Uruguay

Las penas, las vaquitas, y ahora la leche,

todas se van por la misma senda

 

 

 

En un escenario de precios que nunca antes se había dado en el país, la industria láctea vuelca su producción a la exportación, olvidándose del mercado interno.

 

Históricamente, el mejor precio en el sector se obtenía por la venta de leche para el consumo interno, pero los mercados internacionales han determinado un cambio sustantivo en esta relación que impacta directamente en la industrialización láctea, en la quesería artesanal y en el abastecimiento de leche fluida a la población uruguaya.

 

La puja tradicional por el mercado interno entre las industrias lácteas que se generó a fin del siglo pasado ha quedado en la historia. Actualmente, con un precio internacional de leche en polvo que supera los 5 mil dólares por tonelada, la deshidratación de leche ha pasado a ser el gran negocio.

 

Las perspectivas a nivel mundial indican que esta tendencia se podría conservar en el tiempo como para ocasionar cambios estructurales importantes en el mercado local e internacional. Las industrias lácteas del país se están reconvirtiendo de forma veloz, entre otras cosas porque los equipos y la maquinaria necesarios para la fabricación de leche en polvo son relativamente más baratas y la rentabilidad y la simplicidad del proceso no son comparables con otras elaboraciones industriales mas complejas.

 

La quesería artesanal cambia de rumbo

 

Por tanto, la competencia por la leche se ha incrementado de forma importante en el último semestre, principalmente en el litoral del país donde varias plantas ofrecen distintos beneficios para atraer a sus proveedores. Esta situación afecta a la quesería artesanal uruguaya, un sector que involucra a más de 2 mil productores familiares. En la zona de Colonia Suiza existen empresas que están ofreciendo 7 pesos por litro de leche al productor que se está viendo tentado por dos razones: porque no se comparan los procesos de producción, y porque para sacar ese valor por litro haciendo queso, se necesita elaborar un producto de alta calidad.

 

Esto pone en riesgo la quesería artesanal uruguaya, porque muchos productores pueden abandonar la producción de queso y pasar solamente a remitir leche a las distintas industrias, permaneciendo en esa actividad quizás solo las familias que tradicionalmente han elaborado queso artesanal.

 

¿Quiénes se perjudican?

 

Los tamberos chicos, no sólo porque la producción es 20 por ciento menor a la del año anterior debido a las inclemencias del clima, sino además porque en el mercado existe un precio diferencial para estos productores que es menor al de las grandes industrias, pues el parámetro es la cantidad de leche remitida (lo que es conocido en el mercado como leche cuota y leche industria). Esto desfavorece al productor chico que remite más leche cuota que leche industria, y favorece al productor grande que realiza lo contrario.

 

Y los trabajadores de la industria láctea, que no escapan a esta situación pues en muchos lugares corren riesgo sus puestos de trabajo, principalmente con la llegada de distintas transnacionales a las que solamente les importa nuestra materia prima.

 

En Ecolat Uruguay S.A (Parmalat), que fue adquirida hace unos meses por el Grupo Venezolano Maldonado -socio en varios países de la poderosa neozelandesa Fonterra-, los directivos de la empresa ya están cambiando la estructura de producción. Apuntan a fortalecer la elaboración de leche en polvo, con ingreso de nueva tecnología, remodelación de los equipo de secado, buscando ingresar a mercados a los que hoy no tienen acceso, pagando el alto costo de bajar la producción de leche ultra pasteurizada al 50 por ciento, la producción de queso al 60 por ciento, cerrar la dulcería, cerrar el fundido de queso, bajar en más del 50 por ciento la producción de yogurt y postres, bajar en la producción de manteca, entre otras cosas.

 

Para esto la empresa argumenta cambios en el mercado, al mismo tiempo que manifiesta el interés de disminuir la plantilla de trabajadores utilizando distintos mecanismos como, por ejemplo, el retiro incentivado.

 

Si bien se espera una muy buena primavera, y posiblemente se bata record en producción, transnacionales como Parmalat, quieren disminuir el mercado interno poniendo en riesgo el suministro de leche a la población y reduciendo la plantilla de trabajadores. Y todo debido a al precio internacional de la leche en polvo.

 

En Colonia, Pablo Farías

© Rel-UITA

30 de agosto de 2007

 

 

 

 

 

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