Este reportaje
relata el drama de una empleada lesionada por el ritmo de trabajo. El caso de
una empleada de una compañía del sector avícola que, durante el período laboral,
fue premiada por su desempeño, y que luego de enfermar enfrentó la desidia de la
empresa.
Las largas y extenuantes jornadas de trabajo repetitivo llevaron a
la trabajadora a una serie de enfermedades y finalmente a la
invalidez permanente. Este es uno de los innúmerables casos que
ocurren con trabajadores que desarrollan actividades que exigen
esfuerzo repetitivo y que terminan sin obtener ningún reconocimiento
y ayuda por parte de la empresa donde supieron brillar cuando
gozaban de plena salud.
En la búsqueda de evitar casos como el de doña Vilma, que aún no
obtuvo el subsidio por invalidez permanente, está en estudio la
Norma Reguladora (NR) para el sector frigorífico. La NR de los
frigoríficos garantizará condiciones de salud y trabajo en sector de
la alimentación. La Norma viene siendo discutida por la Comisión
Técnica Paritaria Permanente (CTPP) y deberá establecer la reducción
del ritmo de trabajo, del tiempo de exposición de los trabajadores y
especificaciones para la ergonomía de los lugares de trabajo.
(Dr. Roberto Ruiz) |
Ojos rápidos
y mano adiestrada
Componentes imprescindibles
para una campeona de sexaje. Pero
Doña Vilma es
más: es bicampeona en el arte de separar pollitos machos y hembras para la
industria avícola. "Es necesario mirar el ala. Son diferentes las dos camaditas.
En la hembra, la de abajo es más grande y la de arriba es más chica. En el macho
ambas son iguales”.
-Entonces, afirmo, es más
fácil separar a los machos.
-“No -responde ella,
sonriendo- porque hay machitos diferenciados, que tienen la alita de arriba mas
grande y la de abajo más pequeña".
Tranquila,
Vilma Fátima Favero,
“en espera” a los 42 años, trabajaba en
Seara
de
Sidrolândia, en
el interior de Mato Grosso do Sul, como "ayudante agropecuaria".
"Se separan los pollitos, se
pone una caja, se vacuna, se forma el lote y carga al camión” Cada trabajador
coloca miles de pollitos por hora en las cajas. Cada caja tiene cien aves.
“Había gente que no
aguantaba y se desmayaba, pues muchas veces se pasaba toda la noche. Se empezaba
a las dos de la tarde y se terminaba alrededor de la media noche.
Muchas veces pasaba el
horario, pues eran 130 mil pollitos y apenas cuatro personas para sexar.
Si alguien
faltaba era peor, el trabajo se acumulaba para ser dividido entre quien se
encontraba. El ritmo aumentaba aún más, insoportable”
Le rendían culto como "modelo"
Ella nos muestra fotos de cuando le rendían culto como "modelo" e "incentivo" a
ser seguido por los demás trabajadores del frigorífico
Seara
(en ese entonces propiedad de
Cargill,
actualmente
Marfrig).
La gerencia y sus capataces aplaudían semejante rapidez y eficiencia en el
sexaje. Además del bicampeonato brasileño,
Vilma Favero
tambien fue vicecampeona, concursando con otros 52 incubadoras de
Sadia,
Perdigão,
Avipal
y de la propia
Seara.
Había gente que no aguantaba y se desmayaba, pues muchas
veces se pasaba toda la noche. Se empezaba a las dos de la tarde y se
terminaba alrededor de la media noche. Muchas veces pasaba el horario,
pues eran 130 mil pollitos y apenas cuatro personas para sexar. |
Muestra más fotos: ella misma separando los pollitos, en la cena ofrecida por la
empresa Merial, proveedora de las vacunas y los premios. El microondas
conquistado, los demás compañeros de equipo sonriendo. “Nos realizaron un
reportaje que salió en la radio. Dieron un fiestón. Éramos ejemplo”
No pasó mucho
tiempo y el dolor llegó, inclemente. Luego vinieron las medicinas, los laudos,
la incapacidad crónica, permanente. Y la negativa de la empresa, que no
reconocía que ella trabajaba en aquella sección y por consiguiente, la
suspensión del convenio médico con Unimed.*
Las fotografías se
convirtieron en pruebas materiales contra la empresa. Pregunto por el precio de
la pila de remedios. “A veces hay en el puesto de salud de la Municipalidad.
Cuando tengo que comprar, pasa los 200 reales (125 dólares) y hay remedios que
ellos no te dan. Mi dinero desaparece”.
Hoy el dolor es insoportable
en los dos hombros, comprometiendo todo el brazo. La tendinitis y las cinco
hernias de disco completan el cuadro dantesco. "No trabajé un día para
Seara,
fueron 14 años, un mes y diez días. Hace cuatro años que estoy retirada. Ni
siquiera el dueño abandona al perro como ellos me abandonaron”, se desahoga con
los ojos vidriosos.
En una de sus manos muestra
la foto, joven, premiada; en la otra la radiografía de la columna hecha añicos.
"Bloquearon mi seguro médico y dicen
que estoy debiendo ocho mil reales (5.030 dólares aproximadamente) a la Unimed",
informó.
Relaciones peligrosas
Al principio del problema el
médico del INSS, a quien Doña Vilma
y un sinnúmero de trabajadores acusaban de mantener un vínculo funcional con
Seara,
rechazó el retiro y le dio el alta. Aún con los exámenes en mano, que apuntaban
a la tendinitis en ambos brazos y la columna con cinco hernias de disco.
“Especie 31”, dice.
La Previsión Social tiene
dos códigos para las enfermedades profesionales: el 91, que garantiza
estabilidad, obligando a la empresa a acogerse al Fondo de Garantía por tiempo
de Servicio (FGTS) al ser reconocida como enfermedad ocupacional; y el 31, que
puede ser cualquier enfermedad, como una piedra en la vesícula, no vinculando la
misma con la actividad profesional desempeñada.
La casi totalidad de los casos de
Seara en
Sidrolândia
son 31. "Para
Seara,
los trabajadores son piezas de reposición. No le importa la calidad de vida de
las personas, están siempre chupando la sangre de la gente. Así que antes de
emitir el Comunicado de Accidente de Trabajo (CAT), que podría garantizar la
estabilidad, ellos despiden”, denuncia la abogada
Valdira
Ricardo Galo Zeni.
Siguiendo desde hace diez
años las prácticas de la empresa en la ciudad,
Valdira
alerta que, el gran problema
de las enfermedades ocupacionales es que no son visibles: "ellos
descomponen, desechan y colocan a otro en el lugar. Las mujeres por ejemplo,
terminan perdiendo el movimiento de los miembros superiores, ni siquiera pueden
tomar a sus hijos en brazos o realizar cualquier tarea doméstica, por simple que
esta sea".
Doña
Vilma
recuerda que en su caso hubo un claro desvío de función, pues aunque trabajaba
en el “sexaje” era contratada como “lecturista”**. De ese modo la empresa
se desentiende del trabajador, al tiempo que alega no tener responsabilidad en
el torrente de enfermedades que provocó en un ambiente de trabajo tan hostil.
Para completar, la señora, de 42 años, ya tuvo dos operaciones en la pierna. “Es
que está quedando más corta por el problema en la columna”,
nos cuenta.
Tomografía
estampa el caos
Con fecha 20 de abril de
2009, su tomografía computarizada espiral apunta, entre otras heridas, "espondiloartrosis
lumbar" (proceso degenerativo que afecta las articulaciones y que causa dolor
intenso), y "protuberancia discal posterior central L3-L4, L4-L5 e L5-S1,
causando compresión del saco dural” (membrana que envuelve la médula como si
fuese un guante), a lo que se suma además una "discreta escoliosis".
Hoy el dolor es insoportable en los dos hombros, comprometiendo
todo el brazo. La tendinitis y las cinco hernias de disco completan el cuadro
dantesco. "No trabajé un día para Seara. No fue un día, fueron 14 años, un mes y
diez días. |
Fue un proceso largo y
penoso de abandono y de una completa falta de asistencia. En 2002 la trabajadora
recuerda que se necrosó un dedo. "No tenía fuerza y la doctora de la empresa me
dio 15 días. Por su parte la doctora del puesto de salud, había pedido seis
meses debido a las complicaciones, pero la empresa dijo que no podía prescindir
de mí en la formación del lote
Resultado:
el dolor comenzó a apretar, principalmente en
el hombro. Ya no tenía fuerzas para empujar las cajas hacia la cinta. Todo se
fue muriendo. Al mismo tiempo, fue creciendo el miedo a ser despedida, una
presión tremenda. Faltaba gente y después de sexar tenía que ir a lotear
".
El contacto con los
trabajadores de la sección en que
Vilma trabajaba
con formol, producto químico utilizado para la desinfección, también fue
escondido por Seara,
pues acarrearía un adicional de insalubridad. "Escondían todo y siempre que
venía una inspección encontraban la manera de no tener a nadie trabajando.
Mintieron a la perita, a mí y al abogado.
Seara
siempre inventaba alguna
cosa el día de la inspección. A cada uno de nosotros decía algo diferente, para
no ser inspeccionada en aquel momento.”
Su esposo, que también fue trabajador de
Seara, falleció hace dos años y medio sin
que la empresa siquiera avisara a los compañeros. "El trabajaba en la carga de
huevos, levantando un peso enorme, se le abrió el intestino.
Tuvo
hemorragia interna.
Antes de morir, había
pedido la liquidación a
Seara,
pues cuando cargaba peso, sangraba. El uniforme era blanco y le daba mucha
vergüenza.
Salió y no consiguió nada. Nunca se recuperó. Murió sin asistencia”.
Sindicato
movilizado
Según
Sérgio Bolzan,
presidente del Sindicato de los
Trabajadores de la Alimentación de Sidrolândia,
la vergonzosa práctica de aquellos "campeonatos", se remonta a un tiempo en que
todavía no existía entidad sindical en la ciudad.
"Actualmente estamos alerta,
investigando una a una las denuncias que, infelizmente, se multiplican frente la
intensidad del ritmo de trabajo, de las largas y extenuantes jornadas, de la
falta de fiscalización más ágil y rigurosa por parte del Ministerio de Trabajo.
Vale recordar que Marfrig
compró a Seara -
Cargill
con recursos públicos del
BNDES, y que
debería haberse comprometido con contrapartidas sociales como la de invertir en
salud y seguridad en el trabajo. Infelizmente, tenemos actualmente un batallón
de trabajadores mutilados, que están retirados, mantenidos por la Predivisión
Social, mientras la empresa se desentiende, no asumiendo sus responsabilidades”,
denuncia Bolzan,
que también es dirigente de la
Confederación Nacional de los Trabajadores en las Industrias de la Alimentación
(CONTAC).
Según
Bolzan,
Seara ya perdió un juicio en el Tribunal Superior de Trabajo en relación a la
necesidad de establecer pausas de 20 minutos a cada una hora y cuarenta
trabajada. La medida busca garantizar la recuperación muscular de los
trabajadores, poniendo fin a la verdadera epidemia de enfermedades que ha
provocado.
"Después de
perder en el TST, la empresa prefirió recurrir al Supremo Tribunal Federal
(STF), en vez de aplicar el artículo 253 de la Consolidación de las Leyes del
Trabajo”, denuncia el presidente del Sindicato.
Norma reguladora
En la evaluación del presidente de la CONTAC,
Siderlei de
Oliveira,
la aprobación de la Norma Reguladora (NR) de los Frigoríficos, que viene siendo
discutida por la Comisión Técnica Paritaria Permanente (CTPP) garantizará
mejores condiciones de salud y trabajo en el Sector de la Alimentación,
contemplando tres aspectos fundamentales:
la reducción del
ritmo de trabajo, la reducción del tiempo de exposición de los trabajadores y
cambios ergométricos en los lugares de trabajo.
El juicio promovido por
Doña Vilma
contra Seara
está actualmente en proceso judicial en Campo Grande, capital del Estado. Antes
de salir de su casa, en un barrio popular de Sidrolândia, le hago un último
cuestionamiento. Pregunto qué es lo que ella más desea.
“Justicia, -responde- para que nunca alguien pase por lo que yo estoy pasando”.
Según
Doña Vilma,
el reconocimiento de la injusticia con el pago de la indemnización y la tan
merecida jubilación, será un premio consuelo.
Para el Sindicato
y la CONTAC, representará un paso más en el camino contra el flagelo en las
industrias avícolas y rumbo a la aprobación de la NR de los Frigoríficos.
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