El incremento de la renta de los brasileños, sobre
todo de los sectores más sumergidos, ha generado un
mayor consumo de productos lácteos. Empresas
transnacionales brasileñas que dominan el sector
cárnico a nivel planetario, ingresan ahora con
fuerza en la producción lechera y sus derivados,
apuntando al mercado interno, pero también a la
exportación en gran escala.
Hace tres años, en una entrevista con Jorge
Videla, subsecretario de Lechería de la Nación (Argentina),
le pregunté: “¿Preocupa
el crecimiento de Brasil en el sector?”
“No,
nos preocupa que en Argentina estemos
trabajando con una capacidad ociosa muy alta.
Argentina debe volver a ser un jugador de peso,
y no sólo abastecer al mercado interno sino tener
nuestras plantas a pleno en términos de producción y
trabajo”, respondió.
Hoy, que la situación en Argentina se muestra
un tanto confusa e inestable, desde Brasil la
Asociación de Productores de ese país divulgó que en
el período 2007 a 2011, “el ritmo de crecimiento de
la industrialización fue de 5,5 por ciento al año,
superando a los mayores productores mundiales:
Estados Unidos (1,5 por ciento), India
(5,1), Rusia (1,3), Alemania (1,8),
Francia (1,6) y Nueva Zelanda (3,4). El
estudio fue realizado con base en el volumen de
leche entregado a las unidades de producción en los
últimos cinco años en los citados países”.
Brasil
cerró el pasado año con una producción total de unos
31.000 millones de litros de leche, y se aguarda que
en 2012 se llegará a los 32.300 millones de litros.
Este crecimiento va de la mano del incremento en
términos de inversión que experimentó el sector
lácteo. La Asociación Brasileña de las Industrias
de Alimentación (ABIA) informó que en 2011 la
inversión fue de aproximadamente 1.070 millones de
dólares, representando el 11 por ciento del total
invertido en la industria alimentaria ese año.
Según Siderlei de Oliveira, presidente de la
Confederación Nacional de Trabajadores de la
Alimentación (CONTAC), la industria láctea
emplea a unos 50 mil trabajadores directos.
Aunque Brasil ocupa actualmente la 65ª
posición en el consumo mundial de leche
y derivados, un estudio de la Asociación
de Leche de Brasil reveló que el consumo
per capita de productos lácteos aumentó
60 por ciento de 1980 a 2010, pasando de
100 a 161 litros.
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Para Siderlei, la expansión de la lechería en
Brasil se explica, entre otros factores, por la
llegada al sector de un grupo de empresas vinculadas
a la industria frigorífica. El surgimiento de las
gripes aviar y porcina puso en alerta al sector
sobre su vulnerabilidad y la necesidad de
diversificar su producción.
De ahí el desembarco de empresas como Brasil
Foods (BRF │Perdigao + Sadia), y
JBS, el mayor frigorífico a escala
mundial.
También emergió Lácteos Brasil SA (LBR),
creada en 2010 de la fusión entre Bom Gosto y
LeitBom, constituyéndose en la mayor compañía
privada de lácteos de Brasil. LBR
comercializa los productos Parmalat en este país.
Aunque Brasil ocupa actualmente la 65ª posición en
el consumo mundial de leche y derivados, un estudio
de la Asociación de Leche de Brasil
reveló que el consumo per capita de productos
lácteos aumentó 60 por ciento de 1980 a 2010,
pasando de 100 a 161 litros.
El consumo proyectado para 2012 es de 170 litros per
capita. Las Naciones Unidas consideran como ideal un
consumo entre 200 a 220 litros por año.
A esta tendencia alcista en el consumo doméstico,
hay que añadir que las exportaciones del sector se
han incrementado: se estima que Brasil
exportará 362 millones de litros de leche en 2012,
lo que representa un crecimiento del 15 por ciento
con respecto a 2011, mientras que las importaciones
se reducirán en un 30 por ciento.
El anterior cuadro adquiere una mayor dimensión si
se tiene en cuenta que en 1999 Brasil
importaba 2.300 millones de litros de leche.
En 2011 Brasil ocupó el quinto lugar en el
ranking mundial de producción de leche, detrás de
Estados Unidos, India, China y
Rusia. Argentina se sitúa en el puesto 17
y Uruguay en el 46.
Brasil,
un jugador a tener en cuenta en la cancha láctea
mundial.