Un nuevo informe de
Oceana señala que gran parte de la captura de especies como sardinas y anchoas
se destina a elaborar pienso para acuicultura, ganado, y alimentos de mascotas.
El informe de la FAO sobre las
pesquerías, publicado hoy, señala que el 80 por ciento de las reservas pesqueras
de todo el mundo están sobreexplotadas, agotadas o no admiten ninguna expansión
de la actividad pesquera.
Oceana alerta en un nuevo
informe de que los stocks de pequeños pelágicos a nivel mundial se
encuentran sobreexplotados, y que esta sobreexplotación afecta a todo el
ecosistema, principalmente a grandes predadores cuya alimentación depende de
especies como anchoas o caballas. Esta publicación coincide con el informe
bianual de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) sobre
el estado mundial de las pesquerías (SOFIA). La FAO coincide en que estas
especies constituyen un porcentaje importante de la pesca a nivel mundial y sus
capturas se han multiplicado por cuatro desde los años cincuenta.
La organización internacional
de conservación marina, en el informe Océanos hambrientos: ¿Qué ocurre cuando
desaparecen las presas?, señala que las pesquerías dirigidas a la captura de
estos animales han crecido drásticamente en el último siglo, llegando a la
sobrepesca, y afectando a la cadena trófica al dejar los grandes predadores sin
alimento. De hecho, un 90 por ciento
de estos predadores han desaparecido ya debido a la sobreexplotación pesquera
dirigida a estas especies o a sus presas. Entre ellos se encuentran el atún
rojo, el pez espada, o especies amenazadas como los cetáceos.
En origen, el aumento de estas
capturas se debió a la necesidad de proteína barata para la alimentación humana,
aunque hoy un tercio de ellas se destina a la elaboración de aceites y harinas
de pescado para acuicultura de especies carnívoras, como el salmón o el atún
rojo. El resto se emplea para alimentar ganado y fabricar productos
farmacéuticos y piensos para mascotas. El informe de Oceana analiza también cómo
los efectos del cambio climático sobre estas poblaciones de peces vienen a
sumarse al impacto de la sobrepesca.
Por su parte, el informe SOFIA
2006 señalaba que la anchoveta peruana, que constituye un alimento para gran
número de especies, es la especie más capturada en el mundo con 10,7 millones de
toneladas y sus dos stocks principales se encuentran en situación de máxima
explotación y sobreexplotación, respectivamente.
El nuevo informe SOFIA indica que el 80 por
ciento de los recursos pesqueros mundiales se encuentran agotados,
sobreexplotados o no admiten ninguna expansión de la presión pesquera. Sólo diez
especies conforman el 30 por ciento total de capturas mundiales, y sus stocks se
encuentran sobrexplotados o plenamente explotados.
En Europa, un claro ejemplo de la presión pesquera ejercida sobre estas
especies es el caso de la anchoa en el Cantábrico, cuya pesquería colapsó debido
a la sobrepesca hace cuatro años.
Ricardo Aguilar,
Director de Investigación y Proyectos de Oceana en Europa, ha declarado:
“Cuando se gestiona una pesquería o se habla de sobreexplotación se olvida que
la desaparición de una especie por sobrepesca tiene impactos severos sobre las
reservas de otras especies. Un ejemplo muy claro es
el atún rojo, que desapareció de las costas
noruegas con el colapso de las poblaciones de arenque. Hoy en día el sinsentido
llega hasta el punto de que se sobreexplota el atún y sus presas, a fin de
alimentar estos mismos atunes en jaulas de engorde”.
Concluyendo: “Los impactos del ser humano en los océanos no pueden considerarse
de forma aislada; carece de sentido sobreexplotar irracionalmente estas especies
para alimentar la industria de acuicultura, sin considerar los impactos que esto
conlleva en todo el ecosistema”.
Tomado de
Ecoportal
9 de marzo de 2009
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