En diálogo con Sirel,
Díaz, miembro de la Mesa Ejecutiva del Sindicato Único de Trabajadores de La
Caballada Salto (SUTLCAS), detalló cuál es la situación en esa planta
actualmente paralizada.
-¿Cuál es el contexto de esta
paralización?
-En este momento hay una cierta lucha de poderes entre el
gobierno y el grupo económico por devoluciones de impuestos que nos tiene de
rehenes a 2.000 empelados del Grupo
Marfrig en
Uruguay.
Hay un incentivo del gobierno para la exportación de ganado
en pie, lo que crea una fuerte competencia a la industria ya que se están
obteniendo buenos negocios sobre todo en Oriente Medio. Esto ha provocado ya el
cierre de dos grandes empresas procesadoras de cuero por falta de materia prima.
Por otra parte, hay un problema con el precio del dólar que, según las empresas,
está demasiado bajo lo que les resta competitividad y la prolongada sequía que
se vivió el año pasado, tampoco ayuda.
Todo esto se expresa en una falta de ganado para la faena que
nos tiene de rehenes a más de 2 mil empleados del sector que estamos en seguro
de paro. En los campos, sin embargo, no hay una merma real de animales. Muchos
productores aprovechan el buen estado actual de las pasturas para que sus
animales ganen peso antes de venderlos.
-¿Cuál es la situación en la
planta de La Caballada de Marfrig?
-Las 800 personas empleadas estamos en seguro de paro desde
principios de octubre, y supuestamente continuaremos así durante noviembre. Se
mantiene en la incertidumbre cuándo recomenzaremos a trabajar. La empresa dice
que no hay materia prima. Los compañeros de la planta del Grupo Marfrig
de Colonia están en el seguro desde julio; quiere decir que la situación, en vez
de mejorar, empeora.
-¿Pero también hay una política
algo errática en el sector?
-Se podría decir que sí, porque el año pasado hubo un
sacrificio de vientres inusitado; se faenaron 2,2 millones de cabezas de las
cuales 1,2 millones eran vacas, y en lo que va de este año el 60 por ciento de
la faena continúa siendo de vacas.
En 2009 se faenaron 2,2 millones de
cabezas de las cuales 1,2 millones eran vacas, y en lo que va de
este año el 60 por ciento de la faena continúa siendo de vacas
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En nuestra planta, que faena 500 animales diarios, se
llegaron a procesar 120 nonatos. Esto ocurre por la ausencia de controles reales
sobre lo que faenan las transnacionales que sacrifican el rodeo
indiscriminadamente. Hasta tuvimos que tomar medidas nosotros con respecto a
este problema y nos negamos a procesar este tipo de ganado, pero la empresa
contrató personal de fuera, sin ninguna experiencia, mientras el Ministerio de
Trabajo hizo la vista gorda.
-¿Cómo influye el avance de la
soja sobre la ganadería en Uruguay?
-En una reunión que mantuvimos recientemente con productores
de la zona, uno de ellos nos comentaba que él arrienda su campo para ese cultivo
y gana 100 dólares por hectárea sin hacer ni arriesgar nada, mientras que
criando ganado su beneficio no supera los 45 dólares por hectárea. Es lamentable
pero esta es la realidad.
Como siempre el más perjudicado es el último eslabón que es
el trabajador.
-¿Cómo son las condiciones de
trabajo?
-En nuestra planta se ha formalizado una Comisión de Salud y
Seguridad integrada por el prevencionista de la empresa y dos compañeros del
Sindicato que ha encaminado bien las condiciones de trabajo. Se está avanzando
todos los días un poco.
-¿Qué conclusiones sacas de lo
que has escuchado en esta Conferencia?
-En relación con la realidad del sector en la región,
comprobamos que, en líneas generales, estamos trabajando en la dirección
correcta ya que no somos los que estamos en las mejores condiciones, pero
tampoco en las peores. Quiere decir que tenemos espacio para seguir avanzando.
-¿Cuál es tu opinión sobre la
Coordinadora del sector que se ha creado en
esta Conferencia?
-Es una idea muy interesante. Hay que ver en la práctica cómo
se irá desarrollando. Pienso que ahora nosotros tenemos la tarea de que esta
Coordinadora reciba el apoyo de las bases. Cada uno en nuestros países
debemos empezar a luchar por esto.
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