSA 83 por ciento y
Heineken el 17 restante.
Oligopolios cerveceros
Mucha espuma, soberbia
y poco empleo
Un reducido grupo de
transnacionales controla la producción de cerveza a nivel mundial.
InBev,
SABMiller,
Heineken
y Carlsberg
producen y venden seis de
cada diez cervezas en el mundo.
Desde 2000 hasta
enero de 2008, cuando
Carlsberg
y
Heineken
compraron Scottish & Newcastle,
las
adquisiciones de las gigantes cerveceras ascendieron a 52.702
millones de dólares. ¿Mucho dinero? Muchísimo, con esa suma se
podrían adquirir instalaciones de agua potable y saneamiento a bajo
costo para 1.170 millones de personas, entre otras cosas.
A cada compra y
luego de cada fusión se cuentan por miles los trabajadores que pierden
sus empleos. Del mismo modo, cada vez que incrementan su porción del
mercado mundial, las transnacionales se vuelven más arrogantes y
antisindicales, comportamientos en los cuales la
SABMiller se destaca
ampliamente.
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