Seleccionado para el Festival "É Tudo Verdade", el documental une imágenes
impactantes a testimonios que caracterizan la dura cotidianeidad del trabajo en
los frigoríficos brasileños de aves, bovinos y suínos.
Quien trabaja en un frigorífico diariamente asume una serie de riesgos que la
mayoría de las personas ni siquiera imagina. Exposición constante a cuchillas,
sierras y otros instrumentos cortantes; movimientos repetitivos intensos que
generan graves lesiones y enfermedades;
presión psicológica para asumir el alucinado ritmo de producción; jornadas
exhaustivas, inclusive los sábados; ambiente asfixiante y, obviamente, frío,
mucho frío.
Esta es la dura
cotidianeidad del trabajo en los frigoríficos brasileños, que el documental "Carne
Osso" (trailer)
pone en el tapete.
A lo largo de dos años, el equipo de la ONG
Repórter Brasil
recorrió diversos puntos en las regiones Sur y Centro - Oeste en busca de
testimonios que pudieran ilustrar estos problemas.
El filme converge imágenes impactantes y testimonios que caracterizan una triste
realidad que debe ser encarada con la debida seriedad por la iniciativa privada,
por la sociedad civil y por el poder público.
Seleccionado para el Festival
“É
Tudo Verdade", "Carne
Osso"compite en la categoría
brasileña de largo y medio metrajes.
Daños
físicos y psicológicos
"Alrededor de 80 por
ciento del público atendido aquí en la región es de frigoríficos. Aún es un poco
difícil porque el círculo vicioso ya fue creado. El trabajador se enferma y se
dirige al INSS de donde no logra salir para volver al trabajo y las empresas
contratan a otras personas. Entonces ya se creó un círculo que para deshacerlo
no es rápido ni fácil".
(Juliana Varandas, terapeuta ocupacional del Instituto Nacional de Seguro Social
(INSS) de Chapecó -SC).
Las
estadísticas impresionan.
Según el Ministerio de Previsión Social, un trabajador
de un frigorífico de bovinos, tiene tres veces más posibilidades de sufrir un
traumatismo de cabeza o de abdomen que en cualquier otro segmento económico.
Ya el riesgo
de que una persona que se desempeña en la línea de deshuese de pollo, desarrolle
una tendinitis, por ejemplo, es 743 por ciento superior al de cualquier otro
trabajador.
Y los problemas no son apenas físicos. El índice de
depresión entre los trabajadores de frigoríficos de aves es tres veces más alto
que el promedio de toda la población económicamente activa de Brasil.
Ritmo frenético
"Empezamos deshuesando tres muslos y medio. Después, en los 11
años que trabajé allá, cada vez exigían más. Cuando salí, ya deshuesaba siete
muslos por minuto”.(Valdirene Gonçalves da Silva, ex trabajadora de frigorífico).
En algunos frigoríficos de aves, alcanzan a pasar por la “noria” más de 3 mil
pollos.
Hay trabajadores que para deshuesar
una pieza de muslo, realizan con una cuchilla 18 movimientos en apenas 15
segundos. Esto representa una carga de esfuerzo tres veces superior al límite
estipulado por especialistas en salud laboral.
Reclamos curiosos "No
tienes libertad para ir al baño. No puedes ir sin pedir permiso a tu supervisor,
a tu encargado. Eso es cruel allí adentro. Tanto que hay gente que se vuelve
loca".
(Adelar Putton, ex trabajador de frigorífico)
Muchos trabajadores se quejan también de restricciones de menor importancia. Por
ejemplo: el trabajador solo puede ir al baño con permiso del supervisor y por
poco tiempo. También son prohibidas las conversaciones entre los trabajadores,
pues se consideran que disminuyen el ritmo de trabajo.
Problemas con la Justicia
"El trabajo es el lugar donde el empleado va a encontrar vida, no es el ambiente
para encontrar la muerte, enfermedades y mutilaciones. Y esto en Brasil,
infelizmente, continúa siendo una cuestión seria”.(Sebastião
Geraldo de Oliveira, juez del Tribunal Regional del Trabajo de la 3ª Región)
En las regiones donde están instaladas las industrias frigoríficas, buena parte
de los juicios que están en proceso en la Justicia del Trabajo, refieren a estas
empresas. En ciudades como Chapecó, en el oeste de Santa Catarina, las acciones
promovidas por trabajadores contra esas compañías responden a más de la mitad de
los juicios.
Fuerza económica
"Ese es un problema de interés del conjunto de la sociedad, no es solo de un
sector. El
Estado tiene que posicionarse. No se pueden llevar adelante de manera tan
impune, acciones que provocan enfermedad e incapacidad a tantos trabajadores”.
(Maria das Graças Hoefel,
médica e investigadora)
Brasil es el mayor exportador de proteína animal del mundo.
El denominado “Complejo Carnes” ocupa el tercer lugar en el podio del
agronegocio nacional, detrás de la soja y del azúcar/etanol.
En 2010, las
ventas externas superaron los 13 mil millones de reales. En total, el sector
emplea directamente 750 mil personas.
Vale recordar que muchos de esos frigoríficos se transformaron en gigantes del
mercado mundial con dinero del gobierno, vía Banco Nacional de Desarrollo
Económico y Social (BNDES) –el principal banco de fomento de la economía
brasileña.
Mejorar es posible
"Hay que concientizar a esas empresas a reproyectar esas tareas. Introducir
pausas, para que exista una recomposición de los tejidos de los miembros
superiores, de la columna. En algunas habrá que disminuir el ritmo de
producción. Hoy estamos llegando solamente al diagnóstico del sector. Pero hay
empresas que aún son reacias a ese diagnóstico.
(Paulo
Cervo, auditor fiscal del Ministerio del Trabajo y Empleo)
No es difícil disminuir la incidencia de problemas en el ambiente de trabajo de
un frigorífico. Reducir la jornada de trabajo, adoptar la rotación de tareas,
disminuir el ritmo de la línea de producción y realizar pausas más frecuentes y
más largas son algunas medidas posibles.
Falta apenas que las empresas se concienticen de esto.
Ficha técnica: Carne Osso
Duración: 65 minutos
Dirección: Caio Cavechini y Carlos Juliano Barros Guión
y edición: Caio Cavechini
Fotografía: Lucas Barreto
Investigación: André Campos y Carlos Juliano Barros
Producción Ejecutiva: Maurício Hashizume
Realización: Repórter Brasil, 2011